jueves, 20 de diciembre de 2012
BlueMAGIC
En esta sociedad de la información, donde nos bombardean por todos lados, a todas horas y con todos los medios, cabe la posibilidad de tener algo en tu propia casa, delante de tus narices, y no enterarte. Un correo electrónico enviado por una amiga, Silvia, de una localidad cercana, me informaba de la existencia de un espectáculo musical fuera de lo corriente por si quería ir a verlo. No recuerdo exactamente pero me decía algo así como que su hija o alguien cercano participaba actuando en él. Accedí a la dirección de internet que me indicaba en el correo y comprobé que las entradas para las cuatro únicas funciones que estaban previstas estaban todas vendidas. El aforo del teatro municipal de la casa de la cultura de Galapagar no es muy grande y como digo estaba todo completo. Me olvidé completamente de ello ante la imposibilidad de plantearme siquiera asistir.
Pero hay cosas curiosas en la vida. En mi carrerita matinal el pasado domingo con mi compañero de fatigas Jose Luis, me contó que su mujer y su hija estaban ensayando como actores aficionados para participar en un musical, y que incluso el mismo ayudaba como podía en el montaje. Atando cabos resultó que era el mismo espectáculo que me había comentado por correo mi amiga. Cuando le dije que estaba todo completo me informó que haciendo un esfuerzo tremendo habían ampliado un día, el miércoles y que era posible encontrar entradas en la compra directa. Esa misma mañana de domingo había un ensayo final en la Casa de la Cultura y se brindó a indagar la posibilidad de encontrar entradas para este día añadido. A las pocas horas recibí un mensaje “whatsapp” en el que me confirmaba haberme comprado las entradas. Cuando subí a la Casa de Cultura a recoger las entradas y retornar el dinero a mi amigo, pude contemplar unos momentos del ensayo, quedándome estupefacto ante lo que allí se estaba preparando y donde de forma entusiasta y altruista participaban pequeños y mayores, profesionales y aficionados, todos aportando su granito de arena desinteresado.
Uno no entiende como no se ha enterado de “cosas” como esta cuando es el cuarto año que tiene lugar y se gesta y se genera casi debajo de la alfombra de tu propia casa.
Ayer miércoles tuve la ocasión de asistir al estreno. Hubo un poco de retraso propio del poco tiempo del que se dispone para montar un espectáculo de este calibre, que no tiene nada que desmerecer de otros profesionales y del que hay que decir que es una verdadera lástima el esfuerzo empleado para tan solo cuatro días.
El embrión de todo esto es una asociación de músicos y artistas profesionales que dedican su tiempo libre a colaborar en proyectos solidarios en Suramérica a los que va destinada la recaudación completa. En la web de SIGUIENDOTUSPASOS hay mucha más información de este proyecto maravilloso que cobra forma ante nuestros ojos en este espectáculo impresionante por sí mismo y que al saber cómo se gesta y como se lleva a la realidad cobra una dimensión inusitada, mágica, como su propio título indica. Desde hoy y hasta el fin de semana tendrán lugar cuatro nuevas puestas en escena, como digo con el aforo lleno y desde aquí digo que si no estuviera lleno iría de nuevo a deleitarme con el buen hacer de este elenco de PERSONAS, con mayúsculas, que dedican su tiempo a los demás. El mensaje final, en palabras de un emocionado y agotado Manu Contreras, ojo que hay varios Manu Contreras pero es este, instigador y alma de este montaje, es claro: “La capacidad que todos tenemos de hacer lo que nos propongamos”.
Fueron más de dos horas continuadas de música y actuaciones que se pasaron en un santiamén donde más de un centenar de músicos y actores deleitaron a chicos y grandes que abarrotaban la sala haciéndole vibrar al ritmo de las melodías Disney. Magia, humor, baile, complicidad, de todo, en un montaje y unos escenarios fuera de lo normal que llevaron la magia y el entusiasmo al público que acabó puesto en pie aplaudiendo a rabiar a unas personas maravillosas que no cabían en el escenario y tuvieron que distribuirse por la propia sala.
La dimensión humana que cobra un espectáculo de estas características cuando se conoce el cómo y el para qué está hecho es indescriptible. Al año siguiente habrá que estar atento desde mucho antes para que estas maravillas que tenemos ante nuestras narices no se nos escapen. Enhorabuena a todos por esta lección de humanidad y de profesionalidad en estos tiempos.