lunes, 14 de noviembre de 2011
MEDROSÍA
Me viene pintiparada la palabra rara recibida hoy mismo en mi correo electrónico para titular con ella esta entrada del blog, que se ha retrasado un poco debido a una atareada semana anterior que por fin ya pasó.
No es bueno escribir sobre temas políticos pero también es malo dejar de hacerlo. Estamos en la última recta de la campaña electoral, donde los candidatos y candidatas, menos, se esfuerzan por que atendamos sus consignas y cuando lo consiguen, lo que no es mi caso, quieren convencernos no solo de lo buenos que son ellos sino de lo malos que son los demás, que de todo hay.
La imagen que ilustra esta entrada es de fabricación casera. Ahora que me he aficionado al “powerpoint” toca hacerlo todo con esta herramienta en detrimento de otras más sencillas como “paint” o de otras más complicadas como el “potochó”. En todo caso es el remedo de una pancarta que pude observar en una manifestación y que me gustó, porque coincide con una idea que hace tiempo me viene dando vueltas en la cabeza. Lo de la línea primera, al mezclar las siglas de los dos partidos políticos mayoritarios está claro, se trata de hacer un único partido aglutinando a los dos, que un poco en realidad eso es lo que es. Tanto monta, monta tanto que se viene diciendo desde la Edad Media.
El texto de la segunda línea, en inglés, es famoso y a buen seguro conocido por todo el mundo, a poco que haya jugado en alguna maquinita. Ya hace muchos años, las máquinas de bolas, supongo que importadas del extranjero, terminaban la partida con ese mensaje. Eso es lo que significa, fin de la partida, se acabó el juego. No es que el PP y el PSOE, es decir el PPSOE, estén jugando, no digo yo eso, pero sí que se les acabó el tiempo. Les toca jugar a otros. Aunque sea un ratito y lo hagan peor.
No tengo muy claro si el bipartidismo político es bueno o no para una nación. Lo más probable es que con esta fórmula se consiga estabilidad y las alternancias en las tareas de gobierno se produzcan sin sobresaltos ni traumatismos, con toda la tranquilidad posible. O uno u otro ganarán las elecciones en función del tiempo que lleven o de como hayan desarrollado su labor. Lo que no es de recibo es lo de aquí. Que oficialmente hay libertad de partidos, que puede haber muchos, pero la realidad es que los que están fuera del binomio en el poder, PPSOE, lo tienen muy crudo para poder rascar un diputado que sentar en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo. Ya hemos hablado de ello en otras ocasiones, ver la entrada VOTOS , de cómo los minoritarios, aclaro los minoritarios no nacionalistas, se las ven y se las desean para conseguir un diputadillo que sentar en el congreso y tener siquiera una presencia simbólica que les permita decir algo en el poco tiempo que les asignen.
Uno de los movimientos ciudadanos de los últimos meses, cuyo nombre no mencionaré para que no se piense que le hago propaganda, ha recogido el sentimiento de muchos españoles acerca del bipartidismo: que ya está bien. Pero la única posibilidad que tenemos, ya nos lo recalcan los que están y los que vienen, es acudir a votar y con nuestro voto cambiar las cosas. Bien saben ellos que tal y como están las cosas eso no es posible. No ya fundar un partido nuevo sino una vez conseguido esto y solventadas todos los impedimentos que son, han sido, muchos, es imposible llegar a los ciudadanos sin la potencia monetaria de los partidos en el poder y sin asignación, mísera y paupérrima, de espacios gratuitos en los medios. Tarea de gigantes.
Las redes sociales e internet tienen mucho que decir en esto. Pero somos pocos los ciudadanos que vivimos en ellas y con ellas. Pero es cuestión de tiempo, seremos cada vez más y será cada vez más difícil acallar la justa protesta en contra de lo establecido y que no va a ser cambiado por las buenas por quienes se perpetúan una vez tras otra en las poltronas de Congreso y Senado.
Hay que ir a votar y no vale votar en blanco ni votar nulo. Hay que votar alguna de las opciones. Con seso y sentido, con practicidad y con tino para conseguir lo que queremos. Y si no sabemos cómo hacerlo, si estamos indecisos, pero tenemos claro que los hechos, las actuaciones del partido en el poder, PPSOE, en los últimos treinta años, no nos convencen ni son una garantía para el futuro de que cambien algo las cosas, busquemos ayuda, sin pudor y sin vergüenza, en amigos, publicaciones, foros, blogs, en la red, donde sea. Son muy pocas, por ahora, pero hay formas de ir empezando a dar los primeros pasos de cara al futuro, nuestro futuro, que o miramos nosotros por él o estas personas, cuya profesión es la política y no actúan con desinterés, poco van a hacer. Sin generalizar, pero treinta años nos contemplan ...porque si nos fijamos, son los mismos de siempre. Poca, muy poca, ninguna renovación. Ya se cuidan de ello en sus luchas internas, que no son pocas.
Por cierto, tener medrosía es tener un miedo permanente. Ninguna ilusión ni ninguna esperanza, tampoco medrosía pero si algo de miedo, o prevención, en lo que pase el próximo domingo y lo que designen los que nos gobiernen con esa patente de corso que parece les va a ser concedida según todas las encuestas. Dios nos coja confesados a muchos, porque solo unos pocos, los de siempre, no tendrán ningún problema para seguir como hasta ahora.