domingo, 5 de marzo de 2023

AUTONOMÍ…sanidad

Los españoles NO SOMOS TODOS IGUALES ante la… Sanidad. Para temas sanitarios, debido a la cesión completa de las competencias sanitarias a las Comunidades Autónomas, no es lo mismo ser madrileño que andaluz, al igual que no es lo mismo que un percance sanitario te ocurra en tu Comunidad Autónoma que te ocurra en otra. De hecho, muchos españoles traspasan las fronteras comunitarias —intencionadamente— en busca de una atención mejor en otra comunidad que en la suya propia.

El Artículo 43 de la Constitución Española en vigor dice que… «Se reconoce el derecho a la protección de la salud» y «Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios». Tantas cosas dice la Constitución que no se cumplen ni se desarrollan que esta es una más.

Cuando el incidente sanitario te ocurre de forma fortuita en una CC.AA. que no es la tuya… échate a temblar. No voy a aprovecharme para desarrollar en esta entrada los recientes y acuciantes problemas de la Sanidad Pública en varias comunidades, sino que comentaré tres hechos, conocidos de primera mano, que te ponen los pelos como escarpias que diría mi buen amigo Arturo.

Un matrimonio residente en El Escorial, Comunidad de Madrid (CAM), muy cerca del linde con la Comunidad de Castilla y León (CYL) decide un día darse un paseo por Segovia, distante 53 Km. Durante el paseo, la mujer sufre un ictus y los servicios sanitarios avisados, siguiendo el protocolo que corresponda, trasladan al matrimonio a Valladolid —120 Km.— hospital de referencia en la CYL. De pronto, sin comerlo ni beberlo, el matrimonio se encuentra en un hospital a 173 Km. de su residencia, cuando en su propia localidad de residencia —El Escorial— hay un hospital con garantías suficientes y a menos distancia para atender el ictus. El traslado posterior, al cabo de los días, desde Valladolid a El Escorial… un calvario administrativo entre la CYL y la CAM.

Mismo o parecido caso con idénticas CC.AA. implicadas. En este caso la residente de El Escorial se encontraba en Las Navas del Marqués, Ávila, distante 25 Km. Ahora, el protocolo sanitario organiza su traslado a… ¡Salamanca!, 145 Km. La afectada se encuentra de pronto a 170 Km. de su casa, de su hospital de referencia y de sus familiares.

Y el tercero, maremía del amor hermoso que diría mi gran amigo Eduardo. Sufrido en carnes propias y que ya va adquiriendo visos de solución, ha sido un infierno. Mi hijo sufre un sábado a media mañana un percance que cursa con politraumatismos en cadera, codo, omóplato y costillas. Trasladado a un hospital comarcal de la Junta de Andalucía, le operan de urgencia de la cadera y le hacen una estabilización del codo porque en ese hospital no pueden acometer la compleja operación necesaria. El hospital se encuentra a 563 Km. de nuestro domicilio y, como digo, en otra Comunidad Autónoma. Contactados telefónicamente por el hospital, nos personamos allí tras un intranquilo viaje de casi seis horas cerca de la medianoche.

Tengo que recalcar aquí y así lo he hecho de vida voz y por escrito, la talla profesional y humana de todo el personal del hospital que se desvivió en todo momento por la atención a mi hijo y a nosotros. Este el texto del mensaje dirigido al Director-Gestor del Hospital y al Servicio de Salud de la Junta de Andalucía:

Quisiera con estas líneas expresar nuestro más sentido y emocionado agradecimiento a TODO el personal de ese maravilloso hospital, que nos ha obsequiado los seis días que hemos estado allí con un trato exquisito que no sabemos cómo agradecer. El traumatólogo doctor Alberto, el médico y el anestesista que le operaron de la cadera que subieron varios días a la habitación a interesarse por su estado, la enfermera que le desvistió en su llegada a urgencias y subió a interesarse por su estado al cabo de tres días, todo el personal de enfermería (que llegamos a algunos a conocer por su nombre como Dolo o Elías pero todos sin excepción), el personal auxiliar (Luis y otros muchos) y en fin, TODAS las personas con las que nos cruzamos se desvivieron por atendernos y ayudar más allá de sus posibilidades. La valía profesional y la talla humana de TODO el personal de ese hospital nos deja conmocionados. Además de dar las gracias a todos ellos, reconocer que son lo mejor de Sanidad, a pesar de cuestiones no sanitarias y el trato que a veces reciben, inmerecido a todas luces.

Nos consta los reiterados intentos por parte del servicio de traumatología de contactar con el Hospital de Referencia de mi hijo en Madrid, Puerta de Hierro, viendo impotentes como pasaban los días sin poder obtener una respuesta positiva para poder derivarlo para la operación complicada de codo que precisaba. La burocracia se impuso una vez más y todos sus esfuerzos, que me constan, fueron en vano. Tristemente y ya casi desesperados, tuvimos que optar por un traslado y una atención privada y mi hijo se recupera ya en casa de la operación del codo realizada en Madrid.

Sencillamente, gracias de corazón, muchísimas gracias. Nuestro agradecimiento infinito, que nos gustaría poder expresar a todos y cada uno personalmente.

En mis estudios de bachillerato, ampliados ahora en la senectud, recorrimos la formación de los Reinos de Taifas que aparecieron en la España medieval por el desmembramiento del Reino Musulmán. Todas las comparaciones son odiosas, pero esto de las Comunidades Autónomas me parece una edición corregida y aumentada de aquello. No aprendemos de la historia y la repetimos, volvemos a tropezar una y otra vez en lo mismo. Los reyezuelos de entonces son ahora los presidentes autonómicos, que hacen y deshacen a su antojo, aconsejados por una miríada de eruditos consejeros. Eso, sí, que no haya ninguna duda que velan por el mejor interés de sus ciudadanos administrados y nunca pensando en beneficios propios o tangenciales para partidos políticos, organizaciones, empresas afines, familiares o amistades.

Cada cual tendrá sus opiniones, pero la mía y no es de ahora, es clara: un NO rotundo a las Comunidades Autónomas, al menos tal y como están concebidas. El hecho de que un español tenga mejores condiciones en cualquier aspecto por residir en una Autonomía, ya me parece fatal por comparación con otros. Todos iguales, en lo bueno y en lo malo, debería ser la premisa fundamental. Pero claro, somos bastante primarios y atendemos antes a los embaucadores que trabajan nuestras emociones y desatienden nuestras necesidades. Y así nos va.