¿Cúal sería el número de días razonable de demora en conseguir una cita con nuestro médico de cabecera en la Seguridad Social? No me hace falta, pero acabo de acceder a la petición de cita con mi médico de familia y la primera disponible es el 10 de octubre de 2023: diez días. Eso sí, una letra pequeña casi imposible de leer me informa que «me muestran los primeros huecos disponibles. Si necesita una cita anterior contacte con su centro de salud». Parece como si hubiera dos agendas, una a través de la aplicación automatizada en el móvil y otra más restringida que manejan directamente en el Centro de Salud y donde es posible que, digamoslo así, te cuelen un poco antes.
No vamos a entrar en la Sanidad Privada en la que allá cada cual porque en el fondo es una decisión libre que puede tomar cada persona en función de su dinero y sus posibilidades. Pero la pública, la que tenemos todos los trabajadores y pensionistas por obligación, se está degradando y llegando a unos niveles que ya no parecen tener solución. Como se dice en el argot, se veía venir y ya está viniendo sin que parezca que se estén tomando medidas que se tenían que haber acometido desde mucho antes.
Yo no lo recuerdo bien, porque a lo largo de mi vida he utilizado con cuentagotas la sanidad, pública o privada, pero creo recordar que antes de la pandemia de COVID-19, en marzo de 2020, las citas de mi médico de cabecera eran por lo general en uno o dos días laborables.
Pero no solo los Centros de Atención Primaria están bastante colapsados —ojalá solo fuera el mío— sino que a los especialistas les ocurre lo mismo. En estos días un familiar mío ha estado ingresado diez días en el hospital por lo que al final parece que ha sido un cólico de vesícula. En el alta, la cirujana que le atendió le dijo de solicitar cita en consulta con ella para operar la vesícula. Rescato aquí las fechas: el alta se produjo el 10 de septiembre de 2023 y la fecha de consulta obtenida es para el 17 de noviembre de 2023, más de dos meses después. En ese mismo alta se le instaba a pedir cita en consulta con Medicina Interna: 26 de octubre de 2023, mes y medio después. Menos mal que no son asuntos urgentes…
Volviendo al tema de Atención Primaria, reduciendo al mínimo, entiendo que en el colapso intervienen dos variables básicas: el número de consultas solicitadas y el número de médicos disponibles. Si aumenta una de las variables sin aumentar la otra, la demora está servida. Es posible que todos nos hayamos puesto de acuerdo en ponernos enfermos y que además disfrutemos yendo a nuestro médico de cabecera. También es posible que visto como está el asunto nos dediquemos a pedir citas «por si acaso» para tener un colchón y luego las vayamos anulando y pidiendo otras a medida que avanza el tiempo. De todo habrá.
En todo caso, alguien debería ocuparse de tomar cartas en el asunto y adoptar medidas para paliar estos desvíos y volver a una cierta normalidad. Eso sí, que sean medidas efectivas, como por ejemplo el aumento de médicos, y no «ocurrencias» como la que han tenido en el Centro de Salud de Colmenar Viejo Sur reflejada en la imagen que encabeza esta entrada.
Si no se pueden poner más médicos reales, pongámoslos virtuales: no existirán, pero los días de espera en las citas se reducirán. Pongamos como nombres de los médicos «ABSORCIÓN DEMANDA MEDICINA MAÑANA 01» y «ABSORCIÓN DEMANDA MEDICINA TARDE 01». Lo del «01» al final de la coletilla es para dejar abierta la posibilidad de seguir añadiendo el «02», «03» y así sucesivamente, que son gratis. Con esto, al existir más médicos, los dias de demora bajarán y asunto solucionado.
Dejo para el curioso lector el pensar que ocurrirá cuando algún paciente asista a su centro con una cita para uno de estos médicos llamados Absorción Demanda: ¿quién le atenderá? ¿Alguno de los médicos reales saturados cuando le quede un rato? ¿Algún médico de otro centro que venga a echar una mano? ¿Algún médico jubilado que quiera ayudar un poco?
Parafraseando una frase que aprendimos los más talluditos un 23-F de hace algunos años… las mejoras en la sanidad pública ni están ni se las espera. Al menos en la Comunidad de Madrid, donde nuestros gestores se dedican a construir «zendales» y descuidan lo básico (y también las residencias de ancianos, que no se nos olvide nunca, por favor). Pero su gestión ha sido refrendada en las urnas recientemente con mayoría absoluta, así que, ajo, agua y resina.