domingo, 8 de julio de 2012

PROVERBIOS


En estos comienzos del verano me ha vuelto mi vena gramatical. Ya se ha dicho que el frío se combate con actividad y el calor con tranquilidad y reposo, lo que invita a la lectura y al pensamiento. De mi colección de frases célebres, me ha dado por recuperar aquellas etiquetadas como “proverbios”. Es curioso que por regla general nos suenen proverbios de muchos orígenes, principalmente chinos o árabes, y no nos suenen proverbios españoles. Yo quiero pensar que es porque a estos últimos los denominamos refranes, que viene un poco a ser lo mismo. Indagando por los diccionarios, el oficial y los otros, se define como proverbio a una “sentencia, adagio o refrán” mientras que refrán viene a ser “dicho agudo y sentencioso de uso común” o “sentencia de origen popular que expresa una enseñanza, un consejo, una crítica, etc.”.

En todo caso, da lo mismo una que otra acepción, así como su procedencia o etiquetado, ya que de lo que se trata es de sacar ese consejo, crítica o enseñanza que por lo general se encuentra escondido y condensado en esa frase, por lo general muy corta y con mucha enjundia, que nos debe hace reflexionar y tener bien presente en muchas ocasiones de nuestras vidas en las que tenemos que tomar decisiones. Hay una gran cantidad de ellos, a los que podemos unir aquel otro apartado de “frases célebres”, con lo que dispondremos de un buen acervo de conocimientos prácticos con los que aplicarnos el cuento en variadas situaciones.

Hay multitud de sitios en la red, con enormes cantidades de proverbios, refranes y frases, incluso ambientadas con fotos y música. A poco que busquemos en la red encontraremos sitios como este o este otro por citar un par de ellos en los que podemos curiosear un buen rato.

Ya he comentado que utilizo este blog a modo de documentación para mi mismo. Por ello me he permitido seleccionar ciento un proverbios, o refranes, que son los que me han llamado más la atención y que reproduzco a continuación. Omito la procedencia pues no siempre está muy clara y la fiabilidad de las fuentes no es contrastable. Por otro lado, lo que importa es el mensaje que transmiten, sea cual sea su origen. Puestos a ser un poco incisivo con el momento político y económico presente, pongo uno de ellos en negrita, sin comentarios. Estos son los seleccionados

Cuando los elefantes luchan, la hierba es la que sufre.

Si no tienes ningún enemigo dentro, los de fuera no te harán daño.

Si te gusta la miel, has de esperar que las abejas te piquen.

Dios da las nueces, pero no las casca.

El habla es plata; el silencio es oro.

Es cierto que no te quiero tanto como cuando éramos novios, pero es que a mi nunca me han gustado las mujeres casadas.

Si quieres miel no des puntapiés sobre la colmena.

Al perro que tiene dinero se le llama señor perro.

El mosquito puede dañar los ojos del león.

Las cosas no valen por el tiempo que duran, sino por las huellas que dejan.

Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría.

Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo.

Quien no comprende una mirada, tampoco comprenderá una larga explicación.

Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas.

Solo se tiran piedras al árbol cargado de frutos.

Un libro es como un jardín que se lleva en el bolsillo.

Repara tu trineo en el verano, y tu carreta en el invierno.

Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa.

Colmillo de marfil no crece en boca de cerdo.

Cuando hagas favores no los recuerdes. Cuando los recibas, no los olvides.

Cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie. Cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta.

El buen caballo no vuelve la cabeza cuando corre.

El hombre que hace mucho se equivoca mucho; el hombre que hace poco se equivoca poco; el hombre que no hace nada nunca se equivoca.

El sabio no dice lo que sabe, y el necio no sabe lo que dice.

Estaba furioso por no tener zapatos. Entonces encontré un hombre que no tenía pies.

La comadreja felicita el año nuevo a las gallinas, pero sus intenciones no son buenas.

La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?.

La leña que se cortó en mil días puede quemarse en uno solo.

La tinta más pobre de color vale más que la mejor memoria.

No podrás evitar que los pájaros de la preocupación y la inquietud vuelen sobre tu cabeza. Pero eres capaz de impedir que aniden en tus cabellos.

Pregunta lo que ignoras y pasarás por tonto cinco minutos; no lo preguntes y serás tonto toda la vida.

Quién persigue ciervos no atiende a conejos.

Saber tolerar un momento de ira significa ahorrarse un siglo de arrepentimientos

Si no quieres que se sepa, no lo hagas.

Si quieres que algo se haga, encárgaselo a una persona ocupada.

Si te caes siete veces, levántate ocho.

Si tienes un problema y no tiene solución, para que te preocupas. Y si tiene solución, para que te preocupas.

Tigre y ciervo no van juntos de paseo.

A quien teme preguntar, le avergüenza aprender.

Invierte en todo aquello que un naufragio no pueda arrebatarte.

No temas avanzar despacio, teme no avanzar.

Si un buen leñador tiene solo cinco horas para talar un árbol, empleará cuatro afilando el hacha.

Jamás permitas que tus pies vayan por delante de tus zapatos.

A la larga la lima se come el hierro.

Casarse significa domesticarse.

El cadáver del papa no ocupa más que el del sacristán.

El silencio es el santuario de la prudencia.

La auténtica ciencia enseña sobre todo a dudar y a ser ignorantes.

Mucho sabe el marido de una mujer, pero mucho más sabe su amante.

No hay remedios contra la muerte, pero la muerte en sí es un remedio.

Nunca les falta quehacer, ni al cura ni al diablo, ni a la mujer.

Oculta tu odio y será más eficaz.

Un enemigo declarado es menos peligroso que un amigo ambiguo.

Una buena tela encuentra el comprador sin tener que extenderla.

Quien no sabe bailar dice que los tambores no valen para nada.

Dos perros pueden matar a un león.

No hay árbol que el viento no haya sacudido.

No puede impedirse el viento. Pero pueden construirse molinos.

Antes de juzgar a una persona, camina tres lunas con sus mocasines.

Sólo se tiran piedras contra el árbol que da fruto.

Un tropezón puede prevenir una caída.

Vale más ser cobarde un minuto que muerto el resto de la vida.

Es mejor un feo hago que un hermoso haré.

Renuncia sólo cuando estés bajo tierra.

Una vez terminado el juego el rey y el peón vuelven a la misma caja.

Aun el mono se cae a veces del árbol.

Es mejor viajar lleno de esperanza que llegar.

Sólo en la actividad desearás vivir cien años.

Ya rías, ya llores, la vida dura lo mismo.

Hay que guardarse bien de un agua silenciosa, de un perro silencioso y de un enemigo silencioso.

La vida es un gorro; unos se lo ponen, otros se lo quitan.

No re acerques a una cabra por delante ni a un caballo por detrás, ni a un tonto por ningún lado.

Más confío en el trabajo que en la suerte.

Cuando tres marchan juntos, tiene que haber uno que mande.

La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces.

La luna y el amor, cuando no crecen, disminuyen.

La escalera ha de barrerse empezando por arriba.

Nadie ha sido nunca ahorcado con dinero en el bolsillo.

No es la ley lo que asusta, sino el juez.

Reza, pero no dejes de remar hacia la orilla.

Si cada uno barriera delante de su puerta, ¡qué limpia estaría la ciudad!

Un libro es amigo sólo de quien sabe leerlo.

Las palabras son como las abejas: tienen miel y aguijón.

Cuando el carro se haya roto muchos os dirán por donde no se debía pasar.

El que busca un amigo sin defectos se queda sin amigos.

Nadie necesita ayuda para tener problemas.

La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía.

Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego.

Los perros que se pelean contra ellos, se unen contra los lobos.

Bajo una mata florida está la culebra escondida.

Cuando el dinero habla, la verdad calla.

El asno puede entrar en el templo, pero no por ello se convierte en monje.

Es fácil esquivar la lanza, mas no el puñal oculto.

La liebre astuta tiene tres madrigueras.

No desesperes: de las nubes más negras cae un agua que es limpia y fecunda.

Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien días de tristeza.

Una liebre no come la hierba que está junto a su madriguera.

El que nada duda, nada sabe.

El amor y la tos no pueden ocultarse.

Una reputación de mil años puede depender de la conducta de una hora.

La mujer llora antes del matrimonio, el hombre después.