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martes, 19 de julio de 2011

COMUNICACION

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La semana pasada he tenido la oportunidad de asistir a un curso de verano de los que muchos que proliferan por la geografía española organizados por diferentes universidades. En mi experiencia los cursos no son propiamente universitarias sino más bien una serie de charlas impartidas por ponentes más o menos famosos que nos transmiten sus impresiones y de paso se dan un garbeo por la zona. La elección de los ponentes así como la determinación de los programas quedan a cargo de los directores de cada uno de los cursos que supongo se tendrán que atener a unos presupuestos económicos para la selección de las personas o personalidades que van a desarrollar los encuentros.

El curso al que he asistido, organizado por uno de los departamentos de psicología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia tenía a priori un título sugerente y atractivo: “Comunicación, seducción y manipulación, sobre la verdad y el engaño”. Haciendo un ejercicio de reflexión sobre el propio título podríamos pensar que nos estaban seduciendo y engañando para que asistiéramos al evento atraídos por el señuelo y sin entrar a considerar sus ponencias. En mi caso, conocía a varios de los conferenciantes pues habían sido profesores míos en otros tiempos e incluso ya había oído con anterioridad algunas de sus comunicaciones en otros cursos y en formatos más ampliados, pero me apetecía disfrutar de unos días en un ambiente relajado y tranquilo en la preciosa ciudad amurallada de Ávila y de paso recordar y profundizar algunos aspectos y añadir otros nuevos a la vez que explorar la posibilidad de conocer gente nueva.

Como ocurre siempre, de las doce charlas celebradas, unas más y otras menos suscitaron la curiosidad de los asistentes, pero siempre en un tono general práctico. Sí que tengo que decir que el público asistente era muy heterogéneo, pues de hecho y como respuesta a una pregunta directa de uno de los ponentes, solo cuatro psicólogos se encontraban entre los asistentes. Me resultó curioso detectar tres personas mayores, muy mayores diría yo, entre los que atendían las ponencias, por lo que siempre es tiempo de aprender. Las condiciones económicas suelen ser atractivas para las personas de mayor edad que pueden contemplar la posibilidad de pasar unos días de verano de forma diferente a la vez que amplían sus conocimientos y se relacionan con todo tipo de gente que asiste a los cursos. Recomendable.

La comunicación es esencial en el ser humano. Hablar y escuchar, interaccionar con nuestros semejantes es vital para un desarrollo personal. Una de las acciones más duras que se pueden infringir son las conocidas “celdas de aislamiento” en las prisiones que yo por suerte conozco solo por referencias o por alguna película. El lenguaje nos procura emociones, positivas o negativas pero en suma constructivas para nuestra formación humana. Es, como rezaba la introducción del encuentro “una magnífica herramienta del ser humano: la capacidad de influir de forma decisiva en los demás a través del lenguaje en su sentido más amplio”.

Entre los ponentes hubo profesores universitarios de ramas como cine, periodismo, filosofía, psicología así como un político de renombre en activo. El programa puede consultarse en este enlace que supongo estará funcionando por un tiempo y en el que los títulos de las conferencias dan una pista de por dónde iban los temas.

Como habrán podido constatar los que hayan leído algunas entradas de este blog, soy muy consciente de que la manipulación y el engaño es una constante en nuestras vidas actuales, especialmente desde las grandes corporaciones a través de los Medios, escrito con mayúscula, de Comunicación. ¿Quién se fía hoy de una fotografía publicada en una revista o un periódico? La manipulación de las mismas llega a límites insospechados en quitar o poner cosas, unir fotos tomadas en períodos diferentes o incluso incluir en las mismas personas que no estaban en ellas de forma real. Puede parecer que imágenes en movimiento son imposibles de trucar pero esto ya es pan comido con las posibilidades que aportan los ordenadores y las técnicas: ¿quién no recuerda el final de la película Titanic donde la gente cae al mar desde la popa del barco a una altura impensable o las escenas imposibles de la más moderna Avatar? Lo que si me ha quedado entre mis anotaciones son un montón de libros a leer y películas a ver recomendadas por los oradores como ejemplo de sus teorías, una buena tarea para el verano.

Entre la verdad y la mentira hay un largo recorrido, en el que caben las verdades a medias, la ocultación intencionada y la mentirijilla. El mensaje es que tenemos que poner en una cierta tela de juicio todo lo que capten nuestros sentidos, especialmente la vista y el oído para, aún a sabiendas de que estamos siendo engañados y manipulados, e incluso consintamos, darnos cuenta de forma consciente. Como ya nos decía Rabindranath Tagore, las palabras van al corazón solo cuando han salido del corazón.
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