Hace ahora tres meses me cambié de coche. He tenido suerte en esta vida y desde los dieciocho años he podido disponer de vehículo propio, lo que me ha dado muchas alegrías en forma de viajes a mi libre albedrío por infinidad de lugares no solo de España sino de toda Europa. Alguno ha habido por Norteamérica, pero lógicamente en coches alquilados. Me he entretenido en hacer un repaso de los coches que he tenido y este, que lo más probable es que sea el último (por una cuestión que ahora explicaré), es el que hace el número 10: dos Seat 127, un Renault 14, un Seat Ibiza, un Peugeot 309, un Citroën ZX, un Citroën XSARA y tres Citroën C4 contando este último.
Decía que muy probablemente sea el último porque según las estadísticas, los ciudadanos españoles dejamos de conducir a la edad, como media, de 75 años y cuatro meses. Las causas básicas son dos: tres cuartas partes por no pasar las revisiones médicas y la otra parte por decisión personal o de los familiares viendo las condiciones físicas en las que se encuentra la persona. Todo esto de los estudios tiene sus múltiples lecturas, pero siempre suponen una referencia.
Creía que las renovaciones del permiso de conducir entre los 70 y los 80 años eran cada cinco años y a partir de ahí cada dos años. Esto como norma general, ya que los plazos pueden reducirse a criterio de las revisiones médicas obligatorias en cada renovación. Pero… estaba equivocado. Como puede leerse en el blog de la Mutua Madrileña Automovilista han cambiado las normas y la renovación a partir de los setenta años es cada DOS años. ¡Maremía! Qué suplicio, en fin, todo sea por la seguridad personal y la de los otros usuarios de la carretera. Por lo menos, la DGT de ha vuelto misericordiosa y … «ha confirmado que las personas mayores de 70 años podrán renovar su carnet de conducir de manera gratuita. Esta decisión elimina la tasa de 24,58 euros, facilitando el acceso a la renovación para este grupo de edad». Mi amigo Luis, de 86 años, se lo tiene que renovar cada año, lo que supone un momento de tensión porque el se encuentra físicamente bien y le viene muy bien el poder disponer de su coche para sus compras, sus viajes y sus visitas a la familia. Pero todos los años acude a su renovación con la Espada de Damocles sobre su cabeza temiéndose lo peor. Sin embargo, otro amigo, José Manuel, me dice que lo renovó el año pasado, 2024 y se lo han dado por cinco años. ¿DGT? ¿Estás ahí?
En el blog de la Mutua Madrileña Automovilista antes aludido… «En definitiva, si tienes más de 70 años, quieres renovar tu permiso de conducir y no padeces ningún signo o enfermedad de las descritas, tendrás que superar las nuevas pruebas cada dos años: una valoración psicotécnica, una prueba de anticipación de la velocidad y coordinación visomotora, un estudio de audición y una valoración de la capacidad visual y anamnesis. Esta última prueba es una exploración clínica que se ejecuta mediante el interrogatorio para identificar personalmente al individuo, conocer sus dolencias actuales, obtener una retrospectiva de él y determinar los elementos familiares, ambientales y personales relevantes». Casi nada, un interrogatorio, dicen.
Bueno, que me desvío de mi intención original. En las ocasiones anteriores en que he cambiado de coche, todo ha sido un disfrute. Desde aquel vehículo inicial, un espartano Seat 127 de 1973, los vehículos han evolucionado sobremanera hasta la situación actual. Pero ahora… ¿evolucionan o involucionan? Me explico.
Empezaré por la parte estética que para gustos hay colores. En la imagen que encabeza esta entrada están los frontales del C4 de 2024 y del C4 de 2025. Cuando fui a comprarlo, en diciembre, me llevé varias sorpresas, entre ellas la de este nuevo frontal que, para mi gusto, es mucho más feo y con menos presencia que el anterior. Como digo, para gustos…
Pero lo peor fue el asunto del motor. Y para esto haré un poco de historia. El primer C4 que tuve, comprado en 2005, utilizaba un motor diésel HDI de 110 caballos que era una maravilla. Yo le hice 250.000 kms. y a los diez años se lo pasé a mi hijo que lo tuvo varios años más llegando cerca de los 500.000 kms. Un gasto medido y contenido de 5,3 litros de gasoil a los 100 kilómetros. El segundo C4, una remodelación y actualización del primero, mantenía sus características esenciales con algunas mejoras en el cuadro, pero sobre todo y lo más importante, con el mismo motor. En los diez años que ha estado conmigo me ha brindado 140.000 kms. con la misma fiabilidad, sin ninguna avería y el mismo consumo de 5,3 lts. Cada 100 kms.
Cuando en el momento de la compra de este mi tercer C4 pregunto por ese motor diésel de mis querencias, la respuesta es nones. Solo dos versiones: o puro eléctrico o híbrido de gasolina. Yo, que me había prometido no volver a la gasolina nunca más desde aquel 1988 en que pasé al diésel, tuve que dar mi brazo a torcer: había prometido pasar mi segundo C4 a mi hija. Se imponía tomar la decisión de abortar la compra y buscar alguna otra marca por ahí que mantuviera los motores diésel en sus estanterías. Al final claudiqué y me decidí por mi tercer C4 que estoy «disfrutando» en estos tres meses de uso y cerca de cuatro mil kilómetros recorridos.
Se preguntará porqué pongo lo de «disfrutando» entre comillas. Va con retintín. No sé si cambiaré de opinión, pero estos tres meses me han servido para darme cuenta de que mi anterior C4, el segundo y con el que ahora mi hija está contentísima, era mucho mejor que este. La primera vez en mi vida que el cambio de coche no supone una satisfacción profunda. Serán cosas mías, pero…
Los asientos son mucho más incómodos, flojos, blandos, parecen sofás de casa, no sujetan nada. Las dos pantallas enormes de control de instrumentos y navegación funcionan a su bola: llevo tres meses intentando controlarlas y debe ser que soy muy inepto o no hay manera. Las he dejado por imposibles. Me dijo el vendedor que todo era muy intuitivo, pero debe ser para el descerebrado que lo ha diseñado porque no veo la manera de manejarme con ellas. Mencionaré dos cosas básicas que me gustaría encontrar: la forma de apagar las pantallas completamente por la noche como tenía mi anterior C4 y encontrar la forma de que al iniciar un viaje o cuando pongo gasolina pudiera poner un cuentakilómetros parcial a cero para saber los kilómetros recorridos. Supongo que debe estar por algún sitio, en los mandos o en mi teléfono, pero ya he desistido: apunto en un papel el cuentakilómetros global y voy restando… ¡Viva la tecnología! Bueno, así de paso ejercito mentalmente mi cerebro.
Hay unas cuantas cosas más que me rechinan de este nuevo modelo, pero no quiero ser exhaustivo. Sufrámosle con paciencia tratando de encontrarle sus resplandores, aunque cada día que pasa dudo que los tenga.