Anteayer disfruté a la hora de la comida de uno de esos momentos felices que no se producen con toda la frecuencia que debieran. Quizá por eso son más felices, al ser más intensos por estar más distanciados. Fue una comida con antiguos compañeros de trabajo a los que, a pesar de ser compañeros de trabajo durante años, me une una gran amistad. Establecimos hace tiempo una periodicidad bimensual, excepto en el verano, y vaya que vaya lo vamos casi cumpliendo.
Uno de ellos, Manolo, nos comentó a los demás que se había fijado la intención anual de “treinta”, o lo que es lo mismo, “diez+diez+diez”. Aquello de “oír, ver y callar” pero actualizado en positivo a “oír, ver y leer”: oír diez discos de música clásica, ver diez películas y leer diez libros.
Pero no cualesquiera, sino “clásicos”. Habría cada uno que auto definirse lo que entiende por clásicos para confeccionar su lista y ahí surgió la duda, en el caso de la música, si The Beatles o Simon&Garfunkel son igual, más o menos clásicos que Grieg o Mahler.
El fondo de la cuestión no es ese. Esas treinta obras deberían ser escogidas a principios de año y devoradas a lo largo del mismo. Más o menos, quitando las vacaciones estivales supondría ver, oír y leer una obra al mes. Manolo ha confeccionado su lista para el presente año y anda tras la consecución de los objetivos. Como a pesar de que estamos entrados en años nos hemos subido al carro tecnológico, del que intentamos no caernos a pesar de su velocidad de vértigo, ha quedado en enviarnos a los demás un correo electrónico, un e-mail de esos, para informarnos de sus “treinta principales” para este año.
Dado que mencionó algunos de memoria, me quedé con un libro de Gabriel García Márquez titulado “Del Amor y otros Demonios”. He hecho la intención, siempre que me sea posible, de girar una visita diaria a la biblioteca pública, con la intención de dar un vistazo al periódico pero con el trasfondo de que el paseo de ida y vuelta hasta la misma, unos cuarenta minutos, veinte de ida y veinte de vuelta, me sirvan de ejercicio diario. En la visita de ayer miércoles, el citado tomo, aunque es ligerito, se avino a acompañarme de regreso a casa para hacerme compañía unos días, máximo quince si no se prorroga el préstamo, y deleitarme con su lectura.
Me va acompañar pocos días, realmente solo uno, porque ayer mismo por la noche, no menciono a qué hora, finalicé su lectura, con lo que en la prevista visita de hoy a la biblioteca lo devolveré. Supongo que la bibliotecaria al ver que solo lo he tenido un día pensará que no lo he leído.
Un librito fácil de leer, con una historia curiosa pero que me ha planteado serios problemas de entendimiento, de entendimiento del lenguaje me refiero. No sé si es castellano, español…. o colombiano, a tenor de la nacionalidad de su contrastado autor. Algunas, bastantes o pocas, según cada cual, de las palabras que van apareciendo a lo largo de su lectura no sé lo que significan. Lo puedo atisbar aunque en alguna ocasión yo mismo me doy cuenta que intuyo el significado pero no sabría explicarlo si alguien me lo requiriera. Así que ante semejante diatriba, que ya se me ha planteado con algunos otros libros, como por ejemplo “El Hereje” de Miguel Delibes, solo tengo dos posicionamientos: o bien dejo que mi intuición me presente un significado adecuado al contexto donde aparece un determinada palabra o bien me armo de diccionario y voy buscando.
En mi experiencia, leer un libro con un diccionario al lado es muy pesado, así que lo que hago es armarme de lápiz e ir apuntando en las tapas posteriores del libro, que suelen estar en blanco si otro no ha hecho lo que yo con anterioridad, el número de página donde se encuentra cada palabra y la propia palabra que posteriormente intentaré localizar en el diccionario. Y digo bien, localizar, porque no siempre se encuentran. En el caso que nos ocupa, determinados giros serán propios del castellano o español hablado en Colombia y no necesariamente estarán reflejados en el diccionario oficial de la Real Academia de la Lengua Española, ese que se conoce como DRAE en el argot de internet.
Sería mucho más edificante buscar en el ejemplar de papel pero la tecnología facilita la labor realizando las mismas búsquedas a través de los navegadores de internet. Quiero aprovechar aquí para mencionar una cosa que es obvia, y es que no es necesario saberse el abecedario para consultar el diccionario de forma electrónica. Se “ingresa” la palabra en cuestión, como dirían en otros castellanos o españoles, y el ordenador te devuelve el significado si existe, te hace referencia a un sinónimo más comúnmente empleado o te dice que la palabra buscada no se encuentra. Hago esta salvedad para reclamar la atención de que los padres obliguen a sus hijos en sus primeros escarceos con el diccionario a utilizar el ejemplar en papel, salvo que quieran ver como olvidan, si lo han aprendido, el abecedario.
Aún a riesgo de alargar demasiado esta entrada en el blog, como documentación personal y para satisfacer la curiosidad de algún lector despistado que haya conseguido llegar hasta aquí, consigno a continuación la lista de las setenta y ocho palabras que o bien no conocía o bien me ha apetecido buscar en el diccionario seguidas de su o sus significados en el contexto del libro.
El formato no es muy allá porque no manejo los entresijos del blog como debiera. Las páginas están referidas a la Tercera Edición Barcelona 1994 de Editorial Mondadori
ACETRE
Caldero pequeño en que se lleva el agua bendita para las aspersiones litúrgicas
ACEZAR
Sentir anhelo, deseo vehemente o codicia de algo
ALBAÑALES
Canal o conducto que da salida a las aguas inmundas
ALMOJÁBANA
Torta de queso y harina o Especie de bollo, buñuelo o fruta de sartén, que se hace de masa con manteca, huevo y azúcar.
ARTESA
Cajón cuadrilongo, por lo común de madera, que por sus cuatro lados va angostando hacia el fondo. Sirve para amasar el pan y para otros usos.
ASPERJAR
Hisopear, rociar, esparcir en menudas gotas un líquido
ATANOR
Hornillo del atanor, usado por los alquimistas.
ATESADA
Tirante. “La piel atesada por el salitre”Pág.171”
AVERAGUADO
No encontrada en el diccionario ”Un vestido averuguado y percudido”Pág.80
AZOGADO
Varios significados. Aquí Turbarse y agitarse mucho
BALANDRAN
Prenda tipo túnica muy holgada, utilizada por los ecleciásticos
BALANDRÁN
Vestidura talar ancha y con esclavina que suelen usar los eclesiásticos o reclusos.
BARATERO
Comerciante que suele tratar de engañar.
BASQUIÑA
Saya que usaban las mujeres sobre la ropa para salir a la calle, y que actualmente se utiliza como complemento de algunos trajes regionales
BEQUE
En este libro orinal
BOCARRIBA
No encontrada en el diccionario Licencia del escritor. Dormir boca arriba.
BORBORITABA
Borbotar “La marmita borboritaba a fuego lento …”Pág 177
BREÑA
Tierra quebrada entre peñas y poblada de maleza
CALCAÑAR
Parte posterior de la planta del Pie
CARÁNGANO
Piojo
CARCAVERA
Ramera que ejercía la prostitución en las cárcavas.
CATRE
Cama ligera para una sola persona
CAZABE
Algún tipo de bebida
COCOTÓLOGA
No encontrada en el diccionario ·”Ella, cocotóloga insigne, le mandaba mensajes en palomitas de papel”Pág.50
COMEJÉN
Especies de termitas en America del Sur
CORDOBÁN
Piel curtida de cabra
CORDOBANA
En cueros. Andar a la cordobana.
COSITEO
No encontrada en el diccionario . “Cositeo del comején en el artesonado”Pág.170
CUMBIAMBA
Danza popular de Colombia y Panamá, una de cuyas figuras se caracteriza por llevar los danzantes una vela encendida en la mano
DESTAZAR
Hacer piezas o pedazos
ÉGLOGA
Composición poética de género bucólico, generalmente sobre pastores.
ENDIJA
“hendija” Hendidura, generalmente pequeña.
ENDRIAGO
Monstruo fabuloso, con facciones humanas y miembros de varias fieras
ENSOPADA
Empapada
ERGÁSTULAS
Lugar en que vivían hacinados los trabajadores esclavos o en que se encerraba a los esclavos sujetos a condena.
ESTAMEÑA
Tejido de lana, sencillo y ordinario, que tiene la urdimbre y la trama de estambre.
FIEMO
Estiércol
FLORESTA
Terreno frondoso y ameno poblado de árboles
FRAGOROSO
Estrepitoso, estruendoso
FRICAR
Frotar, refregar
GALPÓN
Departamento destinado a los esclavos en las haciendas de Ámerica
HEDENTINA
Olor malo y penetrante, hediondo.
HICOS
Cada una de las cuerdas que sostienen la hamaca.
HISOPO
Utensilio usado en las iglesias para esparcir agua bendita. En Colombia, escobilla usada para pintar o encalar las paredes.
HORCÓN
Horca grande de los labradores. En Colombia, Madero vertical que en las casas rústicas sirve, a modo de columna, para sostener las vigas o los aleros del tejado.
JÍCARA
Vasija pequeña de loza o de madera.
LAMPAZO
Pipo de tela de lana.
LÁUDANO
Extracto de opio, Preparación compuesta de vino blanco, opio, azafrán y otras sustancias.
LAVAZAS
Agua sucia o mezclada con las impurezas de lo que se lavó con ella
LAYA
Calidad especie o clase. “Negros de toda laya”Pág.133
LUIDOS
No encontrada en el diccionario ”Luidos por el jabón”Pág.73
MACILENTO
Flaco y descolorido
MALATOS
No encontrada en el diccionario. “Malbaratarlo fricando malatos” Pág. 158.
MALBARATAR
Vender la hacienda a bajo precio
MANAJÚ
No encontrada en el diccionario “Emplasto de manajú”Pág.46
MANGLARES
Terreno que en la zona tropical cubren de agua las grandes mareas, lleno de esteros que lo cortan formando muchas islas bajas, donde crecen los árboles que viven en el agua salada
MARITORNES
Moza de servicio, ordinaria, fea y hombruna
MONTARAZ
Genio y propiedades agrestes, groseras y feroces. De andar por los montes.
MÚCURAS
Ánfora de barro que se usa para conservar el agua o monedas..
NIGROMANTE
Magia negra que pretende adivinar el futuro preguntando a los muertos.
PASAMANOS
Género de galón o trencilla, cordones, borlas, flecos y demás adornos de oro, plata, seda, algodón o lana, que se hace y sirve para guarnecer y adornar los vestidos y otras cosas.
PERCUDIDO
Penetrado por la suciedad.
REMIENDAVIRGOS
No encontrada en el diccionario
RÍSPIDAS
Ásperas, violentas, intratables.
SALTABANCO
Vendedor o artista ambulante
SILENTE
Silencioso, tranquilo, sosegado.
TALABARTERO
Guarnicionero que hace talabartes y otros correajes. Talabarte, Pretina o cinturón, ordinariamente de cuero, que lleva pendientes los tiros de que cuelga la espada o el sable
TANTALEANDO
No encontrada en el diccionario “Tantaleando en el tremedal de la memoria”Pág.180
TARABILLA
Soltar a alguien la tarabilla Hablarle mucho y muy deprisa
TIORBA
Instrumento musical semejante al laúd, pero algo mayor, con dos mangos y con ocho cuerdas más para los bajos.
TOTUMOS
No encontrada en el diccionario “Los totumos de un pozo”Pág.181
TRÁPALOS
No encontrada en el diccionario
TREMEDAL
Terreno pantanoso, abundante en turba, cubierto de césped, y que por su escasa consistencia retiembla cuando se anda sobre él.
TUNDIRLE
Cortar o igualar con tijera los pelos, o Castigar con golpes y azotes.
VENTURO
Que ha de venir o suceder
VULNERARIA
Dicho de un remedio o de una medicina: Que cura las llagas y heridas
YERMO
Terreno inhabitado o incultivado.
ZURULLOS
Pedazo rollizo de materia blanda o porción compacta de excremento humano