domingo, 31 de octubre de 2010
GARANTÍAS
Parece premonitorio. Si antes hablo de las bondades de mi lector de libros electrónico en una entrada en este blog justamente la semana, pasada, antes se me estropea. De alguna forma este es uno de los inconvenientes, que por otra parte no le pasa a un libro convencional.
Esta mañana, sin nada aparente que haya ocurrido, la pantalla ha aparecido “a rayas”, con lo que cual a mí me ha dejado “a cuadros”. La pantalla mostraba una serie de rayas y aunque parecía que los controles y mandos del aparato funcionaban, la muestra en pantalla estaba formada por las mencionadas líneas y manchas. Ha dado la casualidad de que el libro que finalmente empecé a leer el domingo pasado, por un cambio de intención, fue Los Pilares de la Tierra, un libro que había leído hace veinte años y que lo conservaba en papel. Un poco de búsqueda adelante y atrás y he logrado posicionarme en la página 404, que no tiene nada que ver con la que figuraba en el libro electrónico, y seguir leyendo, aunque más incómodo, pues es un formato de bolsillo, con más de mil páginas y una letra diminuta que no tiene ninguna posibilidad de ampliarse.
Por las últimas leyes publicadas en nuestro país, los aparatos tienen un período de garantía oficial de dos años, aunque algunas casas, sobre todo multinacionales, se hacen oídos sordos a esto y mantienen que el período es de solo un año. La verdad es que lo normal es que los aparatos se estropeen, caso de estropearse, a los dos años y un día, justo cuando ha acabado el período de garantía. Y lo que también ocurre, y lo digo por experiencia propia, es que el servicio técnico o no existe o más te vale comprar uno nuevo porque en muchos casos los inconvenientes y el precio de la reparación no la justifican. A mí me ocurrió hace algún tiempo con una pantalla de ordenador y me dijeron tranquilamente que el servicio técnico para España estaba en Portugal y que tenía que mandarlo allí por mensajero a mi coste y a la vuelta pagar el coste de la reparación y el envío. Me disuadieron de hacerlo y me compré otra pantalla, por supuesto que de otra marca, aunque no averigüé si tenía servicio técnico aquí o estaba en Pernambuco.
Y con esto entramos en el tema de las garantías. Antaño, cuando comprábamos un aparato que tenía garantía, nos sellaban en la tienda un cupón dedicado para ella junto con la fecha de compra, que había que mandar por correo ordinario a una dirección para que la garantía empezara a tener validez. Hogaño, con las nuevas tecnologías, existe el concepto de registro a través de internet, pero no nos quita de que es absolutamente necesario guardar el ticket o la factura de compra para demostrar la fecha de adquisición de nuestro aparato para tener derecho a una reparación en caso de avería.
Esto tiene ahora su truco, porque si sabemos de algún familiar o amigo que se ha comprado un aparato como el nuestro recientemente, siempre podemos pedirle su justificante para usarlo nosotros. Esto resulta válido si bien las casas utilizan los números de serie y los períodos de envío a los comerciantes para determinar la concordancia a grandes rasgos.
Pero aquí viene lo bueno. Nos queda claro que debemos conservar el ticket de compra. Una pregunta que me surge es porque no emplear un poco de tiempo en pedir una factura, máxime cuando los aparatos cuestan unos cuantos euros. Generalmente no lo hacemos salvo que seamos empresarios o autónomos y tengamos la posibilidad de colar el aparato como necesario para nuestro negocio y poder descontarnos el IVA y algunos gastos en nuestra declaración. Supongamos que no pedimos factura y supongamos también que guardamos con esmero nuestros tickets. Pues aun así nos pueden pasar dos cosas al menos: una, que el ticket no haga referencia clara al aparato. En mi caso y hablando del lector de libros electrónico, el ticket de la tienda en la que fue adquirido, Hipercor, nuestra como concepto un genérico como “consumibles”. El precio coincide en lo que costaba en aquella época de primeros de año pero esperemos que el servicio técnico de Grammata-Papyre no me ponga pegas. Y otra cosa que puede ocurrir y que no ha sido el caso, pero me he dado cuenta al buscar este justificante, es que el ticket esté borrado. Si, borrado, completamente en blanco. Me ha pasado con varios, de los que están realizados en papel térmico, que o bien están completamente borrados o estaban empezando a borrarse. Contra esto solo se me ocurre una solución y no es otra que pasarlos por el escáner para por lo menos tener una prueba que poder mostrar en caso de que sea necesario y nos la soliciten. Me he dado esta mañana una paliza a escanear todos aquellos tickets que tenían menos de dos años de antigüedad, por si las moscas.
A partir de ahora, y además de recomendarlo yo así lo haré, debemos invertir algo de tiempo cuando compremos un aparato que pueda estar sujeto a garantía. Comprobar el ticket para que se especifique claramente el aparato y el modelo, pedir aunque no nos haga falta una factura y al llegar a casa, ticket y factura, o los dos, escanearlos junto con los datos técnicos como puedan ser el modelo, color, número de serie y aquellos que puedan resultar de interés ante una eventual visita al servicio técnico.