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domingo, 26 de octubre de 2008

CONFIGURAR


Recibo en estos días insistentes y reiterados mensajes en mi teléfono móvil, supuestamente procedentes de la compañía a la que abono las facturas, informándome de que está mal configurado. Sin más explicaciones, se me insta a que acepte un segundo mensaje que supuestamente lo configurará. El configurador que lo configure buen configurador será.
En ningún momento se me dice que es lo que tengo mal, en mi teléfono, según su punto de vista, para que yo decida si dejarlo como está o admitir el cambio que me proponen. Eso suponiendo que el mensaje proceda de donde parece proceder y no sea un timo que al final de mes incremente mi factura de forma desorbitada, teniendo que abonar las llamadas de otras personas. Se oyen tantas cosas que todo puede pasar y en estos temas he aprendido en cabeza ajena a ser desconfiado hasta extremos que rayan lo patológico.
Hace ya tiempo escribí una entrada en este blog que se titulaba “EMOCION”, en la que contaba como los menús y teclas del teléfono móvil estaban “sabiamente” dispuestos para que, sin querer, pulsásemos la tecla que da paso a lo que se denomina “emoción”, que no es otra cosa que la conexión especial al mundo de internet. Lo malo de este asunto es que, aunque te des cuenta de forma instantánea, la pulsación aplica un euro de mínimo a tu factura. Tantas veces te equivoques, tantos euros que pagas, sin posibilidad de escaparte, y eso aunque cortes inmediatamente la conexión.
Como decía, me costó trabajo y esfuerzo cambiar la disposición de las teclas para evitar pulsarlas por error y “emocionarme”. ¿Será a estos cambios a los que se refieren cuando me dicen que tengo mal configurado el teléfono? ¿Será que no me “emociono” lo suficiente?
En principio yo no he utilizado ninguna opción que no se pueda utilizar, con lo cual parto del principio de que mi teléfono está bien, como yo lo quiero tener, que mi buen trabajo me ha costado ponerlo como está, a mi gusto. Desde luego, o me informan lo suficiente o la aceptación del mensaje para que me hurguen en las tripas de mi dispositivo lo va aceptar Rita la Cantaora y además vaya usted a saber qué día. Eso sí, informan que en todo momento es una operación gratuita y sin coste alguno. Estaría bueno que la posibilidad de “emocionarme“ de nuevo me costara dinero.
Y hablando de cosas más serias, me llama la atención la palabra configurar. En asuntos parecidos de informática, los profesionales de la misma usan una parecida derivada claramente del inglés “custom” denominada “customizar”, inválida en castellano, y que se aplica a la adaptación de programas informáticos al gusto o necesidades del usuario. La palabra configurar podría proceder también del inglés “config”, pero en este caso la etimología es latina, siendo la palabra originaria “configurare”. Sin embargo el significado que nos muestra el diccionario se aleja de lo que pudiera ser un cambio en un dispositivo como un teléfono móvil, ya que lo define como “dar determinada forma a algo”, lo que parece aplicarse a formas más físicas, como una madera, barro, mármol o materiales similares.
En fin, no quiero dar forma a mi móvil, que la forma externa que tiene me gusta y de modificar sus interioridades ya me ocupo yo.

viernes, 17 de octubre de 2008

DUELO


Siempre me han dicho que las cosas no se valoran hasta que no se tienen. Tu marcha, así, sin avisar, sin darme tiempo, me ha dejado un vacío que en todos los momentos del día se me antoja muy imposible de llenar. Tantos proyectos en marcha, tantas cosas pendientes, tantas discusiones por discutir se han quedado esperando un turno que ya nunca llegará.
Lo que tenemos cerca, lo que podemos tocar, con los que podemos hablar, interaccionar, reir o llorar son precisamente con los que no hacemos todas esas cosas. Parece que no hay tiempo, nos aferramos a realidades que nos parecen más lejanas y no prestamos atención a cuidar y disfrutar lo que realmente nos importa. ¡Qué fácil es pensar todo esto ahora que ya no estás¡ Pero qué difícil fue materializarlo cuando se podía. Si, claro, es cierto, hay que seguir adelante, pero ¿cómo? Cualquier cosa es un mundo sin ti, y hasta las tareas, y hasta los pensamientos, más insignificantes carecen de sentido y caen desbordados antes de ni siquiera considerar su puesta en práctica.
Cuando se tienen las cosas y las personas cerca no se valoran. Ahora ya es tarde, pero aún así sirvan estas líneas como intención de expresarte mis sentimientos, algo que nunca hice y ahora por lo menos intento desde la desesperación de tu ausencia.
Sé que no volverás, pero me resisto a ello e intento retenerte, aunque cuanto más lo hago más te me escapas. Vivíamos como teníamos que vivir e hicimos lo que teníamos que hacer en cada momento. La vida nos lleva a todos en volandas, individualmente y en común, por unos vericuetos a los que nos parece que es imposible sustraerse.
Podíamos habernos dicho muchas cosas, pero no lo hicimos. Mientras estuvimos juntos, a pesar de nuestras diferencias, mantuvimos un ideal compartido y una dirección que no necesitó de palabras. Esto me bastó, esto nos bastó a los dos y por eso avanzamos juntos en nuestro desarrollo personal y en el de nuestra familia.
Ahora y no es el momento de hacer lo que no se hizo. Ya es materialmente imposible. No te
atormentes por ello y piensa que desde mi punto de vista a mí también me ha ocurrido lo mismo. En cierto modo, tú también te has ido para mí y tus mismas sensaciones de no haber dicho o hecho son compartidas por mí. Estamos empatados y congelados en dos realidades distintas en las que ya no nos podemos comunicar.Guarda mi recuerdo en tu corazón y que no sea un impedimento en tu aprendizaje de una nueva vida sin mí. Que mi recuerdo te ayude y que seas muy feliz haciendo lo que esta nueva vida te depare. Mi ausencia es un hecho que te hará reflexionar pero solo para extraer lo que de aprendizaje positivo tenga de cara a tu futuro, que quieras o no, tienes que seguir construyendo.

domingo, 12 de octubre de 2008

DESESPERACIÓN

Las cosas que se aprenden en la infancia y en los primeros años de la adolescencia perduran en la memoria durante mucho tiempo y con cierta intensidad. En el bachillerato, el profesor de lengua nos indicó que debíamos comprar el libro “Las Mil Mejores Poesías de la Lengua Castellana”, que como su nombre indica era una recopilación muy cuidada del tema. Una vez adquirido y por el momento teníamos que aprender una poesía, la que eligiéramos, no importaba el tamaño, pero con una advertencia especial que perdura en mi memoria: “no podíamos elegir la de la página 295”.

Una vez el libro en nuestras manos, lo primero de todo estaba claro, había que ir a la paginita en cuestión a ver de qué se trataba. En ella estaba una poesía titulada “La Desesperación” de José de Espronceda. Recuerdo que la leí y todavía flotan en mi mente algunos fragmentos, en especial aquel que el profesor, sacerdote por más señas, no quería que nos aprendiéramos . Decía así

Me agradan las queridas
Tendidas en los lechos
Sin chales en los pechos
Y flojo el cinturón
Mostrando sus encantos
Sin orden el cabello
Al aire el muslo bello
Que gozo, que ilusión.

La que al final decidí aprenderme era muy cortita pero tenía mucha enjundia, no recuerdo el autor, y de vez en cuando medio en broma medio en serio se la recito a mi hija

Admiróse un portugués
al ver que en su tierna infancia
todos los niños de Francia
supieran hablar francés.
"Arte diabólico es"
dijo torciendo el mostacho,
"que para hablar el gabacho
un hidalgo en Portugal
llega a viejo, lo habla mal
y acá lo parla un muchacho".

Hace algún tiempo me regalaron el libro y, claro está, lo primero que hice fue dirigirme a la famosa página 295 a ver la poesía proscrita. Grande fue mi sorpresa cuando allí no se encontraba. Bueno, consecuencias de la reimpresión, de los tipos de letra, de una nueva maquetación o de cualquier otra cosa. Busqué en el índice las poesías de Espronceda y entre ellas, oh sorpresa, no estaba. Por el momento así quedó la cosa.

En este año se cumplen los doscientos años del nacimiento de Espronceda. Me dio por retomar un poco el tema y averiguar qué había pasado. Costó un poquillo pero al final me hice con la solución. Buscando y rebuscando en el desván de la casa de mis padres, entre mis libros viejos, que no viejos libros como había escrito inicialmente, del bachillerato y otros que andan por allí, apareció el ejemplar de las mil mejores poesías que habíamos manejado en el colegio. Era la edición vigésimo primera y había un matiz que no recordaba: la poesía en cuestión estaba atribuída a Espronceda.

Haciendo de ratón por el ejemplar más moderno, trigésimo primera edición, he encontrado la solución al caso: la poesía “La Desesperación”, atribuída a Espronceda durante mucho tiempo es ahora de Juan Rico y Amat.

Tenemos que poner al día nuestra memoria. La cosas, incluso las antiguas y de toda la vida, cambian…. ¿no han declarado que Plutón no es un planeta?

jueves, 9 de octubre de 2008

PRÓLOGO

Hace algo más de tres años, una amiga que iba a publicar un libro me pidió que escribiera unas letras para utilizar como prólogo del mismo. Nunca antes, ni después, me he visto en esa situación, desde mi punto de vista algo comprometida. Ya dijo una vez un amigo que “no hay soluciones técnicas a problemas políticos” y por mor de estos últimos, las primeras páginas del libro fueron cedidas a otra persona, de más renombre, supongo porque la editorial impondría sus condiciones o vaya Vd. a saber. El caso es que aquel prólogo, escrito con cariño y esfuerzo, nunca llegó a las primeras páginas de la publicación.

No tiene ninguna importancia el título del libro, ni la autora, pero si quiero mencionar que ella era una persona que había padecido un largo episodio de acoso laboral en su empresa, eso denominado ahora con el anglicanismo “mobbing”. Cuando estaba saliendo de tan larga y penosa marcha se decidió a escribir un libro que versaba sobre su peregrinaje. Este es el prólogo que en su día, hace algunos años, escribí.

En primer lugar quiero, estimado lector o lectora, darte las gracias y la enhorabuena por dedicar unos minutos a leer el prólogo de este libro. No siempre se leen los prólogos de los libros, si bien es verdad es que no siempre es interesante su lectura. Porque prólogos los hay de todos los tipos. Si bien su misión debería ser el aportar información adicional e interesante al lector sobre la lectura que se dispone a realizar, estas piezas iniciales suelen ser utilizadas para todos los fines, desde darse importancia el propio prologuista hasta informar de cosas tangenciales que nada tienen que ver con el asunto.

Trataremos, juntos, de que este sea, además de breve y conciso, interesante y productivo.

Tienes en tus manos una herramienta de sanación. Sí, ya sé que solo es un libro, pero los libros sirven para multitud de cosas. Una de las últimas sería para encender una chimenea, pero desde que se empiezan a concebir su función es muy variada. Los libros van dirigidos a los lectores, que en función de sus propios contextos y estados de ánimo, incluso de las épocas en que se lean y relean, obtendrán unos beneficios de su lectura y unas enseñanzas, bien positivas bien negativas, que les servirán en adelante. En este caso, el libro ha servido ya desde su concepción y preparación a fines muchos más profundos, que han permitido a su autora emprender un retorno hacia la recuperación de su personalidad, su autoestima y, en el fondo, de su vida.

Porque no sé si sabrás, estimado lector o lectora, que la autora, en los momentos en que escribía estas líneas que ahora tienes en tus manos, era una persona acosada. Acosada laboralmente. Sufría “mobbing”. Intenso, fuerte, penetrante …. agotador. Últimamente se está dando forma y conocimiento a esta palabreja inglesa que es corta pero cuyos efectos son muy desagradables y muy continuados en el tiempo. La persona acosada laboralmente se convierte en un pelele de la vida, y en los primeros momentos, en que no sabe lo que le pasa, sufre una serie de somatizaciones físicas que la dejan hecha una piltrafa, incapaz de rendir con eficiencia en su trabajo e incapaz de llevar su vida particular de una forma normal.

Felizmente, día a día se va sabiendo más y más sobre esta funesta forma de relación laboral y diversas asociaciones, profesionales, medios de comunicación, internet y publicaciones van dotando a los acosados de información y medios y recomendaciones para dejar atrás esta lacra. Pero, cuando las personas han caído en el fondo del pozo, con ataques de ansiedad, de depresión, sin poder dormir, con las relaciones, no ya profesionales, sino familiares y de amistad profundamente deterioradas, no es tan sencillo salir adelante.

Y por ello digo que este libro es una herramienta de sanación. Los acosados tiene que tocar fondo y decidir, por ellos mismos, con ayuda, pero con su clara y firme determinación, ir hacia arriba. Recuperar su autoestima, su vida, sus ganas de ser ellos mismos y volver a su actividad, al menos en el terreno extra-laboral. Una forma es desarrollar aquellas capacidades que estaban ocultas y decir al mundo, además de a ellos mismos, que son válidos, que si sus jefes o sus empresas no quieren usar su conocimientos y su valía, allá ellos.

La autora de este libro ha elegido el camino de la pluma para retornar al mundo, para convertir el acoso en un recuerdo, en una cuestión dominada con la que puede, incluso, convivir en su día a día. Y de esta pluma salen estas historias preciosas que estás dispuesto a comenzar a leer. Tienen un trasfondo y, ahora que sabes el ánimo desde el que se han escrito, puedes, estimado lector o lectora, darlas un valor añadido. Además de las enseñanzas que puedas obtener de ellas, en el momento de su escritura estaban cumpliendo una función como es devolver a la persona que manejaba la pluma, o el teclado de su ordenador, a una realidad placentera y a unas ganas de volver a vivir, poco a poco, lejos de ansiedades y depresiones, de noches sin dormir, de pensamientos negativos recursivos, de no entender el porqué me ha tocado a mí.

La autora de estas historias ya ha obtenido una gran ayuda de estas líneas. Ha sido necesaria, créeme, una fuerza de voluntad férrea y tenaz para tomar la decisión de empezar a trazar letras sobre el papel y dar forma a estas historias, preciosas, enternecedoras y llenas de sensibilidad. Ahora te toca a ti obtener los beneficios y enseñanzas que sin duda serán los frutos de su lectura.

sábado, 4 de octubre de 2008

TWICE

En esta aventura del blog, amén de decidir sobre que se va a escribir un poco, hay que decidir el título que se pone a la entrada. A medida que va creciendo el número de entradas escritas se van perfilando las manías. Una de ellas es la de escoger los títulos con una sola palabra que sea significativa. Emplear el término inglés “twice” que significa “dos veces” es cuando menos arriesgado.

El verdadero título sería algo así como “Pagar dos veces”. Es la sensación que tengo en general, por un par de casos que ahora comento, de que las empresas y organismos se las están apañando para que los consumidores abonemos más de una vez el mismo producto.

Como supongo que muchos padres, hace ya algunos años compré a mi primer hijo varias de las películas clásicas de dibujos animados en el formato que existía entonces, que no era otro que cinta de vídeo en formato VHS. A base de cumpleaños, Reyes Magos de Oriente y demás eventos llegó a tener una colección de ellas. Ahora que es mayor ya no las ve pero las ha heredado mi hija pequeña. Como los tiempos avanzan, el reproductor de vídeo de casa se ha roto y no parece hoy día una opción adecuada el comprar uno nuevo, cuando ya estamos casi acabando, eso dicen, el mundo del DVD. Pero claro, el no adquirir un reproductor de vídeo dejaría sin sentido la mencionada colección de películas que está disfrutando mi hija. Junto con esto y por cuestiones de espacio y almacenaje en las casas, una buena idea sería sustituir todos esos vídeos por las versiones modernas en DVD. Ganaríamos en calidad de visionado y en espacio físico de almacenaje.

Lo ideal sería ir a la tienda con la película en video, por la que ya pagamos en su día, y entregarla a cambio de la nueva en DVD pagando una diferencia por el cambio de soporte y la posible actualización que la hayan hecho, esas cosas de remasterizado o mejora del sonido que dicen y que desde luego se nota. Pero esto no funciona así, si quieres el DVD de la misma película lo tienes que pagar completo y el antiguo vídeo o lo tiras directamente a la basura o buscas algún sitio donde todavía las mantengan tipo biblioteca o guardería para regalársela.

Resumiendo, no parece muy de recibo y justicia que haya que pagar de nuevo todo cuando ya lo pagamos en su día, cuestión que supondría una buena cantidad de euros si lo queremos hacer con todas las películas, que son unas cuantas. Además, según se oye la era del DVD se ha acabado y es cuestión de poco tiempo pasar a otra, no sabemos cual, donde nos volverán a vender, o intentar vender, en otro soporte, lo mismo que ya hemos pagado anteriormente. Yo creo que por estas cuestiones, la gente se busca la vida y utiliza opciones intermedias con un cierto autoconvencimiento de no estar haciendo las cosas mal. Esas opciones intermedias tienen variopintos nombres tales como “emule”, “lphant” o “dvdfaber” por ejemplo.

En este caso anterior hay un soporte. Pero el otro caso ni siquiera existe. Hace más de un lustro compré mi primer antivirus, concretamente ese de nombre de osito cariñoso, de manufactura española. Lo pagué vía internet, lo bajé a mi ordenador, lo instalé y a funcionar. Año tras año he ido renovando la suscripción para tener acceso a las nuevas versiones del antivirus y las actualizaciones diarias que son necesarias para mantener un nivel adecuado de seguridad en nuestro ordenador.

Dentro de un mes finaliza mi suscripción y debo renovar la misma, por uno, dos o tres años. En ocasiones anteriores me mandaban un correo electrónico haciéndome una oferta de renovación para pasar a la nueva versión, una nueva por año, más o menos aceptable según los años, que he ido atendiendo puntualmente. Este año todavía nada, con lo que he intentado la renovación vía internet llevándome la sorpresa de que me cuesta exactamente lo mismo que si compro el producto nuevo o que si me dirijo a una tienda y lo adquiero. Como me resulta extraño, hace quince días les he dirigido dos veces correos electrónicos a su servicio de renovaciones y de atención al cliente de los que no he recibido, hasta ahora, respuesta alguna.

Supongo el código de la nueva versión no es totalmente nuevo al 100% sino que se estará utilizando el código que se ha ido generando año tras año. Parte de este código, el relativo a las versiones de años anteriores ya lo he pagado, con lo que no me parece de recibo el pagarlo de nuevo. Y ahora no me pueden decir, como en las casettes o los DVD’s que lo que estoy pagando es el soporte, aquí no hay soporte, aquí todo es vía descarga de internet a mi disco duro propio.

En suma, que nos quieren hacer pagar por lo mismo dos o más veces.