Tengo que reconocer que los temas de tráfico me calan un poco más dentro que otros. Considero que en estos asuntos las personas nos mostramos como en realidad somos, nuestra educación, nuestras maneras y nuestras formas de comportarnos, de relacionarnos y deambular por la vida.
Esta semana he ido a Madrid algunos días en coche con un amigo que lo tiene que llevar por necesidad ya que se dedica a reparar electrodomésticos, con lo que para el representa el vehículo la posibilidad de desplazarse, almacén de herramientas y repuestos y algunos días, según le pille, comedor donde dar cuenta de la tartera o un bocadillo comprado entre reparación y revisión.
La sigla VAO aplicada a uno o varios carriles de la autopista significa “Vehiculo de Alta Ocupación”. Según mi criterio, licencias poéticas aparte, debería ser VOA, pero no es ese el eje de este suelto. A mi amigo le viene muy bien que le acompañe en su desplazamiento por que la definición de alta ocupación está en la cantidad de dos personas. Esto es, los coches con dos o más personas pueden acceder a estos carriles especiales, lo que supone un beneficio en una menor densidad de tráfico y por tanto más comodidad y rapidez en llegar al trabajo. Yendo el solo debe utilizar la zona normal de la autopista, lo que supone levantarse antes e ir más pendiente de la circulación, mucho más densa y complicada.
Ya había observado antes el hecho: NO TODOS LOS VEHICULOS que circulan por aquí llevan dos personas en su interior. Evidentemente, el riesgo de error en esta apreciación puede ser mío y más o menos alto. Pueden ir durmiendo en el asiento de atrás o a lo mejor acurrucaditos en el maletero, con lo cual se cumple el número.
Pero lo que realmente ocurre es que hay mucho listo y desconsiderado. Ya se ha oído que algunos se toman la molestia de llevar muñecos o muñecas hinchables para despistar o sillitas de niño en el asiento trasero con muñecas más o menos grandes que dan el pego. Pero no, hay una gran mayoría que acceden al carril por “todo el morro” teniendo en cuenta que a esas primeras horas de la mañana es más bien escasa o nula la presencia de agentes de tráfico que vigilen a estos “listos”, amén de que es bastante complicado pararlos y multarlos por las especiales características y velocidad de la circulación.
El pasado viernes me puse manos a la obra. En los poco más o menos siete minutos que estuvimos circulando por el carril especial, fuimos adelantados por NUEVE vehículos que, aparentemente, iban ocupados por menos de dos personas, con lo que claramente estaban infringiendo la norma.
Lo más grave es que estas cosas, como el aparcar bajo señales de prohibido o en las aceras, si no se cortan de raíz, se generalizan, y rápidamente. Por qué voy a estar yo aguantando el tapón o madrugando si lo normal es que haga la trampa y las posibilidades de que me pillen son pocas o casi inexistentes.
Desconozco la multa y los puntos que conlleva esta transgresión, esta falta de desconsideración y esta prepotencia y esto lo puedo asociar con que los nueve vehículos a los que me he referido eran todos de gama alta o muy alta. Que cada cual saque sus conclusiones. Seguro que no hay relación directa pero el dato es cuando menos curioso.
Deconstrucción
-
Por Ángel E. LejarriagaEste poema está incluido en el poemario El circo de
los necios (2018)DECONSTRUCCIÓN Ya no quiero mirar su circo de mentiras
groseras...
Hace 4 horas