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sábado, 13 de agosto de 2011

TRANSPORTABLE

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En inglés se diría “portable” que es casi lo mismo por lo que se entiende muy bien en castellano. Me quiero referir en esta entrada a programas de ordenador. A medida que los ordenadores y otros aparatos como los teléfonos con un procesador dentro son capaces de ejecutar programas, el número de estos crece y crece de forma exponencial. Con un cierto desorden diría yo, pero en el caos está la alegría de que cada cual pueda escoger lo que más le interesa, lo que mas le conviene o simplemente lo que mejor se adapta a sus intereses. Programas que hacen básicamente lo mismo los hay por docenas, pero cada uno tiene su peculiaridad y los usuarios, las personas, nos decantamos por unos o por otros por razones variopintas, que van desde que fue el primero que usamos hasta recomendaciones de amigos, blogs, webs especializadas o redes sociales.

Mi ejemplo típico es acerca de los conocidos programas cuya función básica en sus orígenes era la de grabar CD’s y DVD’s. En este momento me acabo de dar cuenta de que ya prácticamente no los uso, ya que he erradicado esos medios de mi uso normal, salvo cuando mi mujer me pide que le haga un CD de música a medida para oírlo en el coche. Retomando, los programas clásicos en sus comienzos, hace ya algunos años, eran NERO y EASY CD CREATOR, ahora denominado ROXIO CREATOR. Aunque la gran mayoría usaba NERO, a mí me regalaron una versión del CREATOR, empecé a usarla y desde entonces he continuado con ella. Una manía. Ahora hay decenas de programas que graban CD’s o DVD’s y hasta el propio Windows nativo en su última versión lo hace. No lo he dicho, pero como se ha podido notar me estoy refiriendo al sistema operativo Windows para PC’s. Hice mis pinitos con el LINUX, me dan muchas ganas de volver a él, pero por el momento me las aguanto.

Retomando el tema de la transportabilidad, es frecuente que algunos programas los usemos de forma muy esporádica. El concepto de software “portable” lleva ya algunos años y lo que trata es de evitar la instalación propiamente dicha de los programas en un ordenador. No sólo porque es frecuente que tengamos en casa varios, entre fijo y portátil o “notebook”, sino porque usamos otros en el trabajo, en una biblioteca o…. en casa de los amigos, asunto que tiene su aquel. El hecho es que la instalación de programas de forma fija en un ordenador, de alguna forma degrada el sistema y si no se tiene mucho cuidado y se utilizan herramientas de limpieza con frecuencia, el paso de los meses y las sucesivas instalaciones, el PC hacen que este se puede volver lento e inestable. Yo, cada seis meses, suelo hacer un borrón y cuenta nueva, formateando el disco duro e instalando todo de nuevo. Se consigue práctica, se apuntan las cosas, se instalan versiones nuevas actualizadas y se está preparado para las catástrofes, que tarde o temprano llegan.

Hay varias formas de llevar programas en un “pen drive”. La que primero conocí es la denominada PORTABLEAPPS. Con muchos años en activo, permite descargarse un instalable que comprende el propio software con una “suite” prefijada que contiene una serie de programas que suelen ser utilizados de forma general y que luego iremos complementando a medida de nuestros gustos y necesidades. Por supuesto podemos poner y quitar programas a nuestro libre albedrío. Como he mencionado, lo he utilizado con satisfacción en varios sitios en los que he estado y donde es suficiente disponer de una USB libre, y utilizable, en un ordenador.

Los ejemplos asientan las ideas. A mí me gusta utilizar FIREFOX o CHROME, pero es muy común encontrar instalado en muchos ordenadores por los que he pasado INTERNET EXPLORER como único navegador. Pues bien, pongo mi “pen drive”, arranco mis aplicaciones transportables y puedo utilizar aquellos, con la particularidad añadida de que van configurados con las opciones a mi gusto y, muy importante, con el conjunto de favoritos que tengo yo y que generalmente son de gran ayuda a la hora de manejarse y navegar por la web. Otro ejemplo descubierto recientemente es el programa CALIBRE, gestor de libros electrónicos, que utilizo de forma transportable para efectuar alguna conversión de formatos.

Me he hecho tan adicto a la portabilidad que la utilizo también en mis propios ordenadores para evitar instalar programas, sobre todo los que no se usan de forma continua. El formato de la aplicación PORTABLEAPPS permite añadir de forma manual otros programas que cumplan las características para ser transportables aunque no se encuentren recogidos en su web. De hecho hay muchas otras webs, como por ejemplo PORTABLE FREEWARE que tiene una lista interminable y muy amplia de programas preparados que podemos utilizar.

sábado, 6 de agosto de 2011

RECOMENDABLE

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Es mejor no acudir a los sitios con demasiadas expectativas, ya que es muy probable que la cosa no sea para tanto como se idealizaba y en lugar de disfrutar uno acaba autogenerándose una desilusión. Siempre me viene a la memoria el ejemplo de mi primera visita a Cuenca, a comienzos de los años setenta del siglo pasado, donde acudí pensando en las maravillosas casas colgadas y en el espectáculo que suponía la famosa Ciudad Encantada. Ni una cosa ni otra, las casas colgadas eran dos y no era para tanto, pues en muchos pueblos perdidos y sin fama había cosas parecidas y en cuanto a la Ciudad Encantada, pues bueno, mucha propaganda, pero seguro que en un paseo por los alrededores de cualquier pueblo de montaña pedregosa y pelada, puestos a poner nombre a la forma de las piedras se encontraban unas cuantas. No quiero con esto desmerecer a la bellísima ciudad de Cuenca, que lo es por otras innumerables razones, pero lo pongo como ejemplo de que no conviene preconcebir ideas desmesuradas.

Ayer viernes se anunciaba un día lluvioso en la costa de Cantabria. Últimamente, los hombres del tiempo aciertan y así ocurrió. La playa quedaba descartada y una idea que venía rondando la cabeza era hacer una excursión a lo largo de la N-611, entre Torrelavega y Reinosa, visitando pueblecitos e iglesias mozárabes y románicas con encanto. Ya he comentado en otras entradas de este blog que mi hija es celíaca, con lo que uno de los problemas en estas escapadas es el tema de la comida en restaurantes. Felizmente, cada día son más los que conocen el problema y se prestan a colaborar en la medida de sus posibilidades. En alguna ocasión decidimos salir de casa con la tartera y dejarnos de indagaciones, pero también es una fuente de relación con la gente, como así queda demostrado en lo que voy a relatar a continuación.

Eran la una y media cuando llegamos al imponente edificio y anexos del monasterio de Nuestra Señora de las Caldas de Besaya, cerrado a cal y canto ya que según nos informaron solo se abre durante los actos religiosos, como así fue en muchas de las iglesias visitadas, cerradas a machamartillo y que la única manera de visitar es dar con algún vecino que tenga la llave y se avenga a acompañarte y mostrarte. Algunas ermitas, como la de San Román de Moroso, a cuatro kilómetros de Bostronico por una pista de tierra, son una casa cuadrada por fuera sin mayor vistosidad y seguro que encierran intramuros todo su esplendor.

Pero como decía, aunque el monasterio de Las Caldas estaba cerrado, no así su Hostería anexa al mismo, en cuya puerta conversaban animadamente dos mujeres vestidas con lo que podía ser un uniforme de cocina. Dolores y Vice, que así se llamaban, mostraron gran interés a nuestra pregunta acerca de la intolerancia al gluten, nos demostraron que el asunto no era ni mucho menos nuevo para ellas y se ofrecieron a preparar unas rabas, calamares, con rebozo de maicena en lugar de harina, para que mi hija las pudiera tomar.

Aunque era un poco pronto, la perspectiva de comer en un sitio donde la celiaquía no fuera un problema acabó de convencernos. Mi hija acaba la mayoría de las veces con el clásico filete a la plancha acompañado de patatas fritas cuando en la cocina acceden, al menos lo dice el camarero, a freírlas en un aceite limpio. Y de postre, fruta.

Todo fueron facilidades proporcionadas por Víctor, que hacía las veces de camarero y maître, hincha confeso del Real Madrid, hermano y primo de las cocineras y que llevaba más de veinte años oficiando en el lugar. El menú del día, a elegir entre ocho o diez platos en primeros y otros tantos en segundos, es el de mejor calidad precio que recuerdo. Los postres, todos ellos caseros, de sobresaliente con matrícula de honor, aunque solo probé tres: flan, leche frita y tarta de manzana.

Lo mejor de todo fue el menú de mi hija: espectacular su primer plato de rabas, su segundo de carne asada con patatas fritas y un flan casero de huevo, en raciones más que amplias y de una calidad y preparación exquisitas.

Muchas veces pienso que sitios como estos no conviene recomendarlos, pues se acaban masificando y perdiendo, pero también es de justicia ser agradecido y hacer propaganda cuando te atienden bien, más que bien, en este caso. En las fotos se puede apreciar algo el entorno, las mesas, los cubiertos y copas, el candelabro con las velas…. Si a esto añadimos la atención, el que el menú incluye un vino más que aceptable y café y lo redondeamos con un precio de catorce euros en total, de lunes a sábados incluidos, me parece que no se puede pedir más.
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martes, 2 de agosto de 2011

20N

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Mientras andaba dando vueltas a otro contenido para el blog, nuestro Presidente del Gobierno no ha podido resistir, o resistirse, más y para irse de vacaciones con cierta tranquilidad a Doñana, ha convocado las elecciones generales para el próximo mes de noviembre, como siempre últimamente en domingo, que por un azar coincide en día y mes, que no en año, con otra fecha señalada y de general conocimiento para todos los españoles. La de este año es de 2011 y la otra fue en 1975. Como quiera que la otra idea que tenía para la entrada del blog es atemporal, o intemporal tanto da, la dejo para más adelante y aprovecho la inmediatez de la noticia. Al pedir la baja en su trabajo, el señor Jose Luis Rodríguez Zapatero estará preocupado por encontrar trabajo pronto y no engrosar las cifras del paro, que me atrevo a pensar que para aquellas fechas tras el verano, volverán a echar humo si un milagro del cielo no lo remedia.

No recuerdo de cuando data la costumbre de designar fechas señaladas con los dígitos del día y la inicial del mes correspondiente. Curiosamente todas las que en este momento me vienen a la cabeza son días de dos cifras y en algunas que son internacionales se da la coincidencia de que la inicial del mes es la misma en castellano que en inglés. Así recuerdo el 23F del que ya han transcurrido unos cuantos años, las más recientes del 11S y 11M del 2001 y 2004 respectivamente, y la tan cercana 15M del propio año en curso.

Estas abreviaturas nos simplifican la vida pues para cualquier español de España o de cualquiera de sus “autonosuyas”, el hablar del 23F implica un hecho que todo el mundo conoce mientras que a un francés, por poner un ejemplo, no le dirá seguramente nada, salvo que ellos tengan otro 23F, pues febrero se dice “février”. En los meses siguientes, hablar en España del 20N va a servir como mínimo para sembrar la confusión, pues unos estarán referenciando la fecha de las elecciones mientras que otros harán mención al aniversario de la muerte de Franco, como digo allá por 1975. Me atrevo a aventurar que, una vez pasadas las elecciones, el 20N seguirá siendo lo que era, perderá un poco de protagonismo en estos meses venideros para recuperarlo después.

Ya están convocadas las elecciones por las que “todos” los españoles estaban suspirando, según se oía decir a políticos y encuestas por todos lados. Podemos estar tranquilos pues ya está todo solucionado. Vamos a elegir a “nuevos” representantes políticos que con el poder recibido de las urnas van a solucionar todos los problemas de un plumazo, de un día para otro.

La democracia en España ha sobrepasado los treinta años, más que suficiente para darse cuenta de sus ventajas pero también de sus miserias. Unos y otros se han alternado en el poder central, autonómico y municipal en grandes ciudades y si entrecerramos los ojos y desenfocamos la vista podemos ver los resultados hasta la fecha. Y lo que es peor, anticipar lo que nos espera. Unos probablemente se vayan, pero la estela de polvo y lodo que dejan enturbia el ambiente hasta límites insospechados y los que parece con mucha probabilidad que van a venir, si no cambia drásticamente la cosa, ya sabemos de qué pié cojean y nos podemos ir preparando.

Siempre he sido de la opinión de que las reformas hay que hacerlas cuando las cosas van bien, lo que nos permite planificar las cosas y obrar en un entorno tranquilo y sosegado, pudiendo elegir el momento más adecuado para cambiar. Es lo que se llama medicina preventiva y que muy pocos aplicamos, no solo en nuestra salud sino en todos los ámbitos de nuestras vidas. Si tenemos un programa funcionando bien en nuestro ordenador o teléfono móvil…. ¿para que vamos a cambiarlo por otro o por una versión actualizada? La frase popular llega en auxilio de los indolentes, procrastinadores profesionales ellos: “Si funciona no lo toques”.

Cuando deja de funcionar, cuando llegan los problemas, todo son prisas y carreras, pero hay una cuestión que viene de perillas a estos y no es otra que la patente de corso de que se dispone para, invocando la crisis, hacer y deshacer sin tino ni mesura y que los que son objeto de sus acciones traguen con todo lo que se les eche. Hace años vi en la hoja calendario del taco una frase que llamó mi atención: “Es mejor quién evita los problemas que el que los soluciona”. Hice una fotocopia ampliada y la colgué en el tablón de anuncios de la empresa. A los pocos minutos ya estaba mi jefe dándome una charla a cuenta de la frase. Supo, sin que nadie se lo dijera, que el que había colgado la frasecita en el tablón había sido yo.

Los “nuevos”, tras el 20N de 2011 tendrán todas las bendiciones para hacer lo que les venga en gana y ya nos podemos ir preparando. Los que realmente mandan, los “poderes económicos” que trascienden a gobernantes y estados y que siguen a flote y en su rumbo bien pertrechados y en la abundancia, impondrán sus normas y aquí tendremos, no faltaría más, la última palabra, bueno, las dos últimas palabras: “Si, bwuana” o en lenguaje familiar más coloquial y enternecedor “Si, cariño”.

En las recientes manifestaciones del 15M, cuyo fondo aunque no su forma cobra de nuevo su razón de ser, hubo muchas frases imaginativas. Dos me vienen a la memoria y no hago ningún comentario de ellas: “No hay pan para tanto chorizo” y “PSOE y PP, la misma mierda es”. Más de treinta años de actuaciones los contemplan y dan sentido, en mi “humildísima” opinión, a estas frases.

Vayamos adquiriendo todo el “ajo”, “agua” y “resina” del que seamos capaces. Quizá también y perdón por la irreverencia que sugiere, nos venga bien pasar por la farmacia y hacer acopio de vaselina. Mucho me temo que nos van a hacer falta.
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