A pesar de que uno intenta estar atento a las últimas tecnologías en los aspectos de mejoramiento personal, es difícil abarcar todo lo que se mueve y sobre todo probarlo y utilizarlo. Enredados en un mundo “
GEEK”, cualquier reunión de amigos, cualquier revista que cae en tus manos, el correo electrónico, “
twitter” y un sinfín de fuentes están bombardeando continuamente tus neuronas con la existencia de mejoras de lo que ya conoces o nuevas formas de ver, entender y utilizar las cosas.
Recuerdo algunas de las últimas conferencias presenciales a las que he asistido en las que estaba previsto el coloquio y las preguntas de los asistentes en que ya se utilizado la fórmula de la tarjeta en la que tienes que escribir tu pregunta o reflexión sobre lo que estás oyendo y hacerlas llegar a un moderador que se encarga de filtrar y agrupar las ocurrencias de los asistentes. El hecho de que tengas que poner por escrito aquello que quieres hacer llegar al ponente ya te fuerza a un ejercicio de condensación, que no es lo mismo escribir, y además en papel, que hablar. Esto permite también un mejor control del tiempo y los temas, a la vez que se evitan de raíz las intervenciones de aquellos “pesados”, que siempre los hay, que pretenden dar su conferencia particular y mortificar al resto de los asistentes con sus opiniones, que no preguntas.
Refiero esto porque la semana pasada tuve la oportunidad de “asistir” a la forma moderna de conferencia, que tiene entre otras esa denominación con la palabreja con la que he titulado esta entrada: “webinar”, y que no es otra cosa que un seminario o conferencia en línea a través de los recursos de internet. Sentado cómodamente en tu casa estás asistiendo en directo a una presentación en la que puedes escuchar al ponente a la vez que ves en pantalla las diapositivas y lo que en ellas se señala. Además dispones, según los casos, de una ventana donde puedes ir escribiendo las preguntas y dudas que quieras hacer llegar a la persona que imparte la charla y que son contestadas al final de la misma. La única diferencia, que no es poca, es no poder disfrutar del lenguaje no verbal y de mirar las caras y actitudes del resto de los asistentes. Pero por lo demás todo son ventajas, pudiendo asistir a un acto que se está celebrando en esos momentos en cualquier parte del mundo sin tener que desplazarte.
Recuerdo las reuniones en las empresas de hace años a través de líneas telefónicas en donde se podían solamente escuchar los participantes, teniendo que adivinar por el tono de voz quién estaba interviniendo. Ahora ya se emplean cámaras y la mayor fiabilidad de las comunicaciones hacen posible las reuniones con vídeo en las que estás viendo a quién interviene y al propio tiempo estás siendo visto tú mismo.
Las posibilidades son infinitas, tanto en el terreno de la formación como en el de la simple divulgación. Porque hay que tener en cuenta que además estas sesiones se graban y normalmente quedan “colgadas” y disponibles de la red, por lo que uno mismo pueden volver a atenderlas si en algún momento ha habido algo interesante o que no se ha entendido, con la facilidad que supone el estar conectado en un ordenador y poder sacar ejemplos a base de pantallazos con datos que de otra forma habría que estar tomando apresuradamente a mano. O utilizar cámaras fotográficas, sin quitar el flash, en medio de las conferencias, situación que ahora se ha puesto de moda al disponer casi todo el mundo de potentes teléfonos capaces de grabar imágenes.
La conferencia cuya imagen ilustra esta entrada estaba patrocinada por XRITE, una de las empresas puntero en colorimetría y calibración de dispositivos para el tratamiento digital de imágenes, principalmente, pero no solo, pantallas de ordenador. Es muy importante tener bien calibrada la pantalla en nuestro ordenador y el ambiente lumínico que la rodea si queremos mantener una consistencia en nuestros trabajos y evitar las desagradables sorpresas cuando hemos retocado una fotografía o imagen a nuestro gusto y al imprimirla o llevarla al laboratorio obtenemos una copia que no se parece en nada a lo que estábamos viendo en nuestra pantalla. El tema versaba sobre todos los conceptos que rodean al mundo del color en el entorno informático y fue de una profundidad que en muchos momentos fui incapaz de seguir. El ponente Joan Boira sabía “latín” sobre el tema y sabía contarlo, pero se requería una base previa de cierta importancia para seguir todos y cada uno de los conceptos que allí se trataban. En su
web podemos encontrar información de alto nivel relacionada con aspectos de la fotografía digital. Y si además disponemos de más de una hora y media podemos asistir al asistir al seminario completo
"De la cámara al monitor".