De alguna lectura o de algún curso o conferencia tenía
tomadas unas notas sobre este tema, pero soy incapaz de recordar la fuente. En
todo caso y asumiendo que la idea no es mía pretendo comentar algunas cosillas
sobre el asunto que pudieran venirme bien a mí mismo como recuerdo y a los que
se asomen a estas lecturas.
A medida que van pasando los años, es evidente que el cuerpo
se deteriora. Es un proceso natural pero que, salvo accidentes, puede tomar
muchas formas porque podemos intervenir activamente en modular ese deterioro.
El deporte en la adolescencia y juventud es fundamental, pero el ejercicio o la
simple actividad física es vital a lo largo de toda la vida. Mantener un cierto
tono muscular es optar por tener una mejor calidad de vida. Hay casos
excepcionales como el del montañero Carlos Soria, ochenta años cumplidos, al que tuve ocasión de
escuchar en una conferencia a primeros de este mes y que sigue subiendo montañas
a pesar de la edad, de las lesiones y de las operaciones. Carlos Soria es un
caso ejemplar «habiendo marcado un reto
mayúsculo: ser la persona de más edad en conquistar los catorce ochomiles que
coronan las crestas del Himalaya. De momento, es el único escalador en hacer
cumbre en diez ochomiles habiendo superado la barrera de los sesenta años».
Pero como puede deducirse del título de esta entrada, mi
intención es hablar de otro deporte, de otra actividad. Se ha demostrado que
las células cerebrales se regeneran y tan vital es ejercitar las neuronas como
ejercitar el cerebro. Enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer están a la
orden del día, pero no hace falta llegar a tanto porque hay muchos niveles de
deterioro, especialmente en personas mayores, que poco a poco van perdiendo
capacidades cognitivas y sufren descoordinación, olvidos y fallos en la memoria
que no tenemos que considerar, ya digo que, salvo enfermedad, normales.
Es posible tener un cuerpo deteriorado y sin embargo tener
el cerebro funcionando activamente. Sin llegar al conocido caso de Stephen
Hawkins, el hecho de mantener un cerebro a pleno rendimiento nos puede
facilitar el seguir teniendo una misión en la vida, algo por lo que preocuparnos
en nuestro día a día, desde una actividad san sencilla como leer —muy
recomendada como gimnasia cerebral— hasta realizar cursos para mayores bien
presencialmente bien a través de internet. Asistir a conferencias, participar
en encuentros, formar parte de un club de lectura para intercambiar opiniones…
hay muchas actividades que los mayores pueden seguir realizando de forma que
mantengan una vitalidad que les permita disfrutar de la vida al tiempo que
ejercitan cuerpo y mente y prolongan un mínimo estado de salud.
Las
formas de vida moderna ponen en segundo plano muchas actividades que en el
pasado eran solventadas por las actividades normales. Por ejemplo, me gustaría
saber el número de kilómetros recorridos por mi padre a lo largo de sus 89 años
de vida andando y en transporte de cualquier tipo. Ese mismo dato, si le
tuviera, sería sorprendente compararlo con el mío. Mi padre nunca tuvo coche,
por ejemplo, mientras que yo, no llevo la cuenta, habré sobrepasado largamente
el millón de kilómetros recorridos en coche amén de otros muchos en transporte
público durante treinta años desplazándome alrededor de cien kilómetros diarios
al trabajo.
Y
yendo a cosas concretas, escribo a continuación una lista de una serie de actividades
que tenía en mis notas con un pequeño comentario, aunque casi casi son auto
explicativas.
1.Comer
menos. O mejor y, además, comer bien. Hoy en día la alimentación ha tomado
una deriva preocupante con el alejamiento de lo natural y el consumo de
productos preparados a los que por comodidad o vaguería nos entregamos con demasiada facilidad.
2.Deporte. No hace falta entrenarse para correr una maratón, pero el
andar, montar en bicicleta o nadar en una piscina son actividades casi al
alcance de todos.
3.Ejercicios
mentales. Fundamental como deporte cerebral. Hacer crucigramas, o sudokus,
resolver jeroglíficos, hacer tests psicotécnicos por puro placer. En internet
tenemos multitud de ejercicios, algunos de ellos muy exigentes, que nos permiten
tener las neuronas activas y preparadas.
4.Viajar.
Conocer nuevos sitios, nuevas gentes, nuevas situaciones… una manera muy
efectiva de mantener la ilusión y ejercitar la curiosidad, uno de los mejores
antídotos contra el deterioro cerebral.
5.Vivir
acompañado. Esto no siempre es sencillo según a qué edades, pero siempre
podemos buscar relaciones y sobre todo tener en cuenta que la soledad solo es
problemática si no se sabe gobernar bien.
6.Adaptarse
a (o incluso buscar) los cambios. El cambio es una fuente de oportunidad de
acercarse a nuevas sensaciones y nuevos conocimientos. Es evidente que todo
tiene un coste y hay que implicarse, pero cuantas más exigencias nos auto
impongamos mejor será a la larga para nosotros.
7.Yo ya
soy mayor para esto… Este es uno de los peores pensamientos que pueden
anidar en la mente a cualquier edad, y especialmente en los mayores. Nunca se
es tarde para nada, especialmente en temas de pensamiento. Nos costará más o
menos recorrer el camino necesario para conseguir algo, pero lo bonito es
recorrerle y aprender de la experiencia.
8.Fuera
el estrés. Tener un auto control de nuestra actividad es fundamental. El
estrés en si no causa enfermedades, pero predispone a cualquiera de ellas. Vivir
la vida de una forma pausada, no asumiendo más tareas de las que normalmente
podamos realizar es un hábito que hay que aprender y desarrollar.
9.No
fumar. No hacen falta comentarios. Además de lo caro que resulta para el
bolsillo, el estar esclavos de este vicio tan dañino no conduce a ninguna cosa
buena a la larga. En este apartado habría que añadir lo de beber: sí, pero con moderación.
10.Dormir
lo suficiente. Se recomiendan al menos siete horas de sueño, y mejor si
este es de buena calidad y reparador. Lamentablemente y a diferencia de las
actividades anteriores, no se trata solo de querer dormir esas siete horas,
pues puede que no lo consigamos.
11.Apagón
emocional. Esto es una de las cosas a combatir de forma activa. Como se
dice ahora, «no se puede pasar de todo» y dedicarnos a ver series o partidos de
fútbol por la tele. El cerebro hay que cultivarlo y ejercitarlo buscando por
donde sea emociones y sensaciones que nos hagan tener alegría de vivir y una
misión en la vida.
12.Agradecimiento.
«De bien nacidos es ser agradecidos» dice la frase por todos conocida. Agradecidos
a los demás, a la naturaleza, a la vida, a las cosas que tenemos y podemos
disfrutar… cada uno en su medida.
13.Pequeñas
cosas. Podemos encontrar satisfacción y sosiego en cosas insignificantes
con tal de saber modular de forma realista nuestras expectativas.