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domingo, 23 de junio de 2024

VILEZA

Hoy toca escritura telegráfica: hechos, no opiniones. Así se traslucen menos las emociones.

Mi médico de cabecera —con el que llevo más de treinta años— no tiene citas hasta finales de julio de 2024. ¿Enfermedad? ¿Vacaciones? ¿Jubilación? ¿Hartazgo?

Consigo cita derivada con otro médico de mi centro de salud que no me conoce de nada. Me deriva a un especialista de mi hospital de referencia, que se encuentra en la misma localidad en la que resido.

La cita con el especialista del hospital me la dan para febrero del año que viene, 2025, como puede verse en la imagen. Más de siete meses.

Me ofrecen la alternativa de otros hospitales en la Comunidad de Madrid. Elijo uno no precisamente cerca pero al que puedo llegar en transporte público.

Consigo la primera cita para septiembre de 2024. Bueno, solo son tres meses. Tal y como está el patio…

Me anuncian que TODO el seguimiento de este caso —consultas posteriores, pruebas…— tendrá que hacerse obligatoriamente en este hospital.

No hay vuelta a atrás.

Recibo comunicaciones por SMS y correo electrónico para que me registre en la APP y en el Portal del Paciente de este hospital.

Extraño ¿No? La Seguridad Social tiene todos mis datos… ¿por qué un nuevo portal y un nuevo registro?

El hospital al que he llegado NO ES PÚBLICO. Es un hospital privado que supongo tendrá un concierto con la Comunidad de Madrid.

No sé cortan un pelo. Entiendo que no me costará nada directamente, pero indirectamente saldrá de mis impuestos y de una gestión que no quiero calificar.

Ahora viene la pregunta del millón… ¿Qué hacer?

¿Seguir con esta opción relativamente cercana a tres meses vista?

¿Renunciar y buscar fecha en otro hospital que sí sea público?

¿No colaborar con estos tejemanejes y esperar hasta febrero del año que viene, 2025?

Lo bueno es que a buen seguro será un caso aislado (el mío) y lo que pasa es que he tenido mala suerte.

A otros pacientes no les ocurre.

Aunque mirando en la red sobre estos asuntos parece que … ¿Hoy tampoco hay médico?

No se debe generalizar, pero… son viles, indignos, torpes, infames, faltan o corresponden mal a la confianza que la ciudadanía ha puesto en ellos; no lo digo yo, lo dice el diccionario. La decencia y responsabilidad en nuestros dirigentes políticos ni está ni se la espera. Pero «trabajan» respaldados con una mayoría absoluta apabullante en las últimas elecciones. Son los elegidos por «nosotros». Paciencia y resignación, a disfrutar de lo elegido, tienen licencia para funcionar a base de ocurrencias, hacer, y dejar de hacer, lo que les venga en gana...

Añadido el 4 de agosto de 2024

 Una información aparecida en prensa sobre el tema de esta entrada...