Una de las cuestiones que siempre tengo que agradecer a mi buen amigo y seguidor de este blog Félix J.V., entre otras muchas, son las enseñanzas acerca de partir de una base de hechos para acometer cualquier acción o comentario. Hechos que deben ser todo lo más fiables posibles, que siempre pueden estar tergiversados o falseados si no los conocemos de primera mano y nos fiamos de otras personas o medios que pueden tratar de engañarnos y llevar las ascuas a su sardina.
Hay muchos refranes y frases hechas sobre el particular. Tito Livio decía que «Por los hechos, no por las palabras, se han de apreciar los amigos». Dichos populares rezan en este mismo sentido que «Hechos son amores y no buenas razones» o «Los hechos quedan, las palabras se las lleva el viento» o «Buenas palabras y malos hechos engañan a los locos y a los cuerdos».
Voy a referir a continuación una serie de hechos ocurridos a un familiar directo.
10 de septiembre de 2023. Tras diez días ingresado el paciente en un hospital por fuertes dolores abdominales, recibe el alta sin un diagnóstico claro siendo remitido a dos consultas de especialistas para seguimiento: Cirugía General y Medicina Interna. La de cirugía general ha seguido un curso más o menos aceptable dado los tiempos que corren, pero vamos a continuar con la otra, la de Medicina Interna.
26 de octubre de 2023. Tras revisar el historial, el médico prescribe un análisis de sangre y orina muy específico en el que había que recoger la orina completa de dos días.
21 de noviembre de 2023. Se realiza la extracción de sangre y se entregan los dos frascos con la orina.
7 de diciembre de 2023. La cita TELEFÓNICA para comentar los resultados del análisis especial de sangre y orina no tiene lugar, siendo pospuesta mediante un SMS al…
25 de enero de 2024. Antes de que llegue este día, un SMS recibido en el teléfono el 27 de diciembre de 2023 y cuya imagen encabeza esta entrada, anula esta cita y la pospone al…
21 de marzo de 2024. ¿Tendrá lugar esta cita, recordemos que telefónica, o se seguirá posponiendo sine die?
Estos son los hechos fehacientes y debidamente documentados. Las consideraciones serán variopintas, según las convicciones de cada uno que interpretará estos hechos según sus propios planteamientos.
Algunas consideraciones si que es posible realizar. Del estudio de un hecho médico que tuvo lugar en septiembre de 2023 y del que se realizó una analítica el 21 de noviembre de 2023 no vamos a tener un diagnóstico al menos hasta marzo de 2024, cuatro meses después de realizado el análisis. ¿Sirve para algo? ¿Había alguna razón que motivara una intervención urgente o no?
Con todos los respetos, me parece que esto no se sostiene. Podemos considerar que se trata de un caso único y extraordinario, pero me parece a mí que no, que está más generalizado de lo que debiera en nuestra Sanidad Pública, muy buena en las manifestaciones de nuestros dirigentes, pero que no se demuestra con hechos, por lo menos en este concreto caso que he relatado por conocerlo de forma directa y de primera mano. Desconozco los pormenores porque no me los han explicado, pero si el médico asignado se ha ido de vacaciones o ha pedido la baja, entiendo que otro del equipo o un sustituto debería tomar cartas en el asunto, revisar los datos del análisis y por lo menos comunicar algo al paciente que ve como se pasan los meses sin recibir ninguna información al respecto.
Limitarse a anular citas y posponerlas a meses después me parece que es mirar para otro lado y no acometer el problema de frente. Por lo que parece no hay un límite en la asignación de citas porque yo conozco a personas que tienen citas, por ejemplo, en dermatología, hasta un año después. ¡Van a reventar los calendarios! Tendremos que sufrir alguna otra «ocurrencia» que encubra esto —no que lo arregle— como ya comentaba en mi entrada «DEMANDA» de uno de octubre del presente año.