domingo, 30 de agosto de 2020

RESILIENCIA

En la entrada «¿REPARAR?» escrita en este blog hace apenas dos meses, en junio de este mismo año 2020, me hacía una pregunta en uno de los párrafos… «…el ordenador vivito y coleando, funcionando de nuevo. Un ordenador muerto y para el arrastre que a las 24 horas estaba dando servicio… ¿Por cuánto tiempo? La mencionada entrada acababa diciendo «Veremos lo que dura, pero por el momento el portátil de mi hija ha escapado a esa enfermedad de la obsolescencia y parece que va a tener cuerda para un tiempo más».

He repetido y repetiré hasta la saciedad que no quiero saber nada de los mundos APPLE. Reconozco su valía y su funcionalidad, que subyuga y convence a muchas personas, especialmente si disponen de los dineros para disfrutar de sus bendiciones, pero el que sea un mundo cerrado y tengas que tragar sí o sí sus decisiones empresariales no me convence y por ello, desde siempre, nunca sus productos han estado en mis oraciones. Otra cosa es lo que piense mi hija…

La respuesta a la pregunta sobre el futuro del ordenador llegó en menos de un mes. Al ir arrancar se mostraba parpadeante en la pantalla en negro el símbolo de una carpeta de ordenador y así se quedaba tiempo y tiempo. El ordenador no arrancaba. Realizada la pertinente consulta al doctor Google la cosa estaba clara: el ordenador NO ENCONTRABA un disco de arranque. Creemos que las cosas van a ser eternas, pero ya dice el refrán que «a todo cerdo le llega su san Martín» y aunque un disco duro no sea precisamente lo mismo que un cerdo, le había llegado la hora. ¿Consecuencia del remojo que tuvo el ordenador hace unos meses? No parecía relacionado, pero… ¿Quién sabe?

Esto ya parecía definitivo y mi hija quería a toda costa tirar la toalla: se acercaba el comienzo de curso y el ordenador, ese u otro, es necesario para seguir sus clases, con mucha probabilidad telemáticas, y desarrollar sus tareas y trabajos. Mirando y mirando en Youtube y siguiendo las recomendaciones del famoso doctor vimos la posibilidad de reemplazar el disco duro interno por uno nuevo. La broma ascendía cerca de 100 euros, pero se podía adquirir en AMAZON y siempre estaba la posibilidad de la devolución si la cosa no funcionaba. Si conseguíamos llevarlo adelante, el disco nuevo sería de tipo SSD  10 veces más rápido que el original─ y de 256 Gb ─el doble de capacidad que el original.

Para una persona como yo que no sabe nada del mundo APPLE y que como ya he manifestado, no quiere saberlo, era todo un reto: había que empezar a conocer un mundillo específico que probablemente sería similar al mundillo de los ordenadores «normales» pero que seguramente tendría sus entretelas. Internet es un mundo maravilloso y aunque hay mucha basura y mucho despiste, mi experiencia me dice que a base de echarle ganas y tiempo se pueden conseguir muchas cosas. He de confesar que en muchos momentos estuve tentado de tirar la toalla y abandonar, porque mi desconocimiento me hacía ir cayendo en los charcos una y otra vez enfangándome más y más.

Un refrán ciertamente machista dice que «al papel y a la mujer hasta el culo has de ver». No hay nada como parar, respirar profundo y empezar de nuevo. Y lo más recomendable en estos casos, aunque esté denostado por los modos de hacer actuales, es leer muy despacio y atentamente el folleto que acompaña a los productos, en este caso en inglés. A mi modo de entender, no estaba ni claro ni bien explicado, pero en esta segunda relectura concienzuda di con la clave de lo que ocurría: el ordenador no era capaz de «ver» el nuevo disco si no se le actualizaba su ROM BIOS.

Pero en la descripción de la página de venta también lo ponía bien clarito:  [Cómo usar un SSD no inicializado nuevo]- Este disco duro disponible en macOS 10.13 High Sierra y posterior, debe actualizar su MAC a macOS 10.13 o superior antes de la instalación. Necesita una unidad USB adicional (SSD / HDD portátil) para crear un instalador de arranque o Time Machine para hacer una copia de seguridad, use las utilidades macOS de la unidad USB para borrar la nueva SSD e instalar (Recuperar) macOS…».

No es cuestión en este blog y en este momento de entrar en disquisiciones técnicas y describir el proceso con detalle. A base de mirar y mirar, probar y probar, conseguí habilitar la utilización del nuevo disco instalado y colocar en él nada menos que la última versión posible habilitada por APPLE para ese modelo de (vetusto) ordenador. El archiperre va como una bala dada la mayor velocidad del nuevo disco, con lo que mi hija está encantada de haber recuperado un aparato que amenazaba con quedar convertido en simple cachivache.

Por cierto, resiliencia tiene definición en el diccionario referente a los seres vivos como «Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos». Pues eso, que ya es la segunda situación adversa y que la sabiduría popular, destilada en refranes, dice que «no hay dos sin tres». Esperemos que la tercera avería tarde mucho en llegar y me deje respirar un tiempo.