domingo, 29 de octubre de 2017

REGISTRO



En estos últimos días me he enfrentado a tres sesiones de «PAPELEO» que han sido como la cara y la cruz de la moneda, el ayer y el ahora de los trámites en sitios oficiales que me ponen cada vez más de los nervios al tener que enfrentarme ante lo desconocido sin conocimientos claros de cómo hacerlo. La duda me asalta y por mucho que intente prepararlo todo bien me queda la duda profunda de si no habrá algo erróneo o faltará algún papel.

Resumiendo un poco, podríamos decir que estos tres aspectos que a continuación voy a comentar son los existentes actualmente. Uno de ellos, el de la atención directa, está en clara extinción pero pienso que es un error porque el más en boga, el del registro, puede tener aspectos positivos a la larga, pero en caso de existir errores es mucho más engorroso para la administración y para los contribuyentes.

El primero de ellos es el más moderno: a través de internet, rellenando formularios y autentificando a la persona con un certificado digital. Es el caso de mi relación trimestral y anual con la Agencia Tributaria, donde los trámites se realizan en un momento y sin mayores complicaciones. Bien es verdad que con el tiempo se van introduciendo cambios que pueden despistar un poco pero por lo general son acciones sencillas y sobre todo que empiezan y acaban quedando constancia mediante el correspondiente certificado de que han sido realizadas, lo que te confiere una cierta tranquilidad.

El segundo ha sido ante una mutualidad «de las de antes» y el procedimiento, aunque tiene otros más modernos, ha sido acudir a la ventanilla con todos los papeles y presentarlos ante el funcionario. Esto tiene la ventaja de que los documentos son revisados en el momento y obtienes un diagnóstico de su validez: o te admiten todo y te dan el correspondiente resguardo o te indican, unas veces amablemente y otras menos, lo que falta y la forma de solucionarlo. Este ha sido mi caso pues me faltaba un documento, se me indicó la forma de obtenerlo y así puede volver al cabo de un rato y obtener mi resguardo de que la documentación ha sido presentada en tiempo y forma. Otra cosa será que el correspondiente comité lo apruebe o deniegue, eso es harina de otro costal y hará falta tiempo para saberlo.

Y la tercera forma que quiero comentar aquí es la que está más en boga y no es otra que el Registro General. Acudes a un sitio centralizado donde lo único que hacen es recogerte lo que lleves, darlo entrada y nada más. Ya te advierte la persona que está al cargo de admitir los documentos que su trabajo consiste en recibir lo que tú le entregues, poner el sello de entrada y tramitarlo al departamento correspondiente. Vamos, que puedes entregar lo que te dé la gana, desde un recorte de periódico hasta un Quijote, te lo recogen, te ponen una pegatina como la que se aprecia en la imagen y te largas para quedar a la espera de que pase el tiempo, los papeles presentados lleguen a su destino, alguien los revise y te comunique su bondad o nulidad. Y esta comunicación tiene sus intríngulis por las formas en que puede ser llevada a cabo: teléfono, correo electrónico o correo ordinario como las más generales. Las dos primeras son inmediatas y fiables —si el número de teléfono y la dirección de correo electrónico son correctas—, pero la tercera tiene sus dependencias de como funcione el correo postal.

He comentado en este blog algunas vicisitudes con mi dirección postal. En este último caso he vuelto a sufrir un más de lo mismo, aunque la providencia divina se ha aliado conmigo y me ha tocado en suerte un cartero celoso, de los de antes, que ha tenido a bien que sus cartas lleguen a sus destinatarios por encima de todo. Aunque mi dirección estaba correctamente indicada en el papel presentado cuando se inició el expediente allá por el mes de julio del presente año 2017, la dirección que al final ha llegado a los ficheros del ministerio estaba incompleta. Vivo en una urbanización con portales, escaleras, pisos positivos y negativos y se ve que la persona que en su día incorporó los datos al expediente tuvo a bien decidir que con la calle y el número bastaba, para que se iba a molestar en añadir portales, escaleras y pisos. La carta enviada para comunicarme que el expediente seguía incompleto y que en tres meses lo cerrarían si no aportaba la correspondiente documentación, me ha llegado de milagro, ya digo, por un cartero celoso de los que cada vez quedan menos por desgracia.

Otra vez al registro, ahora con tres grupos de papeles. Uno para solicitar que actualicen y completen convenientemente mi dirección postal de forma que las futuras comunicaciones tengan más probabilidades de llegar. Otro para comunicar que la documentación que dicen no tener fue presentada en tiempo y forma hace casi dos meses y adjuntar el documento con el sello de entrada que lo acredita. Y un tercer grupo de papeles presentando de nuevo toda la documentación; menos mal que no se entregan los originales pero hay que hacer de nuevo todas las compulsas y demás zarandajas adicionales. Todo presentado, todo recibido y aceptado por la empleada del registro y ahora esperar de nuevo otro tiempo a ver si lo solicitado llega a buen término y es aprobado. Siempre queda la duda de que si no corrigen la dirección me llegue la carta resolutoria del expediente que me interesa.





domingo, 22 de octubre de 2017

HARTAZGO



Alguno de los personajes de la imagen ha muerto y otros han mutado, pero la ilustración que publicó el diario El Mundo en octubre de 2014 sigue de plena y rabiosa actualidad. «Hasta en la sopa», que diría un castizo, me encuentro desde hace meses, especialmente el último, con «ese» tema como si no hubiera otro y el mundo se fuera a acabar con él. Prensa, radio, televisión, tertulias… son medios que puedo manejar a mi antojo encendiendo y apagando, pero hay otros que me invaden y me dejan poca capacidad de ignorarlos como los correos electrónicos y los guasaps que circulan en cantidades ingentes por la red. Pero quedaré inmerso, salvo que salga corriendo, en las conversaciones con amigos, las clases, las tertulias, en la presentación de un libro… En ningún sitio se quiere hablar del «asunto», que ya cansa, pero en todos se atisba, flota en el aire, se menciona y ya entramos al trapo.

De cuestiones de política y de otras como la religión es mejor no hablar. Opiniones tenemos todos pero si nos las guardamos nos evitaremos algún que otro disgusto o enfrentamiento que además quedará grabado a sangre y fuego para siempre en el ADN de los intervinientes y conducirá nuestras interacciones futuras. Por ello no quiero reflejar aquí mi opinión directa sobre «ese» tema.

En esta semana han otorgado el Premio Nacional de Narrativa 2017 a Fernando Aramburu , supongo que por toda su trayectoria pero especialmente por su libro Patria, una joya cuya reseña puede verse en el blog amigo de A leer que son dos días haciendo clic en este enlace. Es un libro de ficción que está ambientado en un pasado reciente en otra región de España diferente, concretamente el País Vasco, y que relata a lo que pueden llegar los miembros de dos familias íntimas por dejarse llevar por sentimentalismos. Menos mal que solo se trata de un libro de ficción literaria. Hago mención a este libro porque me parece que debería ser de obligada lectura para todo ciudadano del mundo para llegar a hacerse una idea de por dónde pueden transitar las emociones y los actos cuando no se tienen claros ciertos criterios y se deja uno conducir por rondamisas .

El punto al que hemos llegado y que está lejos de acabar tiene raíces. Creo que mi opinión sobre el tema de las Autonomías Españolas está claro por otras entradas en este blog, la muy específica «AUTONOMÍ…suyas» y otra algo colateral sobre descentralización sanitaria como «AUTONOMÍ…desemejanza». El «Café para todos» de los años setenta del siglo pasado fue un parche, posiblemente el mejor que se podía poner en aquella época y en aquellas condiciones, pero hoy en día ─cuarenta años después─, se nos muestra como completamente acabado o cuando menos desfasado. Los acontecimientos recientes lo están dejando claro. Bien es verdad que una herida que no se trata y se cierra en falso, lo más probable es que se infecte, siga supurando y al final explote causando mucho más daño y haciendo mucho más difícil su cura.

Yo me pregunto porque no aprovechan otras de las 17 existentes, más dos ciudades, para lanzarse al río revuelto en busca de su particular ganancia de pescadores. Gallegos, manchegos, extremeños, andaluces, asturianos, cántabros, riojanos, melillenses… Quizá sean sensatos y antepongan otras cosas a sus emociones. Y cuando menciono otras cosas, me refiero a las materiales, la comida, la vivienda, la sanidad, la educación… Solamente cuando uno tiene el estómago lleno, un lugar digno donde vivir, una sanidad aceptable que vele por su salud y otras cosas básicas puede empezar a pensar en si se hace seguidor activo del Betis, del Málaga o del Rayo Vallecano. Y todos estos asuntos, materiales, los tiene que percibir la persona en propias carnes, no vale con que se lo cuenten porque cada uno sabrá por su propia experiencia si está siendo engañado. Los anuncios del tren son muy bonitos porque los hacen empresas expertas en hacer anuncios pero los ciudadanos que realmente utilicen el tren todos los días sabrán si la cosa va bien o menos bien, por no decir mal.

Los políticos son, o deberían ser, expertos en manejar las emociones del personal. Muchas veces es suficiente un poco de humo para encandilarnos y llevarnos por donde ellos quieren. Somos por lo general muy desmemoriados y poco aficionados a la historia, que se repite una y otra vez machaconamente. Y algunos lo hacen muy bien, llevando al ciudadano a unas situaciones extremas en este terreno de las emociones, cuando sus necesidades básicas no están cubiertas con unos mínimos razonables. Y lo que es peor, seguir por ese camino de la emociones conduce a un empeoramiento, está demostrado, de esas condiciones básicas. Prometen el oro y el moro, lo bonito que va a ser todo en el futuro, cuando nosotros seamos dueños de nuestro destino. ¿Quiénes somos nosotros? ¿Quiénes son ellos?

Hay ciertas cuestiones de no son descentralizables, por mucho que nos esforcemos. ¿Podemos imaginarnos un ejército descentralizado, con 17 o 19 jefes de igual nivel teniendo que tomar decisiones? Todos hemos asistido a los sucedidos entre las fuerzas de seguridad del Estado y las fuerzas de seguridad autonómicas. Y en esa categoría de no descentralizables incluyo las básicas como la educación, el trabajo y la sanidad. Bien es verdad que las fronteras son entelequias que se han ido fijando con el paso de los siglos y que pueden volverse a negociar. Pero cuando llevamos un porrón de años tirando todos a una, con solidaridad y sin desarrimar el hombro, no es muy bonito abandonar el yugo cuando las condiciones particulares son más boyantes.

El caso no es aislado. A otro nivel más internacional lo estamos viendo con el BREXIT, un bocado muy difícil de digerir que está provocando no pocos sinsabores a muchos ciudadanos ─ingleses fuera de su país y extranjeros dentro─ y eso que ni siquiera ha empezado a rodar. Ya a nuestro nivel hemos llegado a un punto álgido, feo, que está trayendo muchas consecuencias emocionales y personales que será muy difícil de olvidar en el futuro.

En todo caso, no olvidemos quién ha comenzado las hostilidades. Nadie habla de él porque está un poco en segundo plano en la actualidad, pero está en la imagen que acompaña está entrada. Claro que no ha sido el sólo sino con mucha gente detrás. Cuando las inversiones y la industria iban para allá en años pasados en lugar de ir a otras zonas del país, todo parecía bien. Ahora que lo tengo, me lo quedo y que os den…

Como esta entrada puede ser leída en el futuro, por las normas de etiqueta de los escritos en internet hay que aclarar que «ese» tema es realmente el de la declaración unilateral de independencia de Cataluña que tantos gastos espirituales y materiales está condensando en estos meses finales de 2017.


domingo, 15 de octubre de 2017

COMPETENCIA





Un domingo, a última hora de la tarde, con toda la familia en casa cerrando la semana y preparando la entrante. De forma casual, surgen tres necesidades procedentes de diferentes miembros de la familia, que pueden verse en la imagen que acompaña esta entrada. Mi hija se está fabricando un jersey de punto y se ha quedado sin lana de uno de los colores que estaba utilizando, que por más señas había comprado fuera de España durante un viaje. Por otro lado, revisando y cargando las baterías de una cámara de fotos me doy cuenta que una de las dos que tenemos está fuera de uso, no carga, por lo que surge la necesidad de adquirir una nueva.

Ya de paso, este asunto de las baterías en casa empieza a ser preocupante pues empiezan a acumularse unas cuantas de múltiples aparatos ─teléfonos, cámaras, relojes y otros aparatos diversos─ y se oye de vez en cuando la ocurrencia de accidentes por explosiones o por corrosiones. Con ello es una buena idea disponer de sobres o bolsas ignífugas donde tenerlas recogidas mientras no las estemos usando.

Tres necesidades surgidas a última hora de la tarde de un domingo. En otros tiempos o bien  no se tendrían estas necesidades o se irían solucionando poco a poco en los días siguientes mediante las oportunas visitas a los comercios correspondientes. Pero estamos en la era de internet y uno no se resiste a echar un vistazo al mercado a través de la pantalla del ordenador para ir estudiando el asunto.

En cuanto a la lana para tricotar de mi hija, tenía claro que la compra tendría que ser a través de internet pues la marca y el color iban a ser muy difícil de encontrar en una tienda física. La localicé en la página web de la marca y comprobé que era posible pedirla a través de internet y mediante envío internacional, eso sí, previo pago de una pasta por el coste del producto y otra adicional por el envío mediante courier desde los estados apretados esos.

Al tema del sobre ignífugo era la primera vez en mi vida que me enfrentaba y como no puede ser de otra manera hay diferentes empresas que lo comercializan, en diferentes tamaños y con diferentes capacidades de soportar altas temperaturas. Algunas de ellas admitían la compra a través de internet y otras indicaban en sus páginas web en que comercios podían adquirirse sus productos.

El asunto de la batería ya era un pelín más complicado, porque la cámara de fotos es antigua, bastante antigua, y los repuestos o bien son de la marca y por ello alcanzan precios prohibitivos o son generalistas; la mejor manera que yo conozco que comprar baterías compatibles de cualquier tipo es EBAY, el conocido sistema de compras por internet que pone en contacto y de forma directa al comprador con tiendas y particulares de todo el mundo. La batería que buscaba estaba disponible en varias marcas y a muy variados precios en numerosos sitios de eBAY.

Tras estas indagaciones, siempre está la bala de la recámara: Amazon. Es difícil resistirse a echar un vistazo y así lo hice, con la sorpresa de que los tres productos estaban disponibles en la plataforma, a precios correctos e incluso ligeramente mejores que los vistos y sobre todo con las facilidades que presenta esta plataforma en el asunto del envío, con diferentes modalidades a las que te puedes ajustar. Una de ellas es el envío a lista de correo a una oficina física de Correos. Cuando el paquete está disponible te remiten un correo electrónico procedente de Amazon y un SMS de la oficina de Correos para que pases a recogerlo cuando te venga bien, nada de estar secuestrado en casa esperando que llegue el repartidor.

Siempre me queda la cosa del asunto de como liquida los impuestos de Amazon y de cómo se está haciendo con el negocio de una forma descomunal, pero la alternativa de andar pidiendo las cosas que necesitaba en tres sitios diferentes, con diferentes sistemas de pago y envío me hizo optar por la parte práctica y realizar el pedido.

Como decimos, era un domingo por la tarde. A las nueve de la  mañana del martes siguiente, menos de dos días, estaba recogiendo el paquete con los tres productos en la oficina de Correos. Todo perfecto, todo rápido y todo fácil. Es muy difícil resistirse a esta nueva forma de comprar cosas, cuando hay unas garantías y unas formas de funcionar que se adaptan plenamente al cliente y satisfacen sus necesidades.

domingo, 8 de octubre de 2017

LOCALIZADOS



Por mucha atención que pongamos, por muy cuidadosos que seamos, al final acabamos siendo cazados: tarde o temprano responderemos que SÍ ─o dejaremos de responder que NO─ en una de las muchas interacciones que tenemos con las aplicaciones que utilizamos en nuestros ordenadores o teléfonos inteligentes. Es cuestión de tiempo. Y además, por mucho que nos creamos que vamos a ser obedecidos cuando indicamos SÍ o NO a alguna pregunta u opción, mucho me temo que seremos escuchados en apariencia, solo en apariencia, y en la rebotica seguirán haciendo lo que les venga en gana. Si utilizamos recursos informáticos… estamos perdidos.

Claro que siempre podemos considerar estas intromisiones en nuestra esfera privada como un bien. Como dice mi buen amigo Miguel Ángel, «Los que no hacemos nada malo, ¿que más nos da?» El problema, siempre es eso, no es que los datos estén ahí, sino el uso que se haga de ellos, por parte de quién se haga y la finalidad que se pretenda. Estamos hartos de ver como la ficción supera a la realidad en series de televisión y películas, donde se manipulan datos informáticos de forma tendenciosa, incluso por parte de quienes nos deben defender, para lograr fines que muchas veces se nos escapan. ¿Ocurre esto en la realidad? No lo sé, pero puede ocurrir, es muy fácil y no hacen falta tantos conocimientos. Por no ir más lejos, en esta semana, numerosos datos personales de millones de catalanes, y españoles por ahora, han quedado expuestos (casi) libremente con motivos que en estos momentos no hace falta mencionar pero que en una entrada de un blog se deben especificar porque pueden ser leídos dentro de mucho tiempo: el «referéndum, convocatoria o lo que haya sido» de independencia unilateral del uno de octubre de 2017 instado por la Generalitad de Cataluña.

Intento ser cuidadoso, muchas veces hasta pacato, con los recursos y aplicaciones que utilizo en mis dispositivos electrónicos por lo que reviso al inicio de su utilización y cada vez que se produce una actualización los permisos y requerimientos necesarios. No podemos olvidar que cuando una cosa es gratis solo lo parece, el precio eres tú y más concretamente tus datos que pasan a engrosar bases ingentes en las nubes informáticas con posibilidades de utilización que ni siquiera hoy en día se conocen, pero que acabaran apareciendo algún día y nos sorprenderán. El que un determinado día del pasado mes de septiembre alguien haya estado dentro, no pasado por la puerta, del Museo Romántico en la calle San Mateo de Madrid, a qué hora, durante cuánto tiempo, etc. etc. es una información que puede ser valiosa según el uso que se la dé. Esto es un ejemplo, pero pongamos en su lugar un banco, un supermercado, un restaurante o cualquier otro establecimiento público o privado.

Esta semana he recibido un correo sorpresivo. Venía de Google, como no podía ser de otra manera, y era el primero de ese tipo que recibía. En un pretendido servicio de ayuda por su parte, muchas gracias, me dice que me envía el resumen de septiembre y me indica las ciudades que he visitado ─haciendo mención a las nuevas según sus datos─, los establecimientos en los que he estado, el número de kilómetros que he recorrido a pie en el mes, cuanto tiempo he pasado en un vehículo… Al final, no deja de ser gracioso, me indica que me quedan 332.489 kilómetros que recorrer para llegar a la luna.

El lector estará de acuerdo conmigo, en «dos» palabras, que es «im» y «presionante», como ya dijo aquel creo que era un torero famoso. Menos mal que apago el teléfono todas las noches y lo enciendo de nuevo por las mañanas, que si no me diría a qué hora me acuesto, cuanto duermo  y otras cosas más íntimas en las que  no quiero entrar. Y además, sigue siendo gratis, me facilita un enlace ─EXPLORA TU CRONOLOGÍA─ para que pueda entrar a ver mi histórico, donde puedo encontrar que un determinado día de mayo de 2017 estuve degustando con mis colegas garbanceros un espectacular cocido madrileño en casa Jacinto de Madrid, donde entré a las 1:37 pm y salí a las 4:32 pm. No dice cuando me costó pero seguro que sabe quiénes eran, sino todos mis acompañantes, bastantes de ellos. Espero que ninguno de ellos sea un «mal» chico en sus ratos libres y se me relacione con él. No se puede dejar de reconocer que esto es mágico, maravilloso, casi sobrenatural.

Yo pensaba que tenía desconectada esta función en mi teléfono inteligente, pero por lo que se ve no era así. Buscando y buscando, resulta que en mayo de este año es cuando empiezan a guardarse todos estos datos míos. La clave está en una entrada de este blog titulada «COCINEROS» donde refería como había reformateado completamente mi teléfono abandonando el obsoleto paraguas de Samsung y optando por un software libre y genérico. Se conoce que no fui lo suficientemente cuidadoso y me dejé la pestañita famosa sin marcar o desmarcar, tanto monta.

Ahora viene lo bueno: ¿qué hacer? Volver a decir a san Google que no me vigile, pero… ¿me hará caso? ¿Me seguirá vigilando? Todo tiene su lado bueno y su lado malo. No me gusta sentirme «tan» vigilado, al menos sabiendo que lo hacen, pero por otro lado sería bueno si un día salgo solo a dar un paseo por el monte y me ocurre algo; preguntando al todopoderoso Google me podrán encontrar.




domingo, 1 de octubre de 2017

VERACIDAD



En la reunión bimestral, que no bimensual, que mantengo con mi grupo de cascarrabias suelen salir un montón de temas de conversación de lo más variado, por lo general siempre interesantes en los que las opiniones de unos y otros, muchas veces enconadas pero siempre respetuosas, aportan una mejora del conocimiento general. Uno de los temas que aparecieron esta semana versaba sobre la veracidad o falsedad de las noticias. En los tiempos actuales, en los que por la gran interconectividad que tenemos, las noticias circulan a una gran velocidad y muchas veces las hacemos nuestras y las rebotamos sin pararnos un poco a pensar y valorar su posible veracidad o falsedad.

El buen amigo Manolo sacó a colación un documento atribuido al alemán del III Reich Joseph Goebbels y por tanto con unos cuantos años de recorrido, que detallaba once principios a seguir en la construcción de propaganda para hacerla creíble aunque fuera falsa. Sin embargo, investigando un poco a instancias del propio Manolo, un profesor emérito de psicología de la Universidad de Yale, Leonard W. Doob, mencionó que eran 19 los principios en lugar de 11. Siempre es necesaria más investigación y no quedarse en la superficie.

Me parece un tema interesante y he echado un vistazo por ahí a ver que se cocía. A lo largo del año pasado, una de las más conocidas redes sociales, Facebook, publicaba otra serie de recomendaciones a tener muy presentes a la hora de identificar posibles noticias falsas y de esa forma evitar su propagación por las redes. En la prensa diaria de esta semana han aparecido anuncios de Facebook a página completa con estas recomendaciones.

Hay mucha información y de muy variados sitios sobre este asunto. Las búsquedas en internet pueden resultar interminables con opiniones y recomendaciones para todos los gustos. Una frase sencilla que puede contener la clave es la ofrecida por el profesor Jevin West que dice así: «I love to encourage our students to think more and share less», lo que traducido es «Me encanta animar a nuestros estudiantes a pensar más y compartir menos».

Esta semana, sin ir más lejos, en otra de las redes sociales, Twitter, el conocido escritor Arturo Pérez Reverte ha tenido que desmentir noticias publicadas atribuidas a él porque otro usuario con su misma foto y «casi» su mismo nombre le ha suplantado y se ha dedicado a sembrar cizaña. Numerosos usuarios de twitter han dado absoluta credibilidad a los comunicados como si fueran del propio Arturo Pérez Reverte cuando en realidad no lo eran. Y no es la primera vez que aparecen textos escritos que también atribuyen de forma falsa la autoría a este escritor.

Como este blog me sirve a mí de documentación propia, a continuación reproduzco unas y otras, si bien hay que decir que las he encontrado por varios sitios y aunque en esencia coinciden, hay algunas diferencias que vienen a aseverar que las fuentes de donde bebemos la información no siempre son cien por cien fiables.

FACEBOOK – Consejos para identificar noticias falsas

No confíes en los titulares. A menudo las noticias falsas tienen titulares llamativos en mayúsculas con signos de exclamación. Si el titular contiene afirmaciones impactantes que resultan inverosímiles, lo más probable es que lo sean.
Examina la URL de cerca. Una URL falsa o que copia a una real puede indicar que se trata de una noticia falsa. Muchos de los sitios web de noticias falsas imitan fuentes de noticias auténticas haciendo pequeños cambios en la URL. Puedes ir al sitio web para comparar la URL con as fuentes oficiales.
Investiga la fuente. Asegúrate de que la historia provenga de una fuente de confianza, que cuente con una buena reputación por su veracidad. Si la historia procede de una organización desconocida, consulta la sección «Información» de su sitio web para conocer más detalles.
Fíjate en el formato. Muchos sitios de noticias falsas tienen faltas de ortografía o un diseño extraño. Si detectas cualquiera de estos indicios, lee con atención.
Presta atención a las fotos. Las noticias falsas suelen contener imágenes o vídeos manipulados. En ocasiones, la foto puede ser auténtica, pero haber sido sacada de contexto. Puedes hacer una búsqueda de la foto o imagen para verificar su procedencia.
Revisa las fechas. Las noticias falsas pueden tener una cronología sin sentido o incluir fechas que han sido alteradas.
Verifica los hechos. Verifica las fuentes del autor para confirmar que son exactas. Si no se aportan pruebas o se confía en expertos cuya identidad no se menciona, es posible que la noticia sea falsa.
Consulta otras noticias. Si ninguna otra fuente de noticias informa de la misma historia, es posible que sea falsa. Sin embargo, si varias de las fuentes en las que confías informan de ella, es más probable que sea cierta.
¿La historia es una broma? A veces es difícil diferenciar las noticias falsas del humor o la sátira. Comprueba si la fuente de la noticia es conocida por sus parodias, y si los detalles y el tono de la historia sugieren que esta se ha escrito en clave de humor.
Algunas historias son falsas de manera intencional. Mantén una actitud crítica cuando leas una historia y comparte solo las noticias que pienses que son creíbles.

GOEBBELS - Los once principios de la propaganda

Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.
Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad".
Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.
Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad.