Cuando en 1981 la empresa IBM puso en el mercado el primer “Computador Personal”, estaba sentando las bases de llevar a los hogares lo que hasta ese momento había estado reservado a grandes empresas: la posibilidad de disponer de un ordenador a nivel personal para almacenar información y realizar diferentes procesos de forma automatizada y rápida.
Esto ha sido una constante a lo largo del tramo final del pasado siglo XX. Los hogares se han ido llenando de aparatos que los que antes era impensable disponer a nivel casero. Un ejemplo de ello es el vídeo, que empezó también por los años 80 a introducirse para poder disponer en el momento que deseáramos de programas de televisión y películas. La música había llegado antes a través de los discos de vinilo y los radiocasetes. Pero poco más había en un domicilio que la televisión, en blanco y negro hasta finales de los setenta, y el tocadiscos, además de por supuesto la radio que llevaba mucho tiempo como reina del contacto del hogar con el exterior.
Ahora estamos invadidos de “cacharros” que nos sirven para hacer multitud de cosas y que en teoría nos hacen la vida mucho más confortable. Pero también pagamos un precio por ello, no solo económico sino en tiempo y dedicación.
Volviendo al tema del Personal Computer, los primeros Sinclair, Commodore y Amstrad, utilizando el televisor como pantalla, empezaron a dejarnos hacer nuestros pinitos en la informática, no solo por la posibilidad de iniciarnos en lenguajes de programación, tales como basic o logo, sino por la posibilidad de generar imágenes e incluso música. Recordemos que el precio de un PC de IBM por aquellas fechas era de un millón de las antiguas pesetas y que los pequeños no eran precisamente baratos. Mi primer PC fue un Commodore-64 que compramos entre tres compañeros de la oficina y del que disponíamos semanalmente por turnos.
Ya a principio de los 90 con el desarrollo y la producción en serie de PC el precio fue abaratándose poco a poco al tiempo que se fueron desarrollando nuevos sistemas operativos y programas para hacer todo tipo de trabajos, tanto profesionales como de ocio. El desarrollo de la internet que explosionó a mediados de los años 90 fue el espaldarazo definitivo para que todos, o casi todos, tengamos la necesidad de poner un PC en nuestras vidas, y no solo de ponerlo sino de utilizarlo más tiempo del que quizá debiéramos. He oído con cierta frecuencia a mujeres decir de sus maridos que “se pasa todo el día en el ordenador”.
En la línea que hemos hablado de llevar todo al confín casero, el ordenador es hoy en día un punto central. Se parte de la base de que todos tenemos ordenador en casa y con conexión a internet, preferiblemente ADSL con una cierta velocidad. Y basados en esto, las empresas y desarrolladores nos envuelven en una dinámica cada día más creciente de utilizar el ordenador como base de todo. Vamos a poner algunos ejemplos, que si bien todavía no son generalizados pueden ser la base de lo que ocurrirá en el futuro no muy lejano.
Lo primero que llegó al ordenador fue la música. La digitalización de la música tradicional en los conocidos MP3 y otros formatos similares, empezó a llenar los discos duros de los ordenadores. La posibilidad de conectar el ordenador con el amplificador y el equipo de música tradicional ha ido relegando los CD’s a los trasteros y lo irá haciendo cada vez más al disponer hoy en día de discos duros multimedia que situamos al lado de la televisión y el equipo de sonido y que permiten disponer de cientos de CD`s sin ocupar espacio y disponibles con solo encender la televisión y utilizar el mando a distancia para seleccionar carpetas que pueden contener cientos de horas de música sin tener que andar cambiando los discos de forma física.
Luego le llegó el turno a la imagen, que también sucumbió a la digitalización. En cuanto a la fotografía, las cámaras de película van desapareciendo paulatinamente y dejando paso a potentes y modernas cámaras digitales con las que tomamos cientos y cientos de imágenes apenas sin coste que acaban siendo archivadas, como no, en el disco duro de nuestro ordenador. Al igual que la imagen estática de una fotografía, la imagen en movimiento de una película ha pasado por el mismo proceso de digitalización. Los vídeos tradicionales en cinta van muriendo poco a poco dejando paso a grabadores digitales en DVD o en disco duro, cuando no los propios discos duros multimedia situados al lado del televisor hacen esta función. El medio físico, disco, cinta, CD, DVD…. Tiende a desaparecer y dejar paso a la grabación en disco duro. En mi caso tengo que decir que es así.
El proceso que está explosionando en estos momentos es el del libro electrónico. Se creía que no le iba a llegar el turno, pero está ahí. Yo ya tengo varios amigos que leen libros, revistas y periódicos en su lector digital y yo mismo entraré en ese mundo en unos días si los Magos de Oriente tienen a bien acceder a mi petición. Como todo cuando empieza, los aparatos son caros, hay multitud de formatos y posibilidades y la cosa está liada, pero he decidió meterme en ella y que me quiten lo "bailao".
Este es un proceso imparable. La industria seguirá desarrollando ordenadores más potentes, discos duros más capaces y fiables y nosotros iremos metiendo todo esto en nuestros hogares para disponer cada vez de más y más información y hacer las cosas de diferente manera a como las hacíamos hasta ahora.
En tono un poco jocoso, que se preparen los churreros, que dentro de poco estaremos haciendo los churros con el ordenador de nuestra casa.
Deconstrucción
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Por Ángel E. LejarriagaEste poema está incluido en el poemario El circo de
los necios (2018)DECONSTRUCCIÓN Ya no quiero mirar su circo de mentiras
groseras...
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