domingo, 2 de diciembre de 2012

INDULTADORES



Hace un año por estas fechas, un gobierno ya saliente y en funciones indultaba a un poderoso, Alfredo Sáenz, alto directivo del Banco de Santander o del Banesto, tanto monta, tras haber sido condenado a solo tres meses de arresto e inhabilitación para ejercer su oficio de banquero. Realmente una condena pequeñita pero especialmente dolorosa en su concepto de inhabilitación que Zapatero y sus muchachos obviaron de un plumazo en sus últimos estertores. La cosa venía de lejos, de muy lejos, pues la justicia que entre otras cosas lo que es es muy lenta, había invertido nada menos que diecisiete años en llegar a esa resolución, tras unos delitos de acusación y denuncia falsos que llevaron a tres empresarios por la calle de la amargura durante esos años, incluso a la cárcel, en una lucha desigual contra toda una estructura bancaria que tiene tentáculos por todas partes y departamentos de abogados que se dedican full time a asfixiar a quién o quienes se les ponen por delante.

Es imposible ponerse en la piel de estas tres personas cuando por fin consiguen que la justicia les dé la razón y tienen que asistir al bochornoso acto gubernamental que utiliza sus prerrogativas de una forma tan ignominiosa. No tienen que dar ninguna razón ni justificación de sus actos, pero esgrimieron el manido concepto que vale para todo de “una vez resueltos los expedientes, a la vista de los informes pertinentes y conforme a lo dispuesto en la Ley".

Los sucesivos recursos dilatorios no habían conseguido su propósito pero una llamadita al amiguete de turno dejó a este banquero libre como un pajarito fuera de su jaula ya que, según informó la AEB-Asociación de Banca Española, la decisión ha sido un acierto, ya que "es la persona que más ha contribuido a la estabilidad y progreso del sistema financiero español en los últimos 25 años”. Pues menudo progreso y estabilidad tenemos gracias a la actuación en los últimos años de muchos de estos. Pero no vamos a hablar del maltrecho sistema bancario español, cuyos dirigentes han caído tanto o más bajo que nuestros políticos, sino que esta noticia me viene a colación por un nuevo indulto, flagrante porque llueve sobre mojado, que ha sido concedido con reiteración a unos mossos d’esquadra, grupo policial catalán, que últimamente se está luciendo bajo los mandos del "conseller" de interior de la “Generalitat” de Cataluña Felip Puig cuyo nombre se ha alojado en mi memoria en contra de mi voluntad.

Resulta que hace un tiempo un grupo de esos policías que están a nuestro servicio para defendernos de los malos, detuvieron a un ciudadano rumano en lo que luego se ha demostrado una tremenda confusión, y en dependencias policiales lo apalearon, pisotearon, cosieron a golpes, dieron patadas y llegaron a meterle el cañón de una pistola en la boca. Las imágenes grabadas por una cámara existente en las dependencias han podido ser vistas por todos y demuestran el ensañamiento en la acción de unos borricos contra un ciudadano indefenso que además era inocente. La justicia condenó estos hechos lamentables con los correspondientes años de cárcel y, lo que es más importante, la inhabilitación para que estos servidores del orden sigan siéndolo y tuvieran que ir a ejercitar sus músculos en una cantera o en una mina, donde podrían desahogarse a fondo.

Pues no, señores, esto no iba a quedar así, y además con repetición y alevosía. Nuestro actual gobierno, magnánimo él, no indulta del todo, sino que reduce la pena lo suficiente para que estos chicos, pobres ellos, no vayan a la cárcel y no sean inhabilitados, pudiendo continuar sus andanzas en pos de la defensa del orden y de los ciudadanos. Pero el juez entra de nuevo y fuerza a que a pesar de esta reducción, la sentencia se cumpla y vayan a prisión. Pues no, otra vez y llueve sobre mojado, nuestros políticos se cubren de gloria y conceden un nuevo indulto pero esta vez total, que se habrán creído estos juececillos de peras al cuarto. Y encima doscientos jueces se permiten dirigir un escrito condenando el indulto con lo cual la tensión entre los poderes judicial y ejecutivo aumenta día a día. Recordemos que el actual ministro de Justicia es Alberto Ruiz Gallardón que, como no podía ser de otra manera, defendió la decisión del Ejecutivo de conceder el indulto diciendo de nuevo que “es facultad del Gobierno el derecho de gracia y que en este caso concurrían todas las condiciones favorables”. Más de lo mismo.

Siempre se ha hablado de “moderno” estado de derecho, y entre otras cosas de la separación de poderes, en lo que se supone que la justicia es profesional e independiente del gobierno de turno. El Ejecutivo defendió su postura con argumentos un tanto antiguos, señalando que los jueces no pueden entrometerse en competencias que no son suyas, sino del Gobierno, por una ley del siglo XIX. O somos muy tontos o lo que parece es todo lo contrario, que el Gobierno se está entrometiendo en las competencias judiciales que, recordemos, no son suyas.

En esta semana un programa de televisión dirigido por Wyoming, El Intermedio, ha dedicado amplios comentarios a este asunto que me han puesto los pelos de punta por temas de “cantidad”. Parecía que esto de los indultos gubernamentales era un hecho aislado y puntual. Pero cuando te enteras que el Gobierno de Aznar concedió cerca de SEIS MIL indultos, el de Zapatero cerca de CUATRO MIL y estos de ahora llevan ya más de CUATROCIENTOS, lo que parece es que hagas lo que hagas y si no consigues ganar en los procesos judiciales, siempre está la figura del indulto si tienes el suficiente poder y los suficientes contactos para obtener los favores de un gobierno que además no tiene que dar ninguna explicación de sus actos. Indulta y punto. Esto es transparencia y forma de hacer las cosas.