sábado, 22 de noviembre de 2008

JURA

Hace unos días tuve la oportunidad de asistir a un acto insólito, del cual ni siquiera tenía conciencia de su existencia. Se trataba de la Jura de Bandera (1) de personal civil y más concretamente de personas con algún grado de discapacidad que por razones obvias no pudieron hacerlo en su día, ya que no realizaron el Servicio Militar Obligatorio. Entre las organizaciones estaba la Organización Nacional de Ciegos a la que por motivos diferentes a la ceguera está adscrito un cuñado.
Este tipo de actos pueden tener ahora su relevancia, dado que hace años que se abolió en España la ley que obligaba a los varones a dedicar un tiempo de su vida a aprender cuestiones militares y el manejo de las armas. En mi caso fueron catorce meses de los que guardo algunos recuerdos buenos y muchos malos, siendo el peor de ellos el parón que sufrí en mi vida laboral y del que tardé varios años en recuperarme.
Días antes no tenía ninguna intención de asistir al acto. Sobre el papel parecía que se iba a tratar de una mera cuestión de trámite. Al final me convencieron y me alegré de ello. Se celebraba en el acuartelamiento de la Guardia Real en EL Pardo, Madrid. Siento algún tipo de predilección por esta unidad del Ejército, cuya estupenda banda de música nos suele deleitar una vez al año con un concierto y de la que he visto sus evoluciones en la formidable parada militar que supone el cambio de la guardia en el Palacio Real de Madrid los primeros miércoles de cada mes.
El acto distó mucho de ser un trámite, como puede verse en la fotografía. Duró cerca de hora y media y fue llevado a cabo con toda solemnidad. Alabarderos, Coraceros, Guardia a caballo, Unidades motorizadas, Banda de música, Escuadra de Gastadores, Unidad de Perros y dos compañías evolucionaron en la explanada dando al acto una vistosidad y alcance inusitados. Además del propio acto de besar la bandera por los jurandos (2), un homenaje a la bandera y a los caídos y un desfile final nos dejaron a todos los asistentes al acto sobrecogidos y emocionados. Mis más efusivas gracias a la Guardia Real por la profesionalidad y rigurosidad de que hicieron gala en todo momento.
Al final, como casi todos los actos, se sirvió una copa de vino español. Fue algo más que una copa de vino porque, aparte de la comida, se produjo una mezcla del personal militar y civil donde se pudo apreciar el cariño con que los diferentes componentes de la Guardia Real, desde simples soldados hasta mandos, dispensaron a las personas que habían jurado bandera, haciendo para ellos y para su familiares que fuera un día inolvidable.
Justo en el momento que mi cuñado besaba la bandera me vinieron recuerdos ya muy lejanos en el tiempo de cuando lo hice yo, tras dos meses de bautismo e instrucción militar, en la catorce compañía del campamento Viator en Almería. Luego, el destino durante un año en Melilla fue harina de otro costal.

1 El Diccionario de la Real Academia de la Lengua distingue entre las acepciones “Jura de Bandera” y “Jura de la Bandera”, siendo el significado de la primera “Promesa civil de lealtad y servicio a la nación” y la segunda “Acto solemne en que cada individuo de las unidades o de los reemplazos militares jura obediencia y fidelidad en el servicio de la patria.”.
2 La palabra “jurando” referida a las personas participantes en el acto no está contemplada en el diccionario. Sin embargo, la he hecho constar en el escrito al figurar la misma en las invitaciones de protocolo que recibimos.

lunes, 17 de noviembre de 2008

POBLACIÓN


Lo mío con Tráfico y su Dirección General ya raya lo patológico. Vaya tres semanas que llevo, y lo malo es que todavía no he acabado. Gasto en euros importante, y además gasto en horas y desplazamientos. La parte positiva es que me da para ir escribiendo en este blog aún a riesgo de cansar a quién lo lea con estas historias.
Esta mañana nueva visita a las dependencias. Menos mal que he tenido noticia de la existencia de esas otras oficinas de Alcorcón, que aunque están más lejos que las de Arturo Soria son más manejables y las colas son aceptables. Eso será hasta que se vaya enterando la gente y empiecen las aglomeraciones. Hoy era el segundo día que iba, por lo que ya me considero un veterano con cierto dominio de la situación.
Se trataba de arreglar los domicilios de mi mujer y mi hijo, que también tienen sus “relaciones” con esa institución. A diferencia de la semana anterior, el empleado que me ha atendido era masculino y, siento decirlo, bastante desagradable. Yo era el primer “cliente” que atendía, ya que he entrado directo, con todos los papeles rellenos y sabiendo a donde iba. Por cierto, mencionar aquí que los impresos se pueden rellenar directamente en el ordenador antes de imprimirlos descargándolos desde la web de la propia DGT.
Como digo, a pesar de ser el primer “cliente” la persona que me ha atendido no estaba de muy buen humor. He intentado explicarle el asunto de lo extraño de mi domicilio y de lo ocurrido la semana anterior, pero no he apreciado que me hiciera mucho caso, lo que ha dado como resultado que me haya hecho mal la modificación. Se lo he hecho ver y entonces para que queremos más, que si el programa no lo admite, que es un lío, que a ver si alguien arregla el programa, que esto no hay quién lo resista….. Ha tenido que anular el permiso recién impreso y hacerlo de nuevo. A mi pregunta de si la modificación surtía efecto no solo en la dirección del vehículo sino también en la asociada al conductor, ha respondido con una especie de gruñido que he querido interpretar como un sí. No estaba el horno para bollos.
Por supuesto no le ha parecido bien lo que puso su compañera la semana anterior y ha puesto de su cosecha propia. Esencialmente es similar, pero me ha extrañado el esfuerzo y el tiempo que ha gastado en escribirlo de forma diferente, dado que las veintiséis posiciones disponibles dejan pocas posibilidades.
A diferencia de la semana anterior, solo me ha entregado los nuevos permisos de circulación. Ni el resguardo sellado del impreso que he presentado ni la impresión fehaciente de los datos de conductor que sí me fueron entregados la semana pasada. Debe ser que cada funcionario, perdón, empleado, tiene su forma de hacer las cosas y que no hay nadie que vigile que todos las hagan igual. Cuando salía he dicho un sonoro y rotundo adiós con la intención de no volver más en unos años por estas u otras oficinas similares. Pero según reza la ley de Murphy, todo lo que está mal es susceptible de empeorar, lo hará.
Focalizado como estaba en el asunto del domicilio, que sí he revisado, no lo he hecho con el resto de campos y anotaciones que ha realizado el empleado. Al llegar a casa y proceder a escanear los documentos en el ordenador me he dado cuenta: tengo que volver de nuevo otro día. Me han arreglado los domicilios pero en uno de los dos casos me ha estropeado la población, vamos que me ha puesto en otro pueblo.
Es casi imposible atinar. Iré dentro de unos días con los cinco sentidos puestos y revisaré hasta la última coma de lo que ponga en el papel. Hasta que no esté todo correcto no me levantaré de la silla, se ponga el empleado como se ponga. Aún así me iré con la mosca detrás de la oreja por lo que pudiera pasar.

lunes, 10 de noviembre de 2008

TAMAÑO

El tamaño sí importa. Al menos hay que tenerlo en cuenta dependiendo del contexto y del tema donde se utilice. Siempre importa.

Vivimos en una época asombrosa, que hace palidecer a nuestros mayores por no llegar a entender muchas de las cosas que les rodean. La ciencia y la tecnología nos proporcionan, especialmente a los que vivimos en un mundo “desarrollado”, una cantidad ingente de sensaciones y posibilidades que hace unos años no podíamos ni siquiera imaginar. Uno de los apartados donde las ciencias avanzan que es una barbaridad es en la informática. Pero que avance la informática no quiere decir que los ciudadanos nos beneficiemos de ella en la misma proporción. Mal utilizada se puede convertir en un arma arrojadiza contra nosotros mismos, como comentaba en mi entrada anterior titulada “DOMICILIO”. Ahondemos un poquito más.

Un fichero informático, hablando en términos generales, está formado por campos, “fields” en inglés, que pueden ser de formato fijo o variable. Lo más cómodo y fácil de utilizar es diseñar estos campos con un tamaño fijo en cuanto al número de caracteres que pueden contener. Antiguamente se cuidaba mucho esto del tamaño, de los campos informáticos me refiero, dado que los recursos eran muy limitados para la cantidad ingente de información que se querían almacenar. Hoy esto ha cambiado y quién más y quién menos tiene en su casa uno o varios discos duros que suman montones de “gigabytes” e incluso “terabytes”, donde el principal gasto se lo llevan los archivos multimedia, fotos, música o películas, mientras que los archivos de datos ocupan poco.

Con el abaratamiento de costes en el almacenamiento de datos, las empresas han ido ajustando sus “tamaños” para adaptarse a los nuevos tiempos. Por ejemplo las aplicaciones informáticas de Hacienda o el Padrón de Ciudadanos. Pero hay algunas que andan en épocas pretéritas, como por ejemplo la Dirección General de Tráfico, conocida por las siglas DGT.

El campo que ha destinado la DGT a albergar nuestro domicilio completo consta de 26 caracteres. Para incluir en estas veintiseis posiciones un domicilio, los empleados de la propia DGT tienen que hacer “encaje de bolillos” de forma que el resultado sea claro y completo, sobre todo para el funcionario de Correos que deberá entregarnos las notificaciones, multas u otra, que nos dirijan.

Voy a poner un ejemplo real, para que nos entendamos. Supongamos mi domicilio

CALLE SAN ADALBERTO NRO.17 PORTAL-4 PISO SOTANO 1 IZDA.

He escogido un nombre de santo que tiene las mismas letras que el que reza en mi calle. La dirección resulta extraña por lo del Portal y el Sótano, pero hoy día es frecuente que en las direcciones existan bloques, escaleras, entreplantas y demás. Esta mañana he dado con una persona amable y que se ha esforzado en la ventanilla de la DGT para intentar trasladar mi domicilio al hueco de que dispone. ¿Ven como si es importante el tamaño?. Al final, la dirección ha quedado así en los ficheros informáticos

S ADALBERTO 17 PL4 S 1 IZ

Todo un ejemplo de concreción. Ahora lo que hace falta es que el cartero que toque el día que llegue una notificación de tráfico traduzca de forma coherente estos datos y haga llegar la carta al buzón correspondiente. Si no es así y no pone celo, aviados estamos.

Y ahora les propongo un ejercicio que estaría bien como concurso para todas aquellas personas que entre sus cometidos tengan el introducir datos en ficheros informáticos. Cójanse un callejero y elijan una calle de las más larguitas y añadan datos de bloque, escalera y demás. A ver como se comprime en 26 caracteres. El jurado de los resultados será un comité formado por personal de Correos, que son a la postre los que van a disfrutar o mejor sufrir las consecuencias. Habría que ver como se reflejan los estados de ánimo de las personas al tener que lidiar con semejantes reducciones ….. de tamaño.

Les propongo la siguiente dirección, que puede ser real

PLAZA SANTA JOAQUINA DE VEDRUNA,
BLOQUE-6 PORTAL-3 ESCALERA-2 PISO-SOTANO 2 LETRA-C.

Se admiten propuestas de resultados, sin pasarse de 26.

lunes, 3 de noviembre de 2008

DOMICILIO


Empiezo la semana con trescientos cuarenta y un euros menos en mi cuenta corriente. Y no precisamente porque me los haya gastado en juergas por mi propia voluntad, sino que el Ministerio de Hacienda de España, a instancias de la Dirección General de Tráfico, me ha apremiado con aviso de embargo por un hecho del que no he tenido noticia alguna hasta ahora. Yo creía que era un ciudadano que cumplía con sus obligaciones, que estaba al día de forma correcta en todo, pero… quia, no era así. Y lo peor no ha sido descubrirlo de manera tan sangrante para mi peculio, sino que muy probablemente no pueda hacer nada por evitar que pase una segunda vez.
La historia es larga pero no cuesta dinero escribirla. Solo tiempo, y estoy dispuesto a emplearle. Otra cosa es que haya alguien dispuesto a leerla, pero debería hacerlo, ya que el hecho que me ha ocurrido le puede pasar a cualquiera, especialmente si vive en una urbanización de esas que tienen bloque, escaleras, portales, plantas y pisos con connotaciones especiales.
Hace años, había una finca grande en la localidad donde resido conocida con el sobrenombre de “Prado del Rana”, debido a que el guardés era de una familia muy popular que respondía a ese apodo o mote. La finca era de gran extensión y daba a tres calles. Su dirección era, pongamos por ejemplo, calle del Pomelo, número 32. Con el tiempo, en esa finca aparecieron diez hermosos bloques de pisos, algunos de ellos adaptados al terreno, que es de montaña. Así, en algunas de las casas, al entrar por su portal a nivel de calle, encontramos que existen pisos hacia arriba y también hacia abajo.
Alguien, que debía de tener un mal día, así como quién se lo consintió, numeró los diez bloques con una única dirección, la misma que tenía la finca, esto es, calle del Pomelo número 32. Algunos de los bloques están en las otras calles, teniendo acceso por las ellas. Por ejemplo, el bloque número cuatro, que está situado en otra calle, y que debería tener como dirección calle del Aguacate número 17, en realidad también tiene como dirección calle del Pomelo número 32. Los diez bloques “están” en la calle del Pomelo número 32, aunque real y físicamente estén en otras. Lo único que les distingue es que además de esa única dirección hay que añadir el número de portal, del 1 al 10. En lengua castellana esto se llama galimatías. El fontanero que acude a reparar una caldera a la dirección de Pomelo, 32 Portal 4 en realidad debería dirigirse a la calle del Aguacate, 17 pero esto no lo averigua hasta dar unas cuantas vueltas. Menos mal que no es un servicio de urgencia del que dependan vidas.
El caso de mi bloque es de estos y además con el siguiente recochineo: dos pisos hacia arriba, la planta del portal y tres pisos hacia abajo. La persona que intervino en la nomenclatura de los pisos debía tener dolor de estómago o un día aciago y nos tocó la china. No sé si sería de la constructora, de la notaría, del Registro de la Propiedad, de los Servicios Municipales o de que narices de organismo. El caso es que no se le ocurrió otra cosa que poner, por ejemplo, SEGUNDO IZQUIERDA al segundo piso de arriba y MENOS SEGUNDO IZQUIERDA al segundo de abajo, y así para el resto.
Esto dicho así con palabras resulta más o menos claro, aunque extraño, pero hay que tener cuidado de decirle al fontanero o electricista que viene a casa a hacer una reparación que suba o que baje según donde se encuentre el piso. En mi caso es un MENOS TERCERO IZQUIERDA y ya me encontrado al operario de turno volviendo a salir a la calle y, tras llamar de nuevo al portero electrónico, decirme que no existe el piso tercero en esa casa: se ha ido para arriba y casi sale por el tejado intentando encontrar el TERCERO IZQUIERDA que no existe. Menos mal que no existe porque si fuera el segundo se encontraría con un vecino distinto.
Esto puede parecer una guasa, pero los que nos vemos implicados no nos reímos tanto. Recientemente acabo de pagar una multa de tráfico de 310 euros más demoras y recargos por un malentendido de este tipo. No ha sido la primera vez, a mi mujer le ha ocurrido también y lo peor de todo es que volverá a ocurrir. ¿Cómo es posible? Pues porque por mucho que lo intentemos no lo podremos arreglar, por lo menos de momento. Me explico.
Empiezo por ir al Ayuntamiento a arreglar el padrón municipal, bueno, los dos padrones municipales que me informan que existen, el de personas y el de vehículos. Y aquí encuentro la primera pega: la aplicación informática no está diseñada para admitir un piso MENOS TERCERO. Ni siquiera un -3. El funcionario municipal me informa de que sólo puede poner caracteres numéricos en ese campo y no le admite el signo “menos” ni ninguna palabra. Sólo cifras. La única posibilidad es añadir “SOTANO” o “SEMISOTANO” delante del tres. ¿Qué hacemos? ¿Cómo pensará el funcionario de Correos cuando me tenga que entregar una carta? ¿Qué hará el funcionario de la Dirección general de Tráfico al dar de alta mi vehículo cuando se encuentre con un sótano? Hago el propósito de preguntar en Correos, aunque ya sé lo que me van a decir, que es muy raro, que depende del día y de cómo esté escrito, vamos, que se van a lavar las manos. Yo sé lo que ocurrirá: en el caso de una carta normal podrá llegar o no llegar, pero si la carta es certificada o con acuse de recibo, el funcionario pondrá algo más de celo para echarme el papelito de que pase a recogerla por la oficina. Lo digo por experiencia previa: avisos de recibos del Ayuntamiento no han llegado, pero luego, con la misma dirección, los avisos de apremio y embargo si han llegado. Qué casualidad.
Decido, en mi caso, utilizar el concepto de sótano para no dejar la cosa en un simple tres que induzca a error. Decidido esto, en el certificado de empadronamiento aparece que mi piso es el S3. ¿Cómo se entenderá esto por quién proceda?. Me gustaría saber lo que hará mi vecino de arriba, el que vive en el MENOS SEGUNDO IZQUIERDA si alguna vez se dirige al Ayuntamiento a arreglar su particular desaguisado, que seguro que lo tiene mal. ¿Elegirá sótano? ¿Elegirá semisótano? ¿Dejará el 2 en solitario?
Antes de seguir diré que desde hace años dispongo de un Apartado de Correos, con su número correspondiente, que no admite variación. Bien es verdad que el funcionario de correos, con demasiada frecuencia pone en mi apartado cartas que no son mías y supongo que pondrá las mías en otro, pero esto si que es ya inevitable, como que el cartero no te entregue una carta cuya dirección es correcta, por ejemplo. Pero hay muchos organismos y empresas que no admiten como dirección un Apartado de Correos y en su lugar requieren una dirección real y física.
Aunque yo al comprar mi último coche facilité con pelos y señales mi dirección al vendedor, no tengo ninguna garantía acerca de cómo el concesionario, la gestoría o el empleado de la DGT hizo llegar los datos de mi domicilio a los ficheros informatizados correspondientes. Soy responsable de que mi dirección esté correcta, pero no tengo ningún medio de controlarla. Únicamente, al cabo de unos meses personarme en Tráfico y pedir la información a ver si está bien. ¿Cuántos de nosotros hacemos esto?
Bueno, pues resulta que la dirección asignada a mi vehículo en Tráfico está mal. Hace algunos meses debieron sancionarme, eso supongo, de alguna manera que no implica que yo me entere, seguramente un radar o un aparcamiento indebido. Cuando Tráfico me comunicase este hecho a una dirección incorrecta, en la que yo no he tenido ninguna responsabilidad, la carta no me llegó. Con ello, y sin saberlo, incumplí la norma que dice que el propietario del vehículo tiene la obligación de comunicar el conductor. ¿Cómo voy a comunicar datos de un hecho que desconozco? Sanción correspondiente entre trescientos diez y mil quinientos euros, menos mal que me han aplicado la más baja posible, muchas gracias señores de Tráfico. Como sigue el procedimiento adelante, lo publicarían en el Boletín de la provincia correspondiente a donde sucediera el hecho, boletín que no acostumbro a leerme todos los días. Sigo incumpliendo y al final pasan el expediente a Hacienda, que de forma más diligente me aplica el apremio y embargo por una cuestión de la que no me he enterado. Ya sé que es culpa mía, que no he verificado si en los datos de “sus” ficheros está correctamente tecleada “mi” dirección.
Ahora procuraré actualizar la dirección de mi vehículo en Tráfico y comprobar de paso que dirección tienen en sus ficheros para mi Carnet de Conducir y por extensión los de mi familia, por si acaso. De entrada en la web de la DGT donde me informan, solo me informan, de los trámites, me dicen que puedo hacerlos en la propia sede de Tráfico en Madrid o en mi Ayuntamiento, pero curiosamente mi ayuntamiento no aparece, aunque supongo que será otro error del mismo tipo, aunque sí aparece un ayuntamiento de un pueblo cercano de nombre parecido. Lo intentaré cambiar allí, a ver si me dejan y si no tendré que perder una mañana en comprobar y/o actualizar unos datos que yo facilité correctamente en su día y que por no sé qué arte llegaron mal a sus ficheros. Todo son ventajas.
Mientras lo consigo, a lo mejor tengo en vuelo otro expediente del cual no me enteraré hasta que la diligente Hacienda se ponga en contacto conmigo. Por supuesto me quedo sin saber, después de pagar, de que va la multa objeto de este procedimiento salvo que pierda mi tiempo y mi dinero en ir a Tráfico personalmente a indagar.
Todo esto, que no es aislado me lleva a una reflexión: tenemos medios más modernos y más potentes que hace unos años, pero muchas veces son manejados y manipulados por personas que no necesariamente están más preparadas y más motivadas que hace unos años.

NOTA:
Con posterioridad a la insercción de este suelto, me entero que existe un concepto nuevo denominado DEU, Dirección Electrónica Única. Aquellas personas que dispongan de Certificado Digital o DNI electrónico pueden crearse una DEU en
http://www.notificaciones.administracion.es/.
Una vez creada podrán subscribirse a los servicios de la administración o particulares que utilicen este servicio, facilitando una dirección de correo electrónico y un teléfono móvil asociado a su nombre y DNI, que son recogidos directamente del Certificado Digital, donde se supone que están bien. Por ejemplo, si me suscribo dentro de la DGT al apartado de multas, se supone que cuando la DGT inicie un expediente "contra" mi DNI, además de los trámites normales, emitirá un aviso a mi DEU que me llegará a través de un SMS al móvil y/o un correo electrónico. En este caso podré acceder de nuevo a mi DEU en la dirección usada para crearla, donde dispongo de un buzón electrónico en el que la DGT habrá dejado información, más o menos extensa, del expediente. La idea es buena y por otras personas sé que en el caso de Hacienda ha funcionado muy bien teniendo los usuarios pronta información acerca de los procesos de la Renta. Sorprende ver el listado de Entidades y Organismos que ya dicen utilizar esta facilidad.
Y con esto me hago una pregunta ¿Para cuando la administración nos obsequiará con una dirección postal única consultable y utilizable por todos sus Organismos?. Quién haya cambiado de dirección podrá contar sus experiencias intentando actualizar la nueva dirección en mil y un sitios donde disponen de ella.

sábado, 1 de noviembre de 2008

INDIGNACIÓN

Ayer viernes, por la tarde, al entrar en casa y mirar el buzón, me sorprendió un aviso de Correos de un certificado. Es curioso ver como los empleados de correos deben de estar aprendiendo para médicos, en el sentido de que es bastante difícil poder leer y acaso comprender lo poco que escriben. Pude llegar al final a la conclusión de que el remitente era la Delegación de Hacienda y que disponía de siete días para pasar por la oficina a recoger el certificado. Menos mal que en este caso abren por las tardes, con lo que allí me dirigí.

Por el camino uno empieza, casi sin querer, a hacer conjeturas acerca del contenido tan importante para que te lo dirijan certificado y con acuse de recibo. De mi declaración de renta estoy al día y de mis avatares empresariales también. En fin ….

Una vez recibido el documento, en el momento, procedo a abrirlo y leo con avidez. Se trata de un “Procedimiento de Apremio”, palabras duras, teniendo en cuenta que cinco minutos antes no sabía de que podría ir este asunto. Van, y me apremian. Yo no siento ningún placer en sentirme apremiado, pero “ellos” si deben de obtenerlo en esta función de apremiar.

Buscando, buscando, Hacienda es una mera correa de transmisión de nuestra “amiga” DGT, léase Dirección General de Tráfico, que dice que tengo una deuda con ella por una sanción identificada por un montón de números, doce en concreto.

Declaro aquí y ahora de que no tengo ni la más remota idea de tener pendiente nada, y menos con la DGT. La multa era inicialmente de 300 euros, pero por mor de los apremios, tasas, recargos ordinarios y extraordinarios, se ha convertido en la nada despreciable y redonda, además de bonita, suma de 372 euros. ¡ Y yo que estaba ahorrando para comprarme un televisor de pantalla plana ¡ Seguiremos viendo la poca tele que vemos en el clásico.

El teléfono de información de Hacienda, que funciona por la tarde, no me puede comunicar nada aparte de los doce numeritos de “mi” multa y me remite a la DGT. Los teléfonos de la susodicha no son tomados por nadie, aunque dada la profusión que existe de ellos es posible que esté intentando comunicarme con el servicio de limpieza del garaje. Lo más probable es que a estas horas, cerca de las siete de la tarde, no haya servicio de información.

Como uno intenta estar al día de las modernas tecnologías, se me ocurrió pensar que con mi flamante certificado digital o incluso con mi DNI electrónico podría acceder a la web de la DGT y seguro que allí hay un apartado, moderno, que me permita recabar información de esa multa fantasma, que todavía no he conseguido saber de qué va, ni siquiera si es mía. Pero a la web de la DGT parce que todavía le falta un hervor de modernización. Hay algo de los certificados en la consulta del saldo de puntos, pero con unos especiales y no el de la Fábrica de Moneda y Timbre, por lo que al final intento acceder con mi DNI electrónico, sin conseguirlo tras varios intentos y apagados y encendidos del ordenador.

Ya hasta el lunes me tengo que quedar con el “concome” de no poder obtener información de todo esto. El lunes por la mañana me armaré de paciencia, y teléfono, para intentar traducir esos doce numeritos en algo inteligible y conocer cual ha sido la infracción que he cometido por un valor, ya, de 372 euros. Me temo que no va a ser suficiente el teléfono y tendré que pasar del tema o al final perder una mañana en ir personalmente a las oficinas de la DGT a ver si consigo averiguar algo.

Continuará …..