domingo, 30 de junio de 2024

EXPEDIENTE

En una localidad que no es la de mi residencia dejé esta semana de junio de 2024 el coche en un taller para una operación de cambio de neumáticos. Dos horas, quizá tres, fue el tiempo establecido por el recepcionista para disponer del coche de nuevo. No tenía sentido ir y volver a casa con lo que me decidí a pasear por la zona.

En el paseo, por casualidad, pasé por delante del Instituto que entonces, curso 1971-1972, se llamaba de Enseñanza Media y ahora es de Enseñanza Secundaria. No había vuelto por allí desde aquellas fechas, más de cincuenta años ha y me apeteció entrar a curiosear un poco, a percibir los cambios habidos de lo que yo pudiera recordar.

Yo cursé los estudios de bachillerato en un reputado colegio de mi localidad que no mencionaré y del que fui expulsado en sexto de bachillerato por desavenencias con mi tutor, un desalmado de prácticas no muy adecuadas que fueron reconocidas por el director ante mi padre, pero, claro, «comprenderá Vd. que yo no puedo quitarle la autoridad ante un alumno…». El caso es que el curso siguiente, primera vez que se hacía el Curso de Orientación Universitaria —C.O.U.— en España y quedaba abolido el preuniversitario —PREU—, me tocó cursarlo en el instituto de otra localidad pues en la mía no había. Veinte minutos andando desde casa para tomar el tren, tres paradas y otros veinte minutos o un poco más hasta el instituto. Comida de bocadillo que me preparaba mi madre y vuelta por la tarde con el mismo mecanismo: coches de San Fernando y tren. Una experiencia dura, pero de la que siempre me alegré: no hay mal que por bien no venga.

Los institutos, al menos ese y un par de ellos que conozco, están en la actualidad cerrados a cal y canto. Se supone que es para que no salgan los estudiantes en momentos inapropiados —algunos ahora son muy críos—, y también para que no entre algún que otro indeseable, no precisamente en busca de formación.

Para poder acceder, se me ocurrió decir a la señora, muy amable por cierto, que hacía de guardiana, que iba a la secretaría a pedir un certificado, lo que me franqueó la entrada y el poder deambular por los jardines, pasillos, cafetería… Realmente no ha cambiado mucho respecto de mis recuerdos, al menos la parte antigua porque ha sufrido ampliaciones posteriores. Cuando ya me iba a marchar pensé que por qué no ir a secretaria y pedir un certificado de mis estudios allí más de cincuenta años atrás. Dicho y hecho.

En la secretaría me atendió un joven con toda amabilidad pero que puso un poco cara de haba cuando le hablé de las fechas a las que me estaba refiriendo (1971). Con la Iglesia hemos topado, pensaba yo, cuando una señora que estaba en una mesa cercana y que seguramente había escuchado mi petición, se levantó y vino a ver de qué se trataba. A ella no la sonó tan a chino el asunto y me rogó que esperara un momento. Fueron apenas tres minutos los que tardó en volver con una carpeta en la que estaba mi expediente de antaño.

Por toda documentación me solicitó el DNI para hacer una fotocopia y me dijo que volviera dos días después a recoger mi certificado, que es el que aparece en la imagen. Un certificado con todo grado de detalle, con las fechas en las que cursé C.O.U., las asignaturas con sus notas, la media… Lástima no conservar una fotografía de compañeros y profesores: entonces no había móviles y las cámaras particulares no estaban al alcance generalizado de todos. Supongo que esas imágenes seguirán en algún rincón del fondo de mi memoria y serán muy difíciles de evocar pasados más de cincuenta años.

Dicho de una persona, grupo u organización… eficienciacapacidad de lograr los resultados deseados optimizando los recursos—, eficacia—habilidad para hacer lo que se espera— y efectividad —hacer lo correcto en el menor tiempo posible—. Pues eso, un diez y sobresaliente con matrícula de honor para la secretaría del actual I.E.S. Jaime Ferrán de Collado Villalba, Madrid. Supongo que tendrán sus dificultades como tiene en general la «Educación» en esta España de las Comunidades, pero se ve que muchas personas funcionan y muy bien «a pesar de».

Por cierto, y por aclarar, expediente es «el conjunto de todos los papeles correspondientes a un asunto o negocio» y también —este es el caso— «conjunto de calificaciones e incidencias en la carrera de un estudiante». Hay también otros significados no tan positivos, como «procedimiento administrativo en que se enjuicia la actuación de alguien». Solo queda apostillar mi agradecimiento a la desconocida secretaria que se interesó por mi caso y a todos los que le han precedido en la custodia y mantenimiento del archivo.



domingo, 23 de junio de 2024

VILEZA

Hoy toca escritura telegráfica: hechos, no opiniones. Así se traslucen menos las emociones.

Mi médico de cabecera —con el que llevo más de treinta años— no tiene citas hasta finales de julio de 2024. ¿Enfermedad? ¿Vacaciones? ¿Jubilación? ¿Hartazgo?

Consigo cita derivada con otro médico de mi centro de salud que no me conoce de nada. Me deriva a un especialista de mi hospital de referencia, que se encuentra en la misma localidad en la que resido.

La cita con el especialista del hospital me la dan para febrero del año que viene, 2025, como puede verse en la imagen. Más de siete meses.

Me ofrecen la alternativa de otros hospitales en la Comunidad de Madrid. Elijo uno no precisamente cerca pero al que puedo llegar en transporte público.

Consigo la primera cita para septiembre de 2024. Bueno, solo son tres meses. Tal y como está el patio…

Me anuncian que TODO el seguimiento de este caso —consultas posteriores, pruebas…— tendrá que hacerse obligatoriamente en este hospital.

No hay vuelta a atrás.

Recibo comunicaciones por SMS y correo electrónico para que me registre en la APP y en el Portal del Paciente de este hospital.

Extraño ¿No? La Seguridad Social tiene todos mis datos… ¿por qué un nuevo portal y un nuevo registro?

El hospital al que he llegado NO ES PÚBLICO. Es un hospital privado que supongo tendrá un concierto con la Comunidad de Madrid.

No sé cortan un pelo. Entiendo que no me costará nada directamente, pero indirectamente saldrá de mis impuestos y de una gestión que no quiero calificar.

Ahora viene la pregunta del millón… ¿Qué hacer?

¿Seguir con esta opción relativamente cercana a tres meses vista?

¿Renunciar y buscar fecha en otro hospital que sí sea público?

¿No colaborar con estos tejemanejes y esperar hasta febrero del año que viene, 2025?

Lo bueno es que a buen seguro será un caso aislado (el mío) y lo que pasa es que he tenido mala suerte.

A otros pacientes no les ocurre.

Aunque mirando en la red sobre estos asuntos parece que … ¿Hoy tampoco hay médico?

No se debe generalizar, pero… son viles, indignos, torpes, infames, faltan o corresponden mal a la confianza que la ciudadanía ha puesto en ellos; no lo digo yo, lo dice el diccionario. La decencia y responsabilidad en nuestros dirigentes políticos ni está ni se la espera. Pero «trabajan» respaldados con una mayoría absoluta apabullante en las últimas elecciones. Son los elegidos por «nosotros». Paciencia y resignación, a disfrutar de lo elegido, tienen licencia para funcionar a base de ocurrencias, hacer, y dejar de hacer, lo que les venga en gana...

Añadido el 4 de agosto de 2024

 Una información aparecida en prensa sobre el tema de esta entrada...




 


 

domingo, 16 de junio de 2024

CARPETAS

Internet ha traído muchas cosas buenas a la par que muchas malas, pero unas y otras son derivadas del uso que hacen otros y hacemos nosotros. El que es malo malote tratará de usarlo en beneficio propio a costa de los demás, eso es ley de vida. Sin embargo, en algunas ocasiones hemos avanzado y no somos conscientes de las bondades que ha aportado a nuestras vidas, algunas de ellas por desconocimiento.

Recuerdo la libreta de direcciones y teléfonos de mi padre. Aunque trataba de mantenerla limpia y pulcra, era casi imposible. Utilizaba el lápiz y la goma de borrar, pero iba creciendo y no había manera de mantenerla a raya. Hoy le he preguntado a mi amigo Eduardo cuantos teléfonos tenía en lista de contactos y me ha respondido que más de tres mil. Yo no soy muy de teléfonos y llamadas y por unas cosas y por otras, y eso que limpio con cierta frecuencia, tengo más de mil. ¿Cuántas tiene Vd.?

Pero es que además de los teléfonos hay que mantener los correos electrónicos, los nicknames de las redes sociales, las páginas web de los sitios… un galimatías cada vez más extenso del que solo podemos salir airosos ayudados por nuestros teléfonos móviles y nuestros ordenadores. ¡Ay cómo perdamos, nos roben o se nos estropee el teléfono! Nos quedamos huerfanitos porque ya todo está ahí.

Como he mencionado, hay muchas cosas que vienen en nuestra ayuda y nos pueden resultar interesantes si las conocemos y sabemos utilizarlas. Una de ellas, muy desconocida creo, es la denominada «Carpeta Ciudadana». Necesitaremos algún tipo de identificación electrónica como puede ser el DNI electrónico, el Certificado Digital o la más asequible y menos complicada CL@VE. Cada vez es más necesario estar familiarizados con esos sistemas de identificación personal electrónica que nos ayudarán en nuestras interacciones en la red, siendo cada vez más imprescindibles.

Se puede indagar en el buscador para llegar a la dirección web https://carpetaciudadana.gob.es/carpeta/ o también instalar una aplicación en el teléfono móvil denominada «Mi Carpeta ciudadana». Una vez autentificados tendremos un mundo de información con nuestros datos en diferentes organismos públicos que podremos descargar, así como avisos de caducidad de documentos, notificaciones, datos del padrón, títulos universitarios, bienes inmuebles, carnet de conducir y sus puntos, DNI, pasaporte etc. etc. Como es de suponer, este tipo de facilidades son un embrión al que con el tiempo se pueden ir añadiendo más funcionalidades y datos, aunque, claro, todos esos datos son susceptibles de ser hackeados por los malos para su beneficio y nuestro perjuicio como lamentablemente está ocurriendo cada vez con mayor frecuencia.

«A través de un portal web o una aplicación móvil, el usuario puede acceder a datos personales, notificaciones y expedientes gestionados por diferentes administraciones públicas. En "Mi Carpeta Ciudadana", el usuario puede comunicarse con las Administraciones, consultar diferentes datos personales y citas previas, acceder a información sobre diversos procedimientos, informarse sobre notificaciones pendientes de leer y del estado de los expedientes en trámite, o recibir avisos y alertas…»

«Tiene como objetivo simplificar la relación entre la administración y la ciudadanía a través de internet y mejorar su interacción haciéndola accesible, proactiva y personalizada desde cualquier dispositivo».

Es de agradecer este esfuerzo de condensación en un único punto de todos nuestros datos: ya que los tienen, que los manejen bien y nos los ofrezcan estucturaditos y bien colocaditos. En el acceso que he realizado ahora mismo, me ha avisado de una cuestión que yo no tenía in mente, como es la caducidad del certificado digital de mi DNI. Es verdad que no le uso mucho, porque prefiero el Certificado Digital que me resulta más cómodo, pero nunca está de más en ocasiones tener una alternativa. Ahora tendré que buscar una comisaría que tenga la máquina-cajero de actualización para poder, utilizando mi huella digital, actualizar el certificado.

En suma, cosas útiles a través de la red que nos facilitan la vida. Es verdad que muchas veces no nos fiamos y yo que voy a decir, que todos esos documentos y fechas de caducidad prefiero mantenerlos yo mismo en mi disco duro donde tengo una (cierta) seguridad de disponer de ellos en el momento preciso, pero, como digo, nunca está de más una segunda opción: los discos duros se estropean y si no tenemos copia de ellos…

Hay mucha información en la red para que ver de qué va la cosa antes de poner manos a la obra. Una sencilla y práctica que me ha gustado es la que ofrece la OCU en la siguiente dirección   https://www.ocu.org/consumo-familia/derechos-consumidor/consejos/mi-carpeta-ciudadana . En un portal bastante acreditado en mi opinión en estas cuestiones informáticas, XATAKA, se lanza un piropo inusitado sobre ella: «Mi Carpeta Ciudadana está triunfando por un simple motivo: no parece una app de la Administración Pública. Se nota cuando las cosas se hacen bien». Más información en la dirección https://www.xataka.com/aplicaciones/mi-carpeta-ciudadana-esta-triunfando-simple-motivo-no-parece-app-administracion-publica .

La idea es buena y se prodiga, por lo que hay que decir que hay más «carpetas» por ahí, como por ejemplo en el caso de la Comunidad de Madrid la llamada «Mi Carpeta de Salud» donde tenemos una completa información sobre nuestros datos médicos. Yo la utilizo, por ejemplo y entre otros asuntos, para revisar y descargar mis analíticas de sangre para no tener que esperar a la cita con el médico que las ha solicitado, amén de irlas guardando, como he mencionado, en mi propio ordenador.