domingo, 19 de junio de 2022

ENSEÑANTES

 

Uno se pasa toda la semana dándole vueltas al magín para pergeñar unas cuantas palabras que juntar para rellenar la entrada semanal de este blog. Me gusta utilizar el buscador por todas las entradas antiguas porque la memoria traiciona en algunas ocasiones; hoy ha ocurrido pues gran parte de lo que estaba pensando contar ya vio la luz hace tiempo —septiembre de 2014— en una entrada de este blog. Concretamente en «MAESTROS» a la que remito al lector. Intentaré en los siguientes párrafos no repetirme y complementar.

Dicen los psicólogos que hay que evitar las rutinas. Es bueno tenerlas, pero conviene realizarlas con pequeñas alteraciones que, si bien pueden sacarnos de nuestra zona de confort, nos permitan ejercitar las neuronas con posibles novedades. Aquello de ir a por el pan por rutas o aceras diferentes cada día. Por cuestiones que no vienen al caso, tengo que atravesar de vez en cuando el magnífico Parque del Oeste madrileño —no solo está el Retiro—, que ofrece multitud de caminos muy agradables. Paseaba esta semana a su través por una ruta ignota para mí cuando me topé de frente con la escultura de la imagen de este escrito dedicada de una forma sencilla, escueta y anónima «Al maestro».

En lo primero que pensé es en las posibles diferencias entre profesor y maestro. Como ahora llevamos encima un archiperre que nos informa de todo, pude acceder al diccionario y salvar mi curiosidad. Maestro tiene muchas acepciones, gran parte de ellas que nada tienen que ver con la enseñanza, pero me quedo con la primera: «De mérito relevante entre los de su clase». Porque profesor es «Persona que ejerce o enseña una ciencia o arte». He tenido muchos profesores en mi vida, pero pocos eran maestros.

En la entrada antes mencionada de «MAESTROS» hice un recorrido por los enseñantes que dejaron huella en mí en las primeras etapas de estudiante de mi vida, hasta el bachillerato. Luego, en el mundo profesional y por mor de la especialidad a la que me dediqué, la informática, nunca pude dejar de estudiar, bien mediante auto formación, bien mediante asistencia a escuelas de empresas entre ellas la propia de IBM. Y aquí tengo que recordar a uno de los instructores —así los denominaban—, Augusto del Cacho, ya fallecido, que nos ilusionaba con mil y una maneras de hacer las cosas. Siempre ponía en la pared del fondo del aula una pantalla de ordenador con un gran reloj digital, de forma que su control de los tiempos era exquisito.

Cuando mi casillero se acercaba irremediablemente a los 40, mi prurito por no haber podido ir a la universidad explotó y me llevó a enrolarme en la carrera de Psicología, eso sí, a distancia por la UNED, por aquello de compatibilizar estudios y trabajo. Pocos profesores en unos estudios a distancia, pero tengo que mencionar a Maribel Comeche Moreno, Antonio Crespo León y el catedrático de Psicología Experimental, cuyo nombre no logro recordar, que me maravillaron en las pocas clases magistrales suyas a las que pude acudir. Además, en el caso de Maribel, también y posteriormente en un máster de conducta donde tengo que añadir a un maestro, un sabio, y un humano enorme en la persona de Miguel Costa Cabanillas.

Ahora, ya retirado de la vida profesional, sigo siendo alumno de los cursos de mayores de algunas universidades, principalmente la de Alcalá de Henares y la Carlos III de Madrid. Nuevamente maestros para el recuerdo como el fallecido por Covid Antonio Rodríguez de las Heras, enorme, al que ya he mencionado en varias entradas de este blog y al que dediqué una entrada titulada «AntonioRodríguezdelasHeras» en el momento de su fallecimiento. Otros muchos profesores en estos últimos años y en la actualidad, pero tengo que mencionar a Ángel Bahamonde Magro, Eduardo Juárez Valero y Francisco Daniel Hernández Mateo, todos en febril actividad en estos días de junio de 2022 en la Universidad Carlos III de Madrid.

Y los nuevos tiempos permiten cursos a distancia, bien en directo o a través de los ya ampliamente mencionados en este blog conocidos como «MOOCs». También en ellos hay enseñantes que quedan grabados en la memoria, entre los que repite Antonio Rodríguez de las Heras. Y añado a Diego Navarro Bonilla que, junto a Eduardo Juárez Valero, nos ilustra en cursos sobre paleografía, caligrafía, diplomática e historia. Y no se me puede quedar en el tintero Don Johanson, el antropólogo que hace ya 50 años descubrió a Lucy y que actúa como instructor de lujo, maestro, en el curso MOOC «Human origins».

Personas dedicadas a la enseñanza —maestros, profesores, instructores, formadores, coachers…— que hacen la vida de las personas más rica aportando sus conocimientos y sobre todo marcando sendas por donde el alumno puede transitar tratando de huir del «solo sé que no sé nada». Enseñantes que jalonan la vida de las personas, pero solo algunos de ellos tocan la fibra sensible para elevarlos a la categoría de verdaderos maestros que serán recordados siempre en la memoria del estudiante ávido de conocimientos.

Me quedo con la comezón de no recordar el nombre de mi maestro de psicología experimental...