domingo, 22 de mayo de 2011

MANSOS


Hoy se celebran en España elecciones para rellenar los ayuntamientos y las autonomías, no todas, de políticos que van a regir nuestros destinos en los próximos cuatro años. Como recuerdo nítidamente la primera vez en mi vida que se celebraron estos eventos, allá por abril de 1979, la perspectiva de su efectividad arroja sobre mi actitud un planteamiento inicial de indiferencia y desánimo.

Tras una época en España en la que las libertades estuvieron seriamente recortadas, las primeras elecciones municipales nos dieron la oportunidad de participar con nuestros votos en el cambio y nos creímos que los elegidos iban a regir nuestros destinos haciendo lo mejor para todos. Y añado, no solo para ellos. Más de treinta años después, una de las cosas peor valoradas por los españoles, tras el condumio, es la clase política. Por algo será. Un partido y otro, que tan solo ha habido dos, se han ido alternando con mayor o menor fortuna debido a los bandazos de la economía. En ocasiones les ha tocado bonanza y “lo han hecho bien” y en ocasiones las ha tocado crisis y "lo han hecho peor". Ambos dos. Otros más pequeños andan a la comparsa a ver si con alguna ayudita en momentos puntuales pueden sacar tajada. Y así nos va, como digo, treinta años después.

La foto que ilustra esta entrada está tomada en 1979, justo un mes después de las primeras elecciones municipales, en un pueblo cualquiera un día especial, al menos en aquellas fechas: el 1º de Mayo, día de los trabajadores. Las manifestaciones eran sistemáticas ese día porque había mucho por lo que luchar. Todavía mantengo muy vívida en mi retina la imagen de una de las muchas manifestaciones a las que acudí, a principio de los años setenta en vida todavía de Franco. Estábamos sentados en medio de la Castellana en Madrid reivindicando no sé qué. Los caballos de la policía, los grises, nos pasaban al lado con aquellas patazas. Nos daba miedo mirar hacia arriba y ver en lo alto el policía, con su enorme porra, mirándonos no sé si con desprecio o compasión, mientras temíamos que el caballo se desbocara y nos pisoteara a todos. Vamos, que nos jugábamos el bigote y eso que algunos todavía casi no lo teníamos.

Muchas de las ventajas laborales y sociales que se consiguieron en aquella época han caído de un plumazo en los últimos años, con crisis o sin crisis. Volvemos al trabajo de sol a sol, por cuatro míseros euros, por resumirlo en pocas palabras al tiempo que se recortan muchos derechos por los que hemos estado luchando, y pagando, durante años. Y me da la impresión de que pagamos todos, pero más los que menos tienen.

Llevábamos unos cuantos años los españoles muy mansos. Cada uno a lo suyo, luchando por mantener lo poco o lo mucho que se ha conseguido a base de trabajar y ahorrar como las hormiguitas. Parecía que las elecciones de hoy iban a ser un mero trámite más para poner en ayuntamientos y autonomías a los mismos o a otros que iban a seguir como hasta ahora. Apañándose con amigos y familiares, subsistiendo como Dios daba a entender a cada uno. Y mientras tanto soportando mensajes de políticos y banqueros diciendo cosas inconexas un día para cambiar el discurso al día siguiente. Ya ni las prestábamos atención porque en el fondo no nos interesaba y sabíamos que se preocupaban por ellos mismos y no por nosotros. En estos días se ha publicado lo que ganan al año, lo OFICIAL, algunos de los que nos arengan diciendo que tenemos que trabajar más, descansar menos y ganar menos. Un consejero delegado del banco más fuerte español se mete a la buchaca más de NUEVE millones de euros al año, el presidente de timofónica casi NUEVE y para que seguir. El sueldo, repito lo de “oficial”, de uno de estos señores equivale al de QUINIENTOS de los llamados mileuristas, más o menos.

Parecía que iban a ser un trámite más estas elecciones. Pero no. Movimientos ciudadanos han puesto en candelero a políticos y banqueros y se han lanzado a la calle de forma pacífica para decir BASTA. Tuve contacto hace meses y he seguido de cerca el movimiento #nolesvotes ( http://www.nolesvotes.com/ ) surgido a raíz de la aprobación de la llamada Ley Sinde donde los dos partidos mayoritarios más un adlátere regionalista se pusieron de acuerdo para poner en marcha ley tan esperpéntica como falta de imaginación. Son de esas leyes que no se pueden llevar a cabo y que parecen surgidas del siglo pasado. Hay hasta manuales sencillos para que esa ley no tenga efecto práctico y sea inviable llevarla a cabo. Un desprestigio más que añadir a la justicia.

A la par han ido siguiendo otros movimientos como #democraciarealya y otros parecidos que han aglutinado un sinfín de pequeños grupos y cuya puesta de largo fueron las sesenta manifestaciones convocadas en España el pasado 15 de Mayo. Tuve oportunidad de asistir a la de Madrid y recuperar vivencias de mi juventud viendo a la gente dejar su mansedumbre y moverse y movilizarse por algo en lo que cree y hace falta: un cambio en las maneras y en las formas. Allí había todo tipo de personas, jóvenes, mayores, familias, españoles, inmigrantes….

Y al final lo mejor de todo esto es que a los que nos mandan, a la vista o en la sombra, les ha pillado desprevenidos. No saben por dónde les ha venido y han reaccionado de las maneras más variopintas. Al principio creían que era una lluvia pasajera pero lo que se está viendo y viviendo en la Puerta del Sol, en otras ciudades españolas e incluso en muchas embajadas de España en el extranjero, dan una idea de que algo se mueve. No sé el tiempo que estará disponible, pero una fotografía, una estupenda y panorámica fotografía, vale más que mil palabras para ver lo que está pasando y quienes están allí. Podemos acercar la fotografía hasta leer los carteles y conocer a las personas y ver que las hay de todos los colores, hasta el clásico japonés haciendo fotos con su cámara.

http://especiales.lainformacion.com/panoramicas/manifestacion-acampada-sol/

Que no decaiga.