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domingo, 13 de agosto de 2023

NEGATIVOS

 

Los que ya estamos entraditos en eso que se ha dado en llamar la tercera edad y vamos camino de la cuarta, hemos tenido la oportunidad de asistir a tremendos cambios sociales y tecnológicos. En términos de Historia, en muy poco tiempo hemos visto desaparecer, y aparecer y desaparecer, numerosos asuntos y cachivaches, especialmente en tecnología. Tanto que a muchos cada vez nos va costando más adaptarnos a esos cambios.

Mi admirado maestro y amigo Antonio Rodríguez de las Heras se ocupaba de estudiar cómo la tecnología nos cambia el paso de nuestras vidas de un día casi para otro. El maldito COVID-19 se lo llevó hace ahora un poco más de tres años, pero sus enseñanzas están vivas en sus artículos, en sus libros y en numerosos vídeos en la red. El decía que los arqueólogos del futuro, cuando escarben en los basureros se quedarán muy sorprendidos al encontrar muchos aparatos que no estaban estropeados pero que la tecnología dejó obsoletos. No se trata de ser exhaustivo, pero que fue de la máquina de escribir, del CD musical, de las enciclopedias y diccionarios en papel o en DVD, del telégrafo, del FAX, casi casi de los teléfonos fijos y tantas y tantas cosas y archiperres que han ido desapareciendo de nuestras vidas en estos últimos años. Menos mal que nos quedan el bolígrafo BIC y el Cola-Cao por mencionar un par de ellos.

Hacía mucho tiempo que no veía a una sobrina con la que he contactado por un luctuoso suceso, de esos que se encargan de juntar a las familias. Hablando con ella, recordé una retrato que le hice cuando contaba unos catorce años —ahora se acerca a los cincuenta— en la que estaba con una prima en un banco, apoyadas sus caritas en el respaldo y mirando fijamente a mi cámara. Un buen retrato para mi gusto que se ha quedado grabado en mi mente y que parece que estuviera viendo ahora mismo como si lo tuviera delante. Yo me imagino que daría una copia en papel a sus padres y por lógica yo no me quedaría con ninguna. Siempre estará el negativo…

Ella no se acordaba de esa fotografía, por lo que me comprometí a buscarla. En menudo lío me he metido: tiene que estar por algún lado, pero no consigo encontrar el negativo. Pero… ¡¿que es eso del negativo?! Menos mal que el diccionario mantiene la acepción número 7 para la palabra negativo diciendo que es «…dicho de una imagen fotográfica: Reproducida con los claros y oscuros de manera contraria a como se ven en la realidad, o con sus colores complementarios». Una definición algo enrevesada para aquellos que no sepan o hayan conocido esta forma de fotografía, que hoy llamamos analógica por contraposición a la digital. En mi caso, abandoné el mundo del negativo y la película fotográfica en los albores del siglo XXI, concretamente en 2003.

Lo que muestra la imagen de esta entrada es lo que se denominaba una «Hoja de Contactos». Como dice la definición de la RAE y sabrán los que conozcan este mundillo, los negativos planteaban eso, una imagen negativa con los colores complementarios a los reales. En el caso del blanco y negro con una gama de grises. Cuando uno tenía su pequeño laboratorio casero para el revelado en blanco y negro, se revelaban los negativos, pero no todos se positivaban, es decir, se pasaban a papel. Una buena práctica, aunque costosa en tiempo y dinero, era realizar las hojas de contactos para, aunque en pequeño, poder apreciar las imágenes reales y decidir cuál o cuáles se pasaban a papel.

En mi archivo, solo los doscientos primeros carretes de blanco y negro de 35 mms. —normales— tienen hojas de contacto. Los carretes eran normalmente de 36 fotografías, aunque yo me los fabricaba comprando rollos industriales de película de 30 mts. y forzaba un poco hasta llegar a 40 o 42 fotografías en cada carrete. El resto, hasta los 347 que forman mi archivo de blanco y negro de 35 mms., no tienen hoja de contacto, se ve que en algún momento me cansé. Focalizándome en el año 1989 en que mi sobrina cumpliría los 14 años, dos años arriba o dos años abajo, he tenido que revisar al trasluz unas cuantas hojas de negativos al no disponer de hojas de contacto. Tarea infructuosa pues no he localizado el deseado

Tendré que volverlos a revisar con más cuidado, pero… ¿y si el negativo era en color, pero positivado en blanco y negro? De los carretes en color sí que no hay contactos pues se llevaban a revelar todos a la tienda. Tengo en mi archivo 325 carretes en color de 35 mms.

Una buena idea sería escanear todo ese material, pero estamos hablando de unas 12.500 fotografías en blanco y negro y otras 11.700 en color; una tarea ingente el escaneo para pasarlas a digital, aunque sería una buena manera de «volverlas a ver». Y eso por no hablar de los negativos en blanco y negro y color de gran formato (6x6) y de las diapositivas, que superan las veinticinco mil unidades en mi archivo…