sábado, 24 de marzo de 2018

DESCONTROL




El suceso que voy a comentar en estas líneas ha ocurrido esta semana si bien no directamente a mí, sino a una persona cercana. Parece kafkiano, pero su verosimilitud asusta al más pintado. El descontrol que nos rodea es tan brutal que en unos pocos segundos podemos sufrir un cambio en algunas de nuestras condiciones de vida que nos deje con cara de haba y mirando a las estrellas. Para no andar con nombres, voy a personalizar el asunto como si me hubiera ocurrido a mí. Dado que el sucedido es real, el nombre de las empresas involucradas sí es el correcto, aunque me temo que no sea un asunto único de ellas, sino que en otras del mismo sector estará igual o peor, bueno, seamos positivos, alguna a lo mejor lo gestiona con un mejor control.

En el descanso de una clase en la universidad, consulto mi teléfono móvil y veo un correo electrónico con el texto que figura en la imagen de esta entrada. Al mismo tiempo veo también un mensaje de texto con parecida información: se me comunica que han recibido una solicitud de cambio de operadora para mi número de teléfono móvil. ¡Sorpresa! ¡Yo NO he solicitado ningún cambio de operadora! Esta acción se conoce en el mundillo de las operadoras como «portabilidad» y aunque ahora parece que está más controlado, hubo años en que suponía una verdadera guerra entre ellas por las ofertas y los terminales ofrecidos, lo que llevó aparejado otro controvertido asunto conocido como «permanencia».

Como indica el mensaje en su parte inferior, no se puede contestar al correo electrónico. Queda claro que se trata de una operación en proceso, que se está ejecutando, y lo que me mandan es un aviso informativo. Me dejan la posibilidad, pero solo «en las próximas horas» de llamar a un teléfono gratuito, pero para «garantizar» que todo se hace de una forma correcta. La pregunta es… ¿de cuantas horas estamos hablando?

Acabada la clase, me voy lo más aprisa posible a mi casa y, sin comer, me pongo al asunto. Es de señalar que dispongo de teléfono fijo cosa que ya no es así para muchas personas que funcionan exclusivamente con su móvil. Por ello, ¿si por un casual se encuentra en una zona o asunto en el que las «próximas horas» no pueda llamar? Se queda sin teléfono y entonces…

Como era de suponer, los muchos intentos (durante más de una hora) de comunicación con el teléfono facilitado resultan infructuosos. Mensajes de seguir un menú, de decir cosas que no te entienden o de pulsar números en el teclado al final acaban en un silencio y una imposibilidad de hablar con alguien que te explique lo que está sucediendo. Habían pasado ya casi cuatro horas desde la recepción del correo y el mensaje… ¿estaría ya consumada la portabilidad? El móvil en proceso de portabilidad seguía funcionando, menos mal.

Tomo la decisión de «atacar» el servicio al cliente de Jazztel por otras vías, creo recordar que la de protesta por una factura. Cuando por fin consigo hablar con alguien, me informa, obviamente, que el asunto que estoy planteando no es de su cometido y que tengo que llamar a otro teléfono… No sé todavía cómo, consigo que se apiade de mí y me pase con otro departamento que ya me atiende, pero que no consigue darme información fiable de mi supuestamente solicitada portabilidad. Tras un buen rato, me pasa con otro departamento donde ya parece que el asunto es directamente de su cometido y consigo que tomen conciencia del problema y anulen la operación.

Como no quiero dejar ahí la cosa y la señorita que me atiende amablemente parece una persona cercana, le pregunto cómo funciona esto y para no extenderme resumo en que me dice que la carga de comprobación de los datos recae en la operadora solicitante. ¡No quepo en mi asombro! Jazztel no verifica nada, no se pone en contacto con su cliente para que confirme y/o autorice la operación. ¡Se fía simplemente de que se lo pida otra operadora! Al final, al menos, consigo no sin esfuerzo que me diga que la otra operadora es Euskatel. Que menos que yo, titular de la línea, sepa en que otro sitio supuestamente he pedido que me trasladen mi número.

Tras tres horas he conseguido parar la portabilidad. Tres horas empleadas, perdidas para otras cosas, por un asunto que es ajeno a mí, que yo no he pedido pero que me puede causar la enorme avería de dejarme sin teléfono y, lo que es peor, perder mi número para siempre.

Puestos a conjeturar, aventuremos lo que hubiera sucedido si la portabilidad llega a consumarse. Euskatel habría visto cumplida su solicitud, habría recibido el control de mi número de teléfono, habría fabricado una tarjeta SIM, se la habría entregado al cliente que la estuviera esperando, este la habría metido en su teléfono, le hubiera encendido y… a llamar y recibir llamadas con mi número. ¡Fantástico!

Me resistía a que la cosa quedara así y puestos a emplear tiempo en este asunto me pongo en contacto con Euskatel en uno de sus teléfonos de atención al cliente. El hecho de que yo no sea cliente frena un poco mis posibilidades, pero tras recorrer algunos vericuetos logro dar con una operadora que se presta a atenderme. ¡Debo estar en mi día de suerte! Mira en sus registros y efectivamente me confirma que ellos han pedido la portabilidad de ese número, pero claro, ni el nombre, ni el DNI ni los datos del solicitante coinciden con los míos. ¿Entonces? Como es lógico y no se podía esperar más, todo acaba en una petición de disculpas hacia mi persona por parte de Euskatel y que se ha tratado de un «desafortunado» error del comercial al introducir los datos porque ha bailado un número. Un error que a mí me podía haber costado muy caro.

Me temo que esto puede ocurrir con más facilidad de lo que parece. Como yo sé que mi amigo Manolo tiene el teléfono con Movistar y evidentemente conozco su número, me voy a presentar en una oficina de Vodafone a solicitar la portabilidad. Casi no tengo ninguna duda de que lo conseguiría visto lo visto aquí. Es evidente que a la larga se aclararía el error porque entiendo que en Vodafone me pedirían mi DNI para hacer el contrato y lanzar la operativa, pero el desaguisado se produciría casi con toda seguridad. ¡Y Manolo que se fastidie! Todo habría sido un lamentable error…

Para terminar, insisto, no entiendo como MI operadora, en este caso Jazztel, no verifica antes de lanzar una operación de este tipo que YO, que soy su cliente, he realizado la petición en otra operadora y que esta es la misma que se la está solicitando, en este caso Euskatel. ¿En qué mundo estamos?