En
estos últimos días, miles de ordenadores en todos los rincones del mundo han
recibido el mensaje que puede verse en la imagen anunciando el final del
soporte de Microsoft para su sistema operativo Windows 7; se estima que
alrededor de un 30% de ordenadores corren bajo Windows 7 aunque a mí
me parece algo baja la cifra. Windows 7 se ha quedado sin soporte a partir del
14 de enero de 2020, habiendo requeterepetido Microsoft esto por activa y por
pasiva, y lo ha hecho con un objetivo claro, el evitar que dicho sistema operativo
se convierta en un nuevo caso «Windows XP» y acelerar, de paso, la transición a
Windows 10. Anunciado desde hace tiempo, muchos usuarios se habrán sorprendido
y se les habrá puesto cara de haba ante el suceso y sus implicaciones.
En
estos días pasados habré recibido cerca de una veintena de llamadas, correos
electrónicos o wasaps de familiares, conocidos, amigos, amiguetes o coincidentes en actividades varias con el comentario «¿Qué hacemos con esto?» Aunque la
pregunta está en un perfecto español, admite traducción o al menos una
ampliación de su verdadero significado que podría ser del tipo «Vente cuando
tengas un rato y me haces lo que haya que hacer».
El
sistema operativo de Microsoft denominado «Windows 7» ha sido una de las
versiones más exitosas de un Windows que lleva ya más de 25 años gobernando los
PC’s, pero la verdadera irrupción de usuarios normales —sin conocimientos
informáticos— se produjo en los primeros años de este siglo con la versión denominada
«XP» que hace años dejó de ser mantenida pero que me atrevo a asegurar todavía
utilizan muchos ordenadores a lo largo y ancho del planeta.
Microsoft
elaboró —perdonen la expresión— una verdadera cagada informática al presentar al sucesor del XP al que bautizó
como Windows VISTA. Con una presentación muy impactante, el VISTA hacía aguas
por todos lados, dio problemas de todos los colores y todos aquellos que le
sufrimos durante un tiempo vimos el cielo abierto cuando en 2009 se anunció la
versión 7 y nos faltó tiempo para pasar corriendo a ella. Una maravilla que
permitía al usuario desentenderse de cuestiones informáticas y usar el
ordenador para sus trabajos o aficiones que es en lo que realmente están
interesadas la mayoría de las personas que utilizan un PC.
Pero
el tiempo pasa a toda velocidad y Windows 7 ha cumplido 10 años que son una
enormidad para una versión de un sistema operativo. Por hacer comparaciones
odiosas y generalizando mucho, los teléfonos móviles cambian de versión cada
año y en un plazo de dos años nos hacen vernos abocados a cambiar de aparato
por una obsolescencia programada que asusta. Como conocerán los asiduos
lectores de este blog, conseguí mantener mi anterior teléfono más de siete años
operativo a base de actualizarle y mantenerle al día por mi cuenta ante el
abandono de la casa fabricante que a los 18 meses considera que hay que
cambiarle.
Así
que volvemos a la pregunta ¿Qué hacer ante el mensajito de marras?
En
2016 Microsoft ofreció la migración gratuita a Windows 10 para todos los usuarios
de Windows 7 que tuvieran una licencia válida de uso, vamos, que no fueran (la
palabra no me gusta) piratas. Yo cambié de versión en mi ordenador portátil
pero no quise hacerlo en el PC fijo porque no estaba por la labor de aprender
de nuevo las novedades y tejemanejes del Windows 10 en mi uso diario. Luego
supe que el Windows 10 tiene una configuración que le permite simular en su
aspecto un Windows 7 para que los usuarios sufrieran menos con el cambio. Pero
muchos, o bien no tenían una licencia válida o no lo hicieron. Ahora... ¿lo
tendrán que hacer?
Windows
7 seguirá funcionando como hasta ahora. El hecho de no tener mantenimiento no
implica nada. Ayer descubrí que mi hijo no actualiza el Windows 7 de su
ordenador desde 2015. No pasa nada… pero puede pasar. Si dejamos el ordenador
congelado seguirá funcionando, pero expuesto a riesgos de seguridad y con la
probabilidad a medida que avance el tiempo de que aplicaciones nuevas o nuevas
versiones de las antiguas no admitan su instalación en nuestro ordenador por
incompatibilidad con el «anciano» Windows 7. Algo tenemos que hacer, sin prisa,
pero sin pausa.
Con independencia
de lo que hagamos o vayamos a hacer, una pregunta que siempre incomoda mucho es
la siguiente: ¿Tienes copia de todos tus documentos, correos, fotos y archivos
personales y, además, en un lugar seguro? Esta copia es una tarea que hay que hacer de
manera regular porque en cualquier momento se casca el disco duro, te roban el ordenador o se inunda tu casa. ¿No
la tienes? ¿No te importa perder todos tus archivos personales?
En
la página web de Microsoft hay información precisa sobre lo que hay que
hacer y en otras muchas de empresas y blogs hay información a raudales que no
siempre será bien comprendida por el común de los mortales.
Vamos
con el asunto. Si tienes la copia de tus archivos, lo más sencillo y lo que quisieran
todas las empresas es que te cambies de ordenador. Uno nuevo, moderno, con el
Windows 10 preinstalado de fábrica y a empezar desde cero. Pero ojo, este
ordenador vendrá vacío, sin otras muchas aplicaciones que utilizas a menudo,
algunas gratuitas y otras de pago como, por citar a la bicha, el grupo Office
con sus Word, Excel, PowerPoint y compañía. Habrá que instalarlo todo de
nuevas en el flamante ordenador nuevo. Un tarea larga, complicada y tediosa y
no siempre se disponen de los programas que un día nos instaló un amigo,
descargamos de internet o… Y es que muchas veces, como ocurre con los trasteros
y los altillos de armarios, hay cosas que no sabemos que tenemos y que «cantan»
cuando de Ramos a Pascuas las necesitamos.
Una
buena noticia es que, a pesar de lo que se diga y de forma general, cualquier
ordenador que esté trabajando con Windows 7 podría trabajar con Windows 10. Nos
podemos plantear reutilizar el antiguo, formateándolo e instalando en él
Windows 10 desde cero, eso sí, habiendo sacado esa copia previa de nuestros archivos de la que hemos
hablado. Pero la licencia básica para usuarios normales de Windows 10 cuesta 145
euros y la versión profesional para usuarios un poco más exigentes asciende a 259
euros. Y como apunte adicional, la versión de Office mínima para el Windows 10
es la versión de 2010 y la actualizada básica Office 365 es mediante un
alquiler anual de 99 euros para seis usuarios. Unos pastizales que diría un
castizo. Y, aviso para navegantes, al hacer esta operación en nuestro ordenador
viejo, deberemos tener mucho cuidado en disponer de los drivers de todos nuestros cachivaches conectados, tales como
impresora, escáner o similares. Los drivers son diferentes para cada sistema
operativo, es decir, los del 7 seguramente no nos sirven para el 10, una cuestión
a tener muy en cuenta, aunque por lo general en las páginas web de los
fabricantes se pueden descargar actualizados.
Se podría escribir una Biblia sobre el tema, pero no es el
objeto de este blog. No es cuestión de alarmarse, pero sí de establecer una
planificación adecuada para acometer este cambio. Hay personas que son
partidarias del «si funciona no lo toques»
pero yo soy más de estudiar y hacer las cosas con paciencia y tranquilidad
mientras están funcionando. De otra manera, tendremos una bomba de relojería
que nos puede «explotar» en cualquier momento.