Conversando días atrás con mi buen amigo Manolo —tengo varios Manolos en mi vida… jajaja— salió este tema de la regla por él llamada de las tres pes. Un familiar suyo muy metido en el mundillo de las redes sociales, escritor, youtuber, influencer, guionista de cine y series, diseñador y algunas cosas más está cada vez más asediado por el mundo en plantearle colaboraciones y actos. Llega un momento en que uno se puede ver desbordado y ahí es donde viene muy bien esta regla.
Recuerdo una época de mi vida en la que yo, muy aficionado a la fotografía, disponía de un buen equipo fotográfico y hacía a veces colaboraciones para periódicos, empresas, eventos sociales y otros. Por lo general, la parte de mi trabajo era desinterasada en aspectos crematísticos y lo más que recibía eran los gastos si los hubiere. Llegó un momento en que el agobio y la presión eran enormes y tuve que, como yo digo, meterme las manos en los bolsillos y excusar mi participación en tales actividades.
En la actualidad tengo otro amigo, Eduardo, que está pasando por lo mismo. Le requieren para conferencias, colaboraciones en los medios, artículos y entrevistas en diarios y revistas, programas de TV. o radio, presentaciones de libros… Por lo que hablamos o yo puedo deducir —por supuesto con riesgo a equivocarme—, está a punto de explotar: no dá más de sí, y eso que es un todo terreno que se hace con todo.
Brujuleando por la red, hay multitud de referencias a variopintas reglas de las tres pes, así como otras con cuatro pes e incluso con otras letras. Comento aquí la que me brindó mi buen amigo Manolo mencionado al principio como una cuestión a seguir para tomar decisiones de colaboración. Las tres pes aludidas serían:
PLACER Evaluar la predisposición a disfrutar con la actividad, tanto en el terreno personal como por el lugar, el tema, el alcance para la sociedad y cuestiones varias de índole personal y social.
PRESTIGIO Todos en el fondo tenemos nuestro corazoncito y nos podemos pelear muchas veces con el peligro de caer bien en la inmodestia bien en la arrogancia. Pero, que leñe, si nos hemos trabajado un asunto por lo menos que se nos reconozca y nos sirva para hacer curriculum.
PRECIO !He aquí el quid de la cuestión¡ ¿Hacerlo gratis y desinteresadamente? ¿Cobrar? ¿Gastos de desplazamiento, hotel y refrigerios? Un asunto delicado y fuente de muchas discursiones porque no siempre se entiende en la forma correcta. Todos queremos que se nos atienda gratis y somos reticentes a pagar.
En un magnífico curso de Supervivencia realizado telemáticamente en el Centro Asociado de la UNED de Segovia, el instructor Paco Monedero nos hablo de «otra» regla que bien vale para aplicarse en muchas cuestiones de la vida, no solo en caso de supervivencia. Se trata de la regla por él denominada A.V.A., esto es Analizar, Valorar y Actuar. …Nihil novum sub sole —(no hay) nada nuevo bajo el sol—, que diría el sabio pero que muchas veces olvidamos y nos dejamos llevar por los instintos y la inmediatez. Analizar la cuestión con calma y sosiego, valorar la conveniencia para nuestros intereses y tras esto, nunca antes, actuar, pasar a la acción.
Si nos aplicamos estas dos reglas combinadas nos irá mucho mejor en la vida. Volviendo a las pes, el problema está en decidir, ante un hecho planteado, cuantas de las tres pes queremos cubrir, en qué orden y con que ponderación. Por ejemplo, si una actividad propuesta conlleva mucho prestigio… ¿podemos renunciar al precio y asumir el trabajo aunque no sea placentero?
El familiar de mi amigo Manolo mantiene que se tienen que dar, al menos, dos de las tres pes para considerar el asunto. Es entrar en un mundo de compensaciones entre ellas. Vamos, que si no cumple ninguna de ellas… En todo caso, cada uno, como hemos comentado, tendrá que aplicar la anteriormente mencionada regla A.V.A. antes de tomar una decisión para acometer el asunto o rechazarlo.
Algunas veces, una sola P tiene la fuerza suficiente para compensar a las otras dos faltantes: ¡generalmente es la plata, perdón, el precio! Si tengo un asunto que no me gusta y no me da prestigio (pero tampoco me lo quita)... pero es (muy) rentable, adelante con los faroles.
En un vídeo corto sobre el tema, accesible en este enlace a la plataforma Youtube podemos escuchar una comunicación del escritor Estanislao Bachrach con comentarios acerca de cómo maneja él su casuística personal que bien nos puede servir como referencia.
Hay más, muchas más, reglas con tres pes: Pasión, Perseverancia y Paciencia (grandes obras), Predicción, Previsión y Prevención (desastres), Poliuria, Polidipsia y Polifagia (detección de la diabetes), Parientes, Putas y Pobres (abogacía). Si en lugar de con pes las queremos con erres, pues, por ejemplo, Reducir, Reutilizar y Reciclar (ecología y medio ambiente).
¡Qué no falten las reglas!
Como tambien, si nos acordaremos de nuestros primeros pasos en las matemáticas, hay una regla de tres (sin más), valiosísima y eficaz, que yo sigo utlizando con mucha frecuencia.

