Ayer desconocía su existencia y hoy pertenece al recuerdo. Una novedad no esperada que ha resultado muy agradable y que me ha absorbido durante unas horas. Objeto que dicen en peligro de extinción, cuando las “modernas” tecnologías avancen un poco más y releguen al olvido al libro clásico, el de papel, el que se disfruta leyendo página a página, en el sillón de casa, en la cama antes de dormir o en el transporte camino del trabajo.
Estando de vacaciones, he dispuesto de tiempo para merendarme en un día un libro encantador, precioso, bonito, coqueto. Me lo recomendó Maria Eugenia, la bibliotecaria del pueblecito donde paso las vacaciones, ante mi ruego de que me recomendara algo interesante, a la vez que pequeño, que me diera tiempo a leer en una semana. Sorprendente biblioteca, pequeñita pero llena de encanto, donde se percibe la dedicación y el cariño de su responsable y donde se acumulan libros de rabiosa actualidad. Al año que viene me cuidaré muy mucho de traerme lectura y lo que haré el primer día será girar una visita para hacer acopio de material para devorar.
Es complicado recomendar un libro, pues sobre gustos no hay nada escrito. Anteriormente me recomendó otros como “La elegancia del erizo” de Muriel Barbery o “La Conversación” de Mercedes Salisachs que me han encantado y que he leído con verdadera fruición.
El libro objeto de esta entrada en el blog está magistralmente escrito por Susanna Tamaro, desconocida por mí hasta ayer como autora y que tiene varios libros más publicados, a los que trataré de echar un ojo. Su título “Donde el corazón te lleve”. Una anciana, tras un arrechucho del que se recupera, y sintiendo que se va a marchar de este mundo sin haberle dicho muchas cosas a su nieta, escribe una larga carta con sus vivencias. Su nieta es a la vez como una hija, pues la había criado desde los seis meses al morir su madre soltera, hija de la anciana. La nieta-hija está fuera, estudiando en los EE.UU. y la abuela siente la necesidad de contarle las claves de su existencia, de contarle sus secretos inconfesables, para que entienda mejor su vida y su destino y no tanto, pero también, para que la entienda a ella. Mucho contenido en un libro pequeño que obliga a la reflexión personal acerca de la vida y la muerte y como nos comunicamos, o dejamos de hacerlo, con los que nos rodean y nos importan.
Me he entretenido, a la par que leía, en entresacar diferentes frases del libro que han llamado mi atención y que me han dado material para pensar y reflexionar. Muchas veces, durante las vacaciones, lo que queremos son lecturas de esparcimiento, que aporten alegría y distracción, que no hagan pensar y sobre todo que no “compliquen” nuestra existencia más allá de lo que la tenemos complicada en este mundo que nos ha tocado vivir. Las vacaciones son para olvidar por un tiempo y pasarlo bien, como un paréntesis de bienestar bien ganado en nuestro devenir. Pero aprovechar este tiempo para pensar y crecer un poco interiormente también es una alegría y una semilla para el futuro. Aquí están las frases que han llamado mi atención y que recojo a continuación.
--- Mientras el cuerpo funciona no nos damos cuenta de que gran enemigo puede llegar a ser; si cedemos en la voluntad de hacerle frente, aunque sea solo un instante, ya estamos perdidos.
--- Por haber vivido tanto tiempo y haber dejado a mi espalda tantas personas, a estas alturas sé que los muertos pesan, no tanto por la ausencia, como por todo aquello que entre ellos y nosotros no se ha dicho.
--- Los pensamientos de un viejo no tienen futuro, por lo general son tristes, y si no tristes, melancólicos.
--- La vida no es una carrera, sino un tiro al blanco, lo que importa no es el ahorro de tiempo, sino la capacidad de encontrar una diana.
---Renunciar a uno mismo lleva al desprecio. Del desprecio a la rabia, el paso es corto.
--- Los cambios se acumulan imperceptiblemente, poco a poco, y al llegar a cierto punto, estallan. De forma repentina, una persona rompe el círculo y decide ser diferente.
--- A lo largo de mi vida la desesperación me ha embargado con frecuencia, me he sentido como esos soldados que marcan el paso manteniéndose quietos en el mismo sitio. Cambiaban los tiempos, cambiaban las personas, todo a mí alrededor cambiaba, pero yo tenía la sensación de estar siempre quieta.
--- Delante del horror, delante de la injusticia, siempre he retrocedido; en vez de justificarlos con gratitud, siempre nació en mi interior un sentimiento muy grande de rebeldía.
--- En ciertos asuntos no es posible empujar o tironear, de lo contrario ocurre lo mismo que pasa con los vendedores ambulantes: cuanto más proclaman las bondades de su producto, más se tiene la sospecha de que se trata de una estafa.
--- He dejado mi personalidad para adquirir un carácter. El carácter, ya tendrás ocasión de comprobarlo, es mucho más apreciado en el mundo que la personalidad.
--- Para ser fuerte hay que amarse a uno mismo; para amarse a uno mismo hay que conocerse a fondo, saberlo todo acerca de uno, incluso las cosas más ocultas, las que resulta más difícil aceptar.
--- Resulta cómico, pero justamente la distracción es lo que nos permite llegar al centro de las cosas, a su corazón.
--- Entre todas las costumbres del hombre moderno, la lectura de la prensa diaria es una de las peores. Por la mañana, en el momento en que el alma está más abierta, la prensa vuelca sobre la persona todo lo malo que el mundo ha producido el día anterior. (Atribuida al padre Isaac Singer).
--- Con el tiempo, la indignación se ha convertido en rabia, y esa rabia sigue latiendo en mi interior como una carcoma tozuda.
--- Hace tiempo leí en un periódico que, según las últimas teorías, el amor no nace del corazón, sino de la nariz. Cuando dos personas se encuentran y se gustan empiezan a enviarse unas pequeñas hormonas cuyo nombre no recuerdo; esas hormonas entran por la nariz para subir al cerebro y allí, en algún secreto meandro, desatan la tempestad del amor.
--- Al primer impacto, lo nuevo da miedo- Para conseguir avanzar es necesario superar esa sensación de alarma.
--- En nuestra alma y en nuestro cuerpo hay muchas pequeñas ventanas, y a través de estas, si están abiertas, pasan las emociones, pero si están entornadas apenas se cuelan. Tan solo el amor puede abrirlas de par en par a todas y de golpe, como una ráfaga de viento.
--- Los jóvenes no tienen corazón, no tienen ya el respeto que tenían antaño. Pero el corazón sigue siendo el mismo de siempre, lo que ocurre es que hay menos hipocresía. Los jóvenes no son egoístas por naturaleza, de la misma manera que los viejos no son naturalmente sabios.
--- Antes de juzgar a una persona, camina tres lunas con sus mocasines (proverbio indio americano)
--- Vistas desde fuera, muchas existencias parecen equivocadas, irracionales, locas. Mientras nos mantenemos fuera es fácil entender mal a las personas. Solamente estando dentro, solamente caminando tres lunas con sus mocasines, pueden entenderse sus motivaciones, sus sentimientos, aquello que hace que una persona actúe de una manera en vez de hacerlo de otra. La comprensión nace de la humildad, no del orgullo del saber.
--- Entender de dónde venimos, que hubo antes de nosotros, es el primer paso para poder avanzar sin mentiras.
--- Cometer errores es natural. Irse sin haberlos comprendido hace que se vuelva vano el sentido de una existencia. Las cosas que nos ocurren nunca son finalidades en sí mismas, gratuitas: cada encuentro, cada pequeño suceso, encierra un significado, la comprensión de nosotros mismos nace de la disponibilidad para recibirlos, la capacidad de cambiar de dirección en cualquier momento, de dejar la vieja piel como las lagartijas al cambiar la estación.
--- Encontrar escapatorias cuando no se quiere mirar dentro de uno mismo es la cosa más fácil de este mundo. Siempre existe una culpa exterior, hace falta mucha valentía para aceptar que la culpa, o mejor dicho la responsabilidad, nos pertenece solo a nosotros.
--- Si la vida tiene un sentido, ese sentido es la muerte. Todas las demás cosas sencillamente giran alrededor de ella.
--- Los muertos pesan, no tanto por su ausencia como por lo que entre nosotros y ellos no ha sido dicho.
--- Solo el dolor hace crecer, pero al dolor hay que enfrentarse directamente: quien se escabulle o se compadece está destinado a perder.
--- Déjese llevar y lo que ha de venir, vendrá.
--- Durante el neolítico… ¿Qué podía ocurrir a lo largo de una existencia?. Aparte del propio territorio, más allá del río no había otra cosa. Al ignorar la extensión del mundo, forzosamente el tiempo era más lento.
--- Mi inseguridad, el ambiente en el que había crecido, ya me habían entregado a la tiranía de la exterioridad.
--- Cada vez que, al crecer, tengo ganas de convertir las cosas equivocadas en cosas justas, recuerda que la primera revolución que hay que realizar es dentro de uno mismo, la primera y la más importante. Luchar por una idea sin tener una idea de uno mismo es una de las cosas más peligrosas que se pueden hacer.
--- Cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cual recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga; aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.
Deconstrucción
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Por Ángel E. LejarriagaEste poema está incluido en el poemario El circo de
los necios (2018)DECONSTRUCCIÓN Ya no quiero mirar su circo de mentiras
groseras...
Hace 5 horas