domingo, 12 de octubre de 2014

IMPREVISIÓN



Me hubiera gustado hacer la foto que ilustra esta entrada por mí mismo, pero fue imposible. Ayer se celebró una jornada de puertas abiertas, es un decir, en la base aérea de Torrejón en las cercanías de Madrid con motivo de la celebración del 75 aniversario del Ejército del Aire Español. La foto que ilustra esta entrada la he pedido prestada a mi hijo que fue más previsor que yo y consiguió entrar. Hubiera sido una buena ocasión para buscar en mi archivo analógico en diapositivas o negativos una propia de hace años pero la falta de tiempo no me lo permite.

Tenía un buen recuerdo de un acto de este tipo porque asistí a uno celebrado exactamente el diecisiete de junio de dos mil uno. Puede parecer extraño que recuerde con tanta precisión la fecha pero es debido a que al día siguiente ocurrió un evento familiar de esos que no se olvidan, con lo cual recordar esta fecha tiene truco. Aquel día asistí con mi familia al aeropuerto de Barajas con una invitación para visitar las instalaciones y los hangares y luego como colofón acabamos en la base aérea de Torrejón viendo unas excelentes exhibiciones entre las que recuerdo las evoluciones de la patrulla Águila, los tirabuzones de varios aviones y la siempre impresionante silueta de un avión con capacidad de despegue en vertical, que nos deleitó a los asistentes con diferentes cabriolas a tres metros del suelo, eso sí, bajo un ruido ensordecedor.

Ayer quisimos repetir la jornada, pero fue imposible. Se anunciaban en páginas web diferentes actos similares a los descritos más otros patrocinados por diferentes empresas y organismos. Ya estaba avisado de que podía haber follón pero mis recuerdos de la amplitud de la base y sus aparcamientos me animó a intentar asistir a los actos centrales del día, lo que fue un craso error por mi parte. El dicho de «mal de muchos, consuelo de tontos» acierta de pleno en lo ocurrido ayer. Los actos daban comienzo a las diez pero se podía acceder desde las ocho de la mañana, momento en que los más madrugadores ya estaban allí en busca de posiciones privilegiadas y con sus sillas plegables para mejor aguantar la jornada. Yo me consolaba con que para ver los espectáculos en el aire servía cualquier lugar con tal de mirar para arriba.

Según nos acercábamos a las inmediaciones, los paneles de la M-40 anunciaban colapso en la zona y recomendaban tomar las autopistas de peaje. Así, de forma general, sin preguntarte donde ibas. Abandonar la M-40 para acceder A-2 fue una tarea ímproba: el atasco a esa hora era monumental aunque no se sabía por qué podía estar motivado, pues en los paneles no se informaba de la causa. Mientras avanzábamos pasito a pasito los paneles cambiaron y empezaron a informar de que el aparcamiento de la base estaba lleno. Tras ello no tenía sentido seguir intentando acceder a los actos y en el primer desvío nos dimos la vuelta y dedicamos la mañana a pasear por el parque de El Capricho, una belleza no de todos conocida. Pero hete aquí que lo de «aparcamiento lleno» era mentira… Se me ocurrió mirar twitter, esa fuente fiable por lo general de información directa de los usuarios y encontré el siguiente tweet entre otros muchos con fotografías y referencias al acto


Me llamó la atención lo de «parking de sobra». ¿No habíamos quedado que estaba lleno según los paneles informativos? Mandé un «trino» a este usuario mostrándole mi extrañeza y sin haber reparado en lo «pésimo acceso» y amablemente me contestó con lo siguiente


Con esto estaba todo claro. Lo de aparcamiento lleno era una «mentirijilla piadosa» para que nos diéramos la vuelta ipso facto el mayor número posible de automovilistas y descongestionáramos el monumental follón que se había preparado. Si hubieran informado de lo que realmente estaba ocurriendo, «problemas de acceso», muy probablemente no nos hubiéramos dado la vuelta y hubiéramos aguantado estoicamente.

Reconozco mi falta de previsión, mi falta de información, el no haber hecho caso a mi hijo y o bien haber madrugado o bien desistido de asistir. Pero con independencia de todo ello, no se me podrá negar que la organización del acto dejó mucho que desear y desde luego consiguió que miles de automovilistas quedaran atrapados, no sólo los que iban al acto sino los que intentaban transitar por allí un sábado para ir al aeropuerto o a comer a Alcalá de Henares con su familia. Y además, como es mi caso, algunos tuvieron que soportar la desilusión de sus hijos que se habían hecho a la idea de presenciar una bonita demostración de aviones y helicópteros, un tema que atrae la atención de chicos y grandes por su vistosidad y que no siempre se tiene oportunidad de presenciar.

Con esto de que todas las personas valen para cualquier cosa, se pone a un profesor a ejercer de director de instituto en vez de impartir sus clases de matemáticas, a un médico a dirigir administrativamente un hospital en vez de operar de varices a sus pacientes, a un constructor a ejercer de alcalde de cualquier municipio, o ya por extensión, a cualquier indocumentado a ejercer de ministro, presidente de una comunidad autónoma o consejero de lo que haga falta. Vale todo. A mí me gustaría tener un cambio de impresiones con la persona que organizó en última instancia todo lo de ayer para ver si aquello estaba bien meditado y no había forma humana de hacerlo de otra manera o simplemente fue una metedura de pata de miles y miles de ciudadanos que somos unos imprevisores y unos «viva la virgen» y no nos enteramos de cómo hay que deambular por este mundo.

Pero como dice mi buen amigo Félix, los hechos son los hechos. Es indudable que ayer hubo un follón automovilístico en la zona, ergo algo estuvo mal planteado y mal organizado. Y si no que se lo digan a unos cuantos que perdieron sus vuelos en el aeropuerto por este asunto.

Me consuela que según dicen las crónicas en los medios, alrededor de 200.000 personas asistieron al evento. Como aquello de contar se me da muy mal… ya serían menos.