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domingo, 28 de julio de 2019

VEXILOLOGÍA




Hace tan una semana nos bombardeaban desde todos los ángulos y en todos los medios de comunicación con el quincuagésimo aniversario de la llegada del primer hombre a la Luna. Yo también dediqué la entrada de este blog titulada «LUNA» a este evento. Ahora, tan solo siete días después, estamos en otras cosas porque la vorágine nos absorbe y no se puede estirar más la noticia. A ver si ahora tuviéramos la suerte de que se hiciera lo mismo o parecido con otra gesta de la que en un par de semanas, el 10 de agosto, se cumplirán 500 años de la primera circunnavegación al orbe, una magna empresa impulsada desde España, comenzada por el portugués Magallanes un 10 de agosto de 1519 y rematada tres años más tarde por el español Juan Sebastián Elcano.


Como digo, lo del aniversario del Apolo 11 y la llegada de Neil Armstrong a la Luna ya es historia. Tendremos que esperar cincuenta años más, julio de 2069, para que se cumpla el centésimo aniversario y se vuelvan a oír «historias» sobre el asunto. Y digo «historias» porque muchos ríos de tinta han corrido en todos estos años sobre la veracidad o no de esta gesta humana. Hay muchos que dudan que se llegara a la Luna en esa misión porque todo pudiera haber sido un montaje de los americanos para cumplir el sueño de John F. Kennedy de llegar antes de que acabara la década de los sesenta del siglo XX. Vd. que opina ¿se llegó o no se llegó?


En una charla el pasado 29 de junio en el centro de visitantes de la NASA en la madrileña localidad de Robledo de Chavela, el técnico durante 43 años Carlos González Pintado dio una explicación sencilla a la pregunta en ese sentido de uno de los asistentes: ¿Cree Vd. que, si no hubiera sido verdad, los rusos no hubieran hecho todo lo posible por descubrirlo?


Hay que saber que tras el Apolo XI y hasta diciembre de 1972, la NASA siguió enviando hombres a la Luna. Salvo el fallo del Apolo XIII por una avería, los Apolos 12 al 17 llegaron a la Luna y con ello 12 hombres la han hollado. Mantener la falacia durante tantas ocasiones y a lo largo de tantos años hubiera sido costoso y con aquello de que la verdad se acaba abriendo camino sería muy difícil mantener tamaño engaño durante tanto tiempo. A modo de documentación personal, los doce hombres que hasta la fecha han pisado la Luna son: Neil Armstrong (11), Buzz Aldrin (11), Pete Conrad (12), Alan Bean (12), Alan Shephard (14), Edgar Mitchell (14), David Scott (15), Jim Irwin (15), John Young (16), Charlie Duke (16), Eugene Cernan (17) y Harrison Schmitt (17). Los números entre paréntesis indican el número de la misión Apolo que los llevó hasta nuestro satélite. Por cierto, muy curiosa la historia del último, Schmitt, más científico que astronauta…


Uno de los libros, librito, que he leído estos días es el de Jaime Ivars titulado «Apolo 11. El falso viaje a la luna». No es actual pues lleva publicado unos años y tengo que decir que no me ha convencido ni poco, ni mucho ni nada, pero hay que acercarse a todo para alimentar la curiosidad personal y formarse cada uno sus propias opiniones. Y aprovechando que ha salido el tema de los libros, otro que si me ha gustado sobre el asunto ha sido «La carrera espacial. Del Sputnik al Apolo 11» de Ricardo Artola, con mucha más enjundia y donde se explican en un lenguaje ameno todas las vicisitudes de la carrera espacial por parte de rusos y americanos con una muy detallada documentación de todos los eventos al final del libro. Como dice su título, solo llega hasta el Apolo 11, esto es, hasta julio de 1969. La carrera espacial ha continuado por otros derroteros también muy interesantes que no se encuentran descritos en el libro.


Los partidarios de la falsedad de la llegada han utilizado los más variados argumentos y pruebas para demostrar que todo aquello fue un gran engaño. Por ejemplo,

  • Sin atmósfera en la Luna y, por lo tanto, sin viento, las banderas que ondean libremente en la Tierra colgarían como una tela floja en el entorno lunar.
  • La radiación ionizante interplanetaria y de los cinturones Van Allen hubiese matado a cualquier ser humano…
  • No hay estrellas en las fotos…
  • No se levantó polvo durante el alunizaje, que tampoco causó un cráter…
  • La temperatura en la Luna puede llegar a los 120 grados y habría matado a los astronautas…
  • Las sombras deberían ser totalmente negras, ya que el sol es la única fuente de iluminación…

También han existido explicaciones a favor como por ejemplo la de un director de cine que explica con términos de grabación de imágenes que los planos de aquella época no se hubieran podido grabar de forma falsa con la tecnología existente en aquellos años. Para todos los gustos hay opiniones.


Respecto del asunto de la bandera, la vexilología es «la disciplina que estudia las banderas, pendones y estandartes». Como sobre otras tantas cosas, es muy curiosa la historia de cómo se devanaron los sesos los ingenieros de la NASA para llevar hasta allí la propia bandera y los «palos» para poder plantar en la superficie lunar la enseña de las barras y estrellas y que «ondeara» de forma decente. Para los interesados o simplemente curiosos, Annie Platoff, bibliotecaria de la Biblioteca de la Universidad de California en Santa Bárbara y vexilóloga explica en este artículo en el diario Abc los pormenores que rodean a este asunto.


Y siguiendo la tendencia, dejemos reposar la Luna y pongamos manos a la lectura de temas de la circunnavegación. Ya he leído «Juan Sebastián Elcano. La mayor travesía de la historia» de José Luis de Olaizola y habrá que leer alguno más de aquí al 10 de agosto para celebrar a mi manera este quingentésimo aniversario de otra gesta enorme de la exploración humana. Acometo ya la lectura de «Magallanes. El hombre y su gesta» de Stefan Zweig y elegiré algún otro entre «De Colón a Magallanes» de Thomas Hugh, «Magallanes. Hasta los confines de la Tierra» de Laurence Bergreen, «La vuelta al mundo de Magallanes y Elcano» de María Dolores Higueras Rodríguez y otros, «Magallanes y Elcano. Primus circumdediste me. Tal como tuvo que suceder» de Ricardo Alonso Cabellos, «El orbe a sus pies. Magallanes y Elcano, cuando la cosmografía española midió el mundo» de Pedro Insúa, «La primera vuelta al mundo» de José Luis Comellas, «Magallanes y Elcano, travesía al fin del mundo» de Gabriel Sánchez Sorondo, «La primera vuelta al mundo» de Agustín Ramón Rodríguez González o «El gran viaje. La primera circunnavegación de Magallanes y Elcano» de Miguel Villa entre otros muchos. Dejo para el final uno singular: «Primer viaje en torno del globo» de Antonio Pigafetta, singular por el hecho de tener como base un diario escrito por el autor mientras participaba como navegante en la gesta.