domingo, 15 de octubre de 2017

COMPETENCIA





Un domingo, a última hora de la tarde, con toda la familia en casa cerrando la semana y preparando la entrante. De forma casual, surgen tres necesidades procedentes de diferentes miembros de la familia, que pueden verse en la imagen que acompaña esta entrada. Mi hija se está fabricando un jersey de punto y se ha quedado sin lana de uno de los colores que estaba utilizando, que por más señas había comprado fuera de España durante un viaje. Por otro lado, revisando y cargando las baterías de una cámara de fotos me doy cuenta que una de las dos que tenemos está fuera de uso, no carga, por lo que surge la necesidad de adquirir una nueva.

Ya de paso, este asunto de las baterías en casa empieza a ser preocupante pues empiezan a acumularse unas cuantas de múltiples aparatos ─teléfonos, cámaras, relojes y otros aparatos diversos─ y se oye de vez en cuando la ocurrencia de accidentes por explosiones o por corrosiones. Con ello es una buena idea disponer de sobres o bolsas ignífugas donde tenerlas recogidas mientras no las estemos usando.

Tres necesidades surgidas a última hora de la tarde de un domingo. En otros tiempos o bien  no se tendrían estas necesidades o se irían solucionando poco a poco en los días siguientes mediante las oportunas visitas a los comercios correspondientes. Pero estamos en la era de internet y uno no se resiste a echar un vistazo al mercado a través de la pantalla del ordenador para ir estudiando el asunto.

En cuanto a la lana para tricotar de mi hija, tenía claro que la compra tendría que ser a través de internet pues la marca y el color iban a ser muy difícil de encontrar en una tienda física. La localicé en la página web de la marca y comprobé que era posible pedirla a través de internet y mediante envío internacional, eso sí, previo pago de una pasta por el coste del producto y otra adicional por el envío mediante courier desde los estados apretados esos.

Al tema del sobre ignífugo era la primera vez en mi vida que me enfrentaba y como no puede ser de otra manera hay diferentes empresas que lo comercializan, en diferentes tamaños y con diferentes capacidades de soportar altas temperaturas. Algunas de ellas admitían la compra a través de internet y otras indicaban en sus páginas web en que comercios podían adquirirse sus productos.

El asunto de la batería ya era un pelín más complicado, porque la cámara de fotos es antigua, bastante antigua, y los repuestos o bien son de la marca y por ello alcanzan precios prohibitivos o son generalistas; la mejor manera que yo conozco que comprar baterías compatibles de cualquier tipo es EBAY, el conocido sistema de compras por internet que pone en contacto y de forma directa al comprador con tiendas y particulares de todo el mundo. La batería que buscaba estaba disponible en varias marcas y a muy variados precios en numerosos sitios de eBAY.

Tras estas indagaciones, siempre está la bala de la recámara: Amazon. Es difícil resistirse a echar un vistazo y así lo hice, con la sorpresa de que los tres productos estaban disponibles en la plataforma, a precios correctos e incluso ligeramente mejores que los vistos y sobre todo con las facilidades que presenta esta plataforma en el asunto del envío, con diferentes modalidades a las que te puedes ajustar. Una de ellas es el envío a lista de correo a una oficina física de Correos. Cuando el paquete está disponible te remiten un correo electrónico procedente de Amazon y un SMS de la oficina de Correos para que pases a recogerlo cuando te venga bien, nada de estar secuestrado en casa esperando que llegue el repartidor.

Siempre me queda la cosa del asunto de como liquida los impuestos de Amazon y de cómo se está haciendo con el negocio de una forma descomunal, pero la alternativa de andar pidiendo las cosas que necesitaba en tres sitios diferentes, con diferentes sistemas de pago y envío me hizo optar por la parte práctica y realizar el pedido.

Como decimos, era un domingo por la tarde. A las nueve de la  mañana del martes siguiente, menos de dos días, estaba recogiendo el paquete con los tres productos en la oficina de Correos. Todo perfecto, todo rápido y todo fácil. Es muy difícil resistirse a esta nueva forma de comprar cosas, cuando hay unas garantías y unas formas de funcionar que se adaptan plenamente al cliente y satisfacen sus necesidades.