sábado, 20 de septiembre de 2008

Q


Entre los tipos de lectura que más me gustan y entretienen están los que se agrupan bajo el nominado género de novela histórica. Los buenos autores suelen aclarar al final de las obras que es lo que en realidad tiene de histórica y que es lo que por otra parte ha sido inventado para dar soporte y andamiaje a la trama. En todo caso, sean verdad o no, es un género que cultivo. Me gusta y me entretiene.
De vez en cuando abandono por otros géneros pero al poco tiempo debo volver. Estaba estos días recabando información sobre que libro acometer cuando me he topado con una web que trata de libros de historia. El enlace es http://www.hislibris.com/ y se ha servido para darme una idea sobre los libros a leer en el futuro amén de leer muchas y buenas opiniones de los que ya he leído.
En uno de los apartados de su foro he hallado un ranking de libros más votados. Me ha servido para tomar buena nota de algunos y debo reconocer mi sorpresa al escudriñar el primero de la lista, el más votado con diferencia. Su título es un poco extraño, nada menos que de una sola letra, la “Q” por más señas. No puede ser un título más corto y que, sin saber nada más, diga menos del libro. El hecho de que la web sea seria, al menos a mí me lo parece, me ha hecho investigar más. Han sido varias las sorpresas pero una de ellas me ha dejado de lo más sorprendido. Dejaré su descripción para el final de este suelto.
Otra cuestión extraña es el autor, Luther Blissett. Investigando resulta que no existe tal autor, sino que es un pseudónimo utilizado para aglutinar varios autores que han escrito el libro de forma conjunta, otra novedad. Nuevamente existe una web http://www.lutherblissett.net que contiene variada información acerca del proyecto de estas personas, que es más amplio que escribir una novela de título tan escueto. Esta web remite a la actual que es la denominada
http://www.wumingfoundation.com/ . Wu Ming es una expresión china que traducida significa “sin nombre”. Todo un trabalenguas que mantiene el interés. Las páginas están en varios idiomas, entre ellos el castellano y contienen tanta información que hay que armarse de paciencia y echar bota y merienda para digerir todo lo que en ellas se cuenta.
Otra sorpresa. En un rinconcito leo que todas sus obras están disponibles, que se pueden bajar de internet y utilizar gratuitamente y sin ningún problema. Esto es nuevo, ofrecidas por los autores y desde la web oficial. Entre ellas, por supuesto, estaba “Q”. He probado a bajarla y ha bajado, descansa en el disco duro de mi PC un archivo en formato PDF de poco más de 1 megabyte con la novela completa.
No concibo leer una novela en la pantalla del ordenador. Lógicamente me la he comprado, en la edición de bolsillo, un tomito que se promete duro de pelar si no es interesante y que habrá que atacar de frente para digerir hasta la última de sus más de 750 páginas, complementadas con un buen número de grabados y reproducciones. Caerá seguro, tantos votantes de un foro no se pueden equivocar al elegirla.
¿Han oído hablar Vds. del “copyleft”? Es un movimiento que surge por contraposición al “copyright” que vemos constantemente en todos los sitios y al que, por unas razones o por otras, poco o nada de caso se hace. Allá cada cual con su conciencia y sus autojustificaciones. Pero volviendo al tema prometido, no cabe en la cabeza que “Q” y otras muchas obras y escritos de Luther Blissett o su sucesor Wu Ming estén en ”copyleft”, esto es, pueden ser leídas y transferidas siempre que se haga un uso particular, no comercial, de ellas y que se mantenga e indique el nombre del autor. Ojo pues a los pillines piratillas que copian y pegan aprovechando para cambiar el nombre del autor. Ya me he encontrado con alguno de ellos y al final, tarde o temprano, acaban siendo descubiertos.
Por si hubiera alguna duda, reproduzco el texto que puede encontrarse en la contraportada de la edición y que nos suena a la vez que nos choca, después de haber leído tantos y tantos:
“Está permitida la reproducción total o parcial de esta obra y su difusión telemática siempre y cuando sea para uso personal de los lectores y no con fines comerciales.”
O porque no me he fijado o porque nunca ha caído en mis manos, es la primera vez que leo esto en una publicación. Sorprendente. Ahora, los que gustan de leer sin comprar o ir a la biblioteca y por su empleo disponen de folios e impresora gratis, tienen la oportunidad, sin incurrir en delito, de irse imprimiendo poco a poco esta supongo estupenda novela. Otra cosa será lo que opinen sus jefes por el gasto de papel y toner de la impresora.