domingo, 7 de enero de 2024

MATERIALIZAR

Muchas cosas en esta vida son cuestión de tiempo, nunca sabremos cuanto, pero llegarán. Solo hay que tener la suficiente paciencia y salud para verlas materializarse. Siempre recordaremos las fantasías —en su época— de los libros de Julio Verne, muchas de las cuales son hoy una realidad o están en camino de serlo. Si somos capaces de tramar cualquier aparato inexistente en la actualidad… será cuestión de tiempo que llegue a hacerse realidad.

Hace exactamente seis años, el 31 de diciembre de 2017, escribía en este blog la entrada «DEDO» en la que hablaba de un artilugio —un «dedo» mecánico— que me había fabricado con la ayuda de mi hermano Jesús para poder pasar las páginas de mi lector electrónico Kindle sujeto en un soporte en la mesilla sin tener que estar sacando continuamente el brazo para hacerlo de forma manual. Aparte de lo engorroso y repetitivo del movimiento, en invierno se añade el inconveniente del fresquito al tener que sacar el brazo del edredón. En fin, para interesados, detalles en esa entrada del blog a la que aludo. Si algún lector tiene la curiosidad, en este enlace a la plataforma Youtube hay un video de 15 segundos en el que se muestra su funcionamiento. Realmente es el mecanismo de un chupete, pero cumple su función a las mil maravillas.

Decía en esa entrada que … «sería (bueno) un pequeño mando a distancia que permita las funciones básicas de pasar página adelante y atrás e incluso el apagado del aparato, aunque esta es una función que realiza el solito al llevar inactivo un tiempo». En esas fechas me puse en contacto con el departamento de sugerencias de Amazon para brindarles la idea, que no parecía complicada de implementar en sus lectores. Tomaron nota, me dieron buenas palabras, pero nunca más se supo y el mando a distancia para los Kindle, que yo sepa, sigue sin estar disponible. También decía que … «no podemos olvidar que habrá casos de personas postradas en cama o en una silla de ruedas que no puedan sujetar de forma continua el libro con las manos, con lo que un dispositivo de este tipo les sería también de gran ayuda».

Ha pasado el tiempo y ya están disponibles en el mercado algunos modelos que hacen exactamente lo que mi «dedo mecánico». Hacen eso y solo eso, suplir el contacto táctil sobre una pantalla con una pinza y gobernarlo con un mando a distancia que funciona por radiofrecuencia, con lo que nos quitamos el engorro del cable. El mando a distancia es recargable como todo hoy en día mediante una conexión USB y su duración es mucha, con lo que prácticamente nos olvidamos, cuestión que también ocurre con la batería del propio lector.

Cuando miro algún aparato en la plataforma esa donde casi nos vemos obligados a comprar hoy en día, me gusta mirar los comentarios en las valoraciones de los compradores. En el caso de este —imagen al principio de esta entrada— hay miles de valoraciones positivas, aunque también alguna, pocas, negativas. Es curioso leer las explicaciones:

«Funciona muy bien. No tengo que sacar las manos de debajo de la manta»,

«Yo lo utilizo con el Kindle, acompañado con un soporte flexible agarrado a la mesilla. Esto me permite leer en cama sin levantar el brazo. Una fantasía»

Es perfecto para leer en la cama. Pasar las páginas del Kindle sin tocar la pantalla se agradece cuando hace frío.

Ya no puedo vivir sin él, especialmente cuando duermes bajo el edredón y quieres mantener tus manos calientes. Utilizado en el Kindle Oasis funciona muy bien.

No hay nada como tener una necesidad no cubierta para apreciar la solución en el momento en que aparece. Yo decía en aquella entrada que… «cuando el mando a distancia se haga realidad en un futuro, seré el primero en apuntarme al carro». Pues me dan muchas ganas, más ahora que estamos en época de regalos, pero mientras siga funcionando mi pintoresco y antediluviano archiperre, tomo nota de la existencia de la modernidad, pero seguiré con mi interruptor «alámbrico» de fabricación casera. Tiene un inconveniente al ser mecánico: hace un ruidito, «clac-clac», que no me resulta molesto a mí como lector, pero si puede serlo si queremos leer en medio de la noche en una habitación donde haya más personas