domingo, 6 de septiembre de 2020

ESTRATAGEMAS

Asistimos a diario a numerosas artimañas en el mundo comercial para convencernos de comprar cosas que muchas veces ni siquiera nos hacen falta. La sobreinformación que ha propiciado la red alimenta continuamente las bases de datos y la llamada inteligencia artificial hace de las suyas para estudiar nuestras necesidades por nosotros, con la pretensión de saber mejor que nosotros mismos lo que nos conviene. Y sumisos como borreguitos, nos dejamos llevar.

Sin embargo, en algunas ocasiones podemos estudiar los procedimientos que siguen las empresas para llevarlos a nuestro terreno y traducirlos en una ventaja importante a nuestro favor. En esta entrada voy a comentar una observación que vengo realizando desde hace tiempo y que se comprueba machaconamente. Trataré un caso de la empresa esa gigante de ventas por internet que todo el mundo conoce y muchos usamos, muchas veces incluso en contra de nuestra voluntad porque no queda otro remedio o la alternativa es tan costosa que no merece la pena.

Supongamos que estamos pensando en cambiar la pantalla de nuestro ordenador de sobremesa. Realmente no nos hace falta, porque la que tenemos es suficiente y funciona a la perfección. Es verdad que es antigua, pequeñita, que su velocidad de refresco es poca y que su gama de colores no tiene los millones de colores que tienen las modernas.

A principios de agosto pasado, sin prisas, empecé a consultar en la web de esta empresa pantallas de ordenador. Había una que me interesaba, por referencias de mi buen amigo Manolo que la tenía tanto en su empresa como en su casa y estaba encantado con ella: moderna, grandota, con altavoz y cámara web incorporadas ahora que están tan de moda las sesiones telemáticas, en fin, una pantalla que, por supuesto, estaba a años luz de la que vengo utilizando, como digo, desde hace muchos años.

Lo fundamental para todo lo que voy a referir aquí es hacer las consultas con nuestro usuario registrado en esa empresa. Siempre estarán por ahí detrás las famosas «cookies» de nuestro navegador que tomarán nota de nuestro interés en determinados productos de esa empresa, pero si además estamos registrados con nuestro usuario, esas notas nos serán asignadas y de alguna manera los motores de marketing anotarán nuestro particular interés por un tipo de producto, en este caso pantallas de ordenador.

De vez en cuando y sin intención real de compra, añadía la pantalla que realmente me interesa — una HP Elite Display E243— a mi carrito de compra, e incluso iniciaba el proceso de compra, pero sin llegar a finalizarlo, abortándolo en el último momento antes de la confirmación definitiva. Así, a  ratos, realizaba estas operaciones de muestreo y tonteo para que la inteligencia artificial de esta empresa anotara mi interés en pantallas de ordenador y mi focalización en una determinada.

Al cabo del tiempo, unas semanas, llega por fin el correo que estaba esperando, ya que de alguna forma lo estaba intentando provocar para validar mi teoría: un correo que se puede ver en la imagen siguiente…

 


donde me dicen que… «basándonos en tu actividad reciente, hemos pensado que esto podría interesarte». ¡Bingo!, claro que me interesa, habéis acertado de pleno. La pantalla tras la que andaba y que estaba en un precio de 216 euros me la dejáis en 185 euros con un más que apreciable 15% de descuento. Hago clic en el enlace donde figura «Más información» y me lleva a la página de compras normal donde la imagen que se ve ahora es esta otra…

 

en la que se constata el precio rebajado, con lo que ahora sí, añado a la cesta y procedo con el proceso de compra hasta el final, ahorrándome 31 euritos que nunca están de más para emplear en otras cuestiones. Para nostálgicos casi del siglo pasado, diré que esos euros son unas cinco mil pesetas de las de antes, pero claro, ya no hacemos estas cuentas.

Esperemos que los inteligentes motores de búsqueda de datos y de inteligencia artificial de esta empresa no lleguen todavía a ser lo suficientemente avezados para leer este blog y tomar nota, para aplicarme alguna condición especial que evite que desarrolle estas triquiñuelas en mis relaciones con ellos.