El momento de escribir estas pequeñas disquisiciones mentales es una buena excusa para echar un vistazo al diccionario. Con acceso a internet es muy cómodo y de paso se puede aprender siempre algo nuevo. La palabra del título tiene varias acepciones. La que a mí me parecía más normal, por aquello de las muchas películas que han tratado el tema, la de escaparse de una prisión no aparece muy contemplada en el diccionario.
Yo aquí me voy a referir a otras mucho más caseras, más cercanas y más fastidiantes.
El mundo de internet ha revolucionado nuestras vidas. Por lo menos la mía, Y para pequeño botón de muestra esta historia que les voy a relatar. Tomé contacto con internet hace ya trece años con motivo de mi trabajo y a través de conexiones en la empresa. No había tanta información como ahora pero el correo electrónico ya supuso un salto cualitativo que te permitía contactar en minutos con personas que estaban a miles de kilómetros. El teléfono también lo permite, pero no es lo mismo.
Hoy día, con mucha, muchísima más información, bien es verdad que buena, mala y regular, podemos buscar y encontrar solución a nuestros problemas, aunque en algunas ocasiones no resulta fácil y hay que tener un poco de tesón y convencimiento en la búsqueda, tratando de no darse por vencido a las primeras de cambio.
Y Vd. dirá que qué tiene esto que ver con las fugas. La acepción que me interesa del diccionario reza así; “Salida de gas o líquido por un orificio o por una abertura producidos accidentalmente”. La llegada a nuestras casas de servicios como el gas o el agua hace que tengamos la posibilidad de que se produzcan fugas. En la casa del pueblo de mi abuela, hace cuarenta años, donde el agua corriente era a base de ir con cubos a la fuente pública, pocas fugas de este tipo se podían producir.
Hace poco más de dos años tuve una fuga en el circuito de la calefacción, ese que hace unos años dejaban enterrado bajo baldosas, azulejos y parquets como si fuera eterno. Pues no, no es eterno y con el paso del tiempo se producen fugas. Fue una locura y menos mal que la parte pecuniaria corrió a cargo de la compañía de seguros. Para complicar la cosa vivo en un piso donde no hay vivienda humana debajo. Supongo que los animales que moren allí, ratas o similares, no van a subir a quejarse si detectan que les cae agua procedente de la fuga del circuito de mi calefacción, cosa que sí hice yo con mi vecino de arriba cuando le ocurrió a él y el agua me caía a mí. Estoy especialmente sensibilizado con esto, ya que hace años, en una época temporal en la que vivía una casa antigua, se rompió una tubería en el baño a media mañana que dejó las casas de los vecinos de abajo pasadas por agua y remojadas, y hasta tuvieron que cortar el agua de todo el edificio llamando a los empleados municipales ya que yo estaba fuera y no me pudieron localizar.
Como digo, hace dos años sufrí la misma avería. Lo difícil es localizarla para lo que hubo un primer intento fallido en una habitación que costó levantar el suelo de parquet, ponerlo de nuevo y acuchillar y barnizar. Una locura. Al segundo intento se localizó la avería en la terraza, justo en la salida de la caldera y la cosa fue menos engorrosa.
Pero otra vez no, tener que volver a lo mismo de nuevo en tan poco tiempo. Como la pérdida no era muy grande, solo cuando la calefacción estaba puesta, rellenaba y rellenaba el circuito, a veces hasta en tres ocasiones al día para evitar la falta de presión. Paralelamente me puse a investigar en internet a ver si había alguna solución “no cruenta” a este asunto. Realmente iba buscando un sistema de inyectar líquido especial en el circuito y tratar de localizar la fuga con una aparato de rayos-X pero ya me dijeron y lo constaté que esto solo funcionaba con tuberías con gran presión, y la nominal de un circuito de calefacción, alrededor de 1,2 en mi caso, no es suficiente para que este sistema de RAYOS-X funcione.
No me di por vencido y de vez en cuando atacaba a Mr. Google buscando y buscando información sobre fugas, fontanería, calefacciones, circuitos, etc. etc. La constancia fue premiada. En una web alemana ( http://www.sks-sotin.de ) encontré información en castellano acerca de una serie de productos líquidos que podían ser mezclados con el agua del circuito y corregían las fugas. No me lo podía creer, ni que existiera esto ni que además funcionara. Abierta esta línea de investigación, el asunto era conseguir el producto y utilizarlo. La representación en España está radicada en Barcelona y en una llamada telefónica a esa empresa no vi posibilidades reales de que me facilitaran alguna dirección en Madrid o que me mandaran por correo o courier el preciado líquido al ser yo un particular.
Vuelta a investigar de nuevo hasta que por fin encontré un gran almacén en Madrid (http://www.suner.es/ ) en el que disponían, por el momento, de una última botella del “preciado líquido”. Una llamada telefónica, una reserva y tras abonar el precio, que no es pequeño, tuve la botella de 1 litro en mi poder. Lo más importante estaba conseguido, pero ahora había que hacer lo más fácil, en teoría, que era introducir el líquido en el circuito de calefacción. Lo suyo era llamar a un fontanero, exponerle el caso y conseguir que viniera a casa.
Después de haber estado investigando e investigando, no estaba de más seguir investigando acerca de métodos y formas para hacer esto. No fue tampoco fácil, pero en un foro vi una entrada de una persona que sugería lo que yo acabé realizando: Desmontar el purgador de un radiador, preferentemente en cocina o baño por aquello del agua que se pueda salir, vaciar un poco el circuito y poco a poco introducir el líquido. Para facilitar esto me preparé un invento casero como el que se puede apreciar en la fotografía a base de un canuto de silicona y un embudo. Comentándolo con un amigo me habló de haber comprado en la farmacia unas jeringuillas de gran tamaño que me hubieran servido igualmente. Tarea conseguida.
El proceso estaba realizado. Ahora quedaba ver si funcionaba, pues yo no las tenía todas conmigo. Pues….. ¡ FUNCIONA ¡ Han pasado ya varios días y el circuito no ha perdido ni una gota, se mantiene exacto en su presión nominal de 1,2.
Se me antoja que este es un producto revolucionario y que solucionaría de forma limpia y elegante problemas de este tipo que son frecuentes en instalaciones antiguas que discurren por debajo de los suelos. Al parecer ahora se ubican en los techos bajo escayola que es más fácil de destrozar y reponer, además de verse enseguida donde está la fuga.
Como de internet he obtenido información, este es mi granito de arena al devolver, a internet, esta información.