lunes, 11 de agosto de 2008

HDR


Vivimos en el mundo de las siglas. Nos asaltan por todos lados. Hay tantas que ya no sabemos si corresponden al nombre de una empresa, un modelo de coche o un programa de educación. Así sin más, HDR podría significar “Huesca de Romería” si hablásemos de una fiesta popular o “High Diesel Range” si se trata de un modelo de vehículo. Por ello, necesitamos conocer el contexto en el que no estamos moviendo para atisbar un poco por donde pueden ir los tiros.
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En este caso me vamos a referir al mundo de la fotografía, y más concretamente de la fotografía digital. Cuando parece que está todo inventado, surgen nuevas formas y procedimientos de hacer las cosas que arrojan unos resultados inesperados e inexplorados. HDR significa, en sus siglas inglesas “High Dynamic Range” lo que traducido al castellano queda en algo así como “Rango dinámico alto”. Las posibilidades de la fotografía digital son enormes, no solo por el hecho en sí sino por poder utilizar cada vez más potentes programas de ordenador en el proceso de las imágenes. Esto unido al coste prácticamente cero de tomar decenas o cientos de fotografías con nuestra cámara, nos dotan de unas posibilidades ilimitadas de creación y manipulación con lo que el resultado final depende de nuestra capacidad de imaginar y llevarlo a la práctica.
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El concepto HDR consiste en tomar varias fotografías idénticas variando las condiciones de luz, un escalado de diafragma, de forma que podamos combinarlas posteriormente en el ordenador y sacar partido a todas las luces posibles contenidas en la escena. Como ya es fácil suponer, deberemos utilizar un trípode y con cuidado para que todas las imágenes obtenidas sean exactamente idénticas. Eso nos lleva al mundo estático de la fotografía, esto es, de edificios o naturaleza, no siendo apropiado en entornos donde hay movimiento como por ejemplo personas andando o coches, aunque los efectos que se consiguen tampoco son desdeñables. Nadie nos impide, sin embargo, mover ligeramente la cámara entre toma y toma, con lo que se consigue un efecto de desenfoque que puede resultar agradable, como en la fotografía que acompaña a este texto. Las posibilidades son enormes y solo se trata de manejarlas.
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Algunas de las cámaras digitales de última generación contemplan el proceso de obtención de una serie de imágenes de forma automática. Se conoce con el nombre de “horquillado” en castellano o “bracket” en inglés, lo que nos da idea de que los programas de control que se incorporan a las cámaras fotográficas se hacen eco de las tendencias en este fascinante mundo digital. No cabe duda de que esto se podía hacer antiguamente en el laboratorio fotográfico, de forma manual, pero con grandes dificultades y no con la exactitud, limpieza y rapidez con que se hace en un ordenador. Una vez obtenida la serie de fotografías, tres o cinco son suficientes, las procesaremos con alguno de los programas existentes. Yo utilizo Photomatix pero hay varios más cada uno con sus ventajas e inconvenientes.
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Las fotografías obtenidas con este método resultan espectaculares. En la web hay miles de ellas que son un regalo para la vista, especialmente cuando empezamos a aventurarnos en un mundo nuevo. A la larga, todo llega a cansar, pero ese es el punto de partida para explorar nuevos caminos y abrir nuevos horizontes.