domingo, 21 de marzo de 2021

ANACRONISMO

De todas formas creo que estas propuestas han quedado en nada... ¡como es natural!

Pues yo creo que, de natural, lo que se dice natural, no tiene nada. Esta frase —no cito al autor de forma intencionada— se podía leer en un foro de intercambio de opiniones entre personas con creencias religiosas, cristianas aclaro, profundas. La Semana Santa es un invento humano que lleva dos mil años entre nosotros y que desde sus inicios ha traído no pocas controversias y problemas, especialmente por tratarse una fecha variable en el calendario, esto es, cada año cae en una fecha distinta que depende de cuando tenga lugar la primera Luna Llena tras el solsticio de primavera. ¡Ahí es nada!

Normalmente hago alusión al significado en el diccionario de los títulos que utilizo al final de las entradas, pero por esta vez lo haré al principio. Anacronismo» significa «Error consistente en confundir épocas o situar algo fuera de su época». Otro de los charcos en los que los humanos no debemos entrar, en temas de religión, por la posibilidad cierta de herir susceptibilidades.

La Semana Santa es una fecha religiosa, pero para poder comprender titulares como el que ilustra esta entrada sería conveniente diferenciar entre las varias semanasantas que en la actualidad tenemos. Aparte de la fiesta religiosa con sus actos propios, hay otras semanasantas que suponen vacaciones escolares, escapadas a la sierra o la playa y otras cuestiones similares que acaban teniendo un trasfondo económico detrás, muy importante para la economía como se está viendo en estos últimos tiempos por mor de la pandemia de la COVID-19. La propuesta de retraso va, puede ir, en la línea de que, de cara al turismo, es mejor que la semanasanta caiga en abril, cuando los días son más largos y la temperatura, al menos teóricamente, es más benigna. Pero esto de que caiga en abril tiene el inconveniente del alargamiento del segundo trimestre escolar…

Desde que en el Concilio de Nicea el emperador Constantino el Grande fijara la forma de calcular la Pascua de Resurrección hasta nuestros días, la Semana Santa ha traído de cabeza a no pocos Papas, astrónomos y científicos. La última fijación de este asunto tuvo lugar hace 500 años por el papa Gregorio XIII con el establecimiento de su calendario Gregoriano en 1584, aunque hay que decir que este calendario no fue aceptado por algunos países hasta bien entrado el pasado siglo XX.

Hoy en día, en mi opinión, el que la Semana Santa sea una fecha móvil en el calendario acarrea múltiples consecuencias, muchas de ellas negativas, pero nadie le pone el cascabel al gato y mira hacia adelante en lugar de hacia atrás, retirando del calendario oficial no eclesiástico la Semana Santa. Importantes aspectos de la vida hoy en día tales como la economía, el turismo, la educación…. lo agradecerían. Eso sí, que no se quite la parte lúdica, esos días libres, que son la base de esos sectores aludidos.

En España, algunas Comunidades Autónomas hace años que decidieron no adaptar sus calendarios escolares a la Semana Santa y establecer fechas anuales independientes y más lógicas. Otros países hace años que lo adoptaron así. Además, en España, no hay una semanasanta única, pues cada Autonomía fija las fechas a su entender y el Jueves Santo o el Lunes de Pascua son festivos en unas comunidades y en otras no. Un galimatías cuando menos; no me imagino a una empresa extranjera que tenga relaciones comerciales con España teniendo en cuenta en su planificación estos extremos de fechas movibles, festivas o no.

En los años treinta del pasado siglo XX se plantearon muchas alternativas a la modificación de un calendario actual que no es nada práctico, por la Semana Santa y otras fechas religiosas que se siguen manteniendo cuando la mayoría de los Estados tienen claro que la religión es un asunto que debe ser respetado pero que no debe condicionar la vida de (todos) sus ciudadanos. Por la misma lógica que tenemos una Semana Santa deberíamos tener un Ramadán, un Purim, un Weshak y también otras festividades de todas y cada una de las siete mil religiones que se calculan existen en el mundo.

Para aquellos curiosos que quieran profundizar en cuestiones hemerológicas, les recomiendo busquen información sobre un autor especialista en el asunto llamado Wenceslao Segura González, que cuenta con varias publicaciones sobre el particular.

La semana que viene nos cambian la hora al horario de verano. Están hablando de revertir ese cambio —de dudosa practicidad hoy en día— y dejar los relojes tranquilos. ¿Cuándo acometeremos el cambio del calendario? Casi 500 años de culto a un calendario gregoriano caótico ya son demasiados.