miércoles, 15 de agosto de 2018

SOBRESALTOS



Con motivo de la estancia de mi hija en EE.UU. en su año de estudios, en estos dos últimos años ella y nosotros hemos tenido que desplazarnos en avión, pues los más de ocho mil kilómetros que separaban nuestra casa de su destino no permitían considerar otra forma de transporte. Mala suerte o las circunstancias, ha ocurrido de todo en los vuelos: retraso considerable de cinco horas, cancelación de los vuelos y un día de retraso,esto en dos ocasiones y pérdida de la maleta al llegar a destino. Algo contaba en la entrada «VOLAR» de este blog donde decía que la saturación de pasajeros y las nuevas formas de acometer las incidencias de las compañías aéreas ponen a los sufridos paganinis a los pies de los caballos con más frecuencia de lo que sería de desear. Y si no que se lo digan, en estos días del verano de 2018, a los miles de viajeros de Ryanair que contrataron y pagaron sus vuelos hace meses y se han quedado en tierra y con evasivas de todo tipo por parte de la compañía en cuanto a su reubicación o indemnizaciones.




Mi hija regresaba este fin de semana de EE.UU. en un vuelo que no era directo y por el que tenía que hacer una conexión en París. Hoy en día tenemos tremendas posibilidades a través de internet de consultar las reservas, efectuar el check-in y obtener las tarjetas de embarque y en algunos casos hasta pre-facturar el equipaje. Esto es muy bueno cuando las cosas funcionan, pero cuando no es así… sobresalto al canto.


Por pura rutina, a principios de la semana accedí a la web de la compañía, en este caso Air France, para consultar el estado de la reserva, que estaba confirmada desde abril de este año. Por aquellas cosas del destino, ni a través del código de reserva, ni a través del billete, ni a través del vuelo, ni a través de nada, aparecía la dichosa reserva. Aunque hoy en día todo se puede hacer por internet, en ciertas cosas conviene seguir utilizando los servicios de una agencia de viajes, máxime cuando el importe va a ser el mismo, porque te puedes llevar alguna sorpresa positiva, como nos ocurrió con el billete de este vuelo en el que nos ahorramos casi 200 euros por la profesionalidad de Marisa, de la agencia IMAGINE EVENTS, a la que estaremos eternamente agradecidos. Le facilitamos los datos del vuelo exacto que queríamos, anduvo trasteando unos días, y nos encontró una «solución» que nos ahorró como digo casi 200 euros. Ella se encargó de todo y nosotros lo único que tuvimos que hacer es una transferencia por el importe.


Como puede verse en la imagen, la reserva no aparecía y estaba tecleando los datos perfectamente. La bilirrubina empezó a subir alarmantemente. Llamé por teléfono a la agencia y aunque me dio la impresión de que Marisa no estaba en la oficina, me atendió maravillosamente y me dijo que efectivamente Air France no reconocía la reserva pero que su compañía aliada KLM sí la tenía. Que al día siguiente lo miraría con más calma pero que todo estaba correcto. Menos mal. Aun así, y para quedarme más tranquilo, llamé al teléfono de atención de Air France donde tras un buen rato de … «todos nuestros operadores están ocupados», me atendieron en español, me confirmaron que la reserva estaba correcta, pero hicieron oídos sordos al problema de acceso vía web alegando que sería un problema temporal o incluso de mi navegador. Lo probé desde cuatro navegadores en dos ordenadores diferentes y en ninguno funcionaba.


El siguiente paso a realizar desde casa era el check-in para obtener la tarjeta de embarque y confirmar el vuelo, que en el caso de Air France puede hacerse desde 30 horas de la salida del vuelo. Me pongo manos a la obra y esta vez me reconoce la reserva, los datos, pero en la tercera pantalla me pide que inserte la dirección en el país de destino. ¿Qué narices le importará a Air France mi dirección en España? ¿O es que esperan por anticipado perder el equipaje y quieren saber a dónde llevarlo cuando lo encuentren? Me pongo a introducir los datos y al llegar al correspondiente a Provincia/Estado resulta que solo me deja indicar un estado de EE.UU, ni siquiera dejarlo en blanco. No hubo manera ni con un navegador ni con otro… ¿Qué pasa en la web de Air France? ¿Soy yo que no me entero?




Opté por no molestar de nuevo a la agencia y llamar de nuevo al teléfono de asistencia al cliente de Air France. Nuevamente unos cuantos … «todos nuestros operadores están ocupados» hasta que me atendió una operadora que me dijo que la reserva estaba correcta y unas cuantas indicaciones, que voy a calificar amablemente de «tonterías» acerca de que si la página web tenía que ser de EE.UU., que yo tenía que estar en EE.UU., que mi navegador o mi ordenador estaría mal y otras lindezas por el estilo menos reconocer que era la página web la que estaba funcionando mal. Al menos conseguí que me fijara un asiento, que fue una señal de que todo estaba correcto. El check-in —FUNDEU dice que debe utilizarse la palabra registro en español pero humildemente creo que se queda un poco difusa— tendría que hacerse en el aeropuerto como en los viejos tiempos y sacar tarjetas de embarque en papel en lugar de poderlas llevar en una imagen en el teléfono como se hace ahora en los tiempos modernos.


Al final el viaje transcurrió de forma normal cumpliendo sus horarios, por lo que mi hija puede decir que al menos uno, solo uno, de sus viajes a EE.UU. no ha sufrido incidencias.