Se cumplen esta semana cinco años desde que decidí iniciar mis andanzas como bloguero aficionadillo. Si es mucho o poco tiempo siempre será una cosa relativa pero el ejercicio de ponerse a escribir más de uno y menos de dos folios todas las semanas, cosa que con algún altibajo he conseguido sin interrupción, ha conllevado un esfuerzo semanal que entenderán bien todas aquellas personas que realicen una actividad parecida. Desde aquella primera entrada publicada el trece de diciembre de dos mil siete hasta la actual han transcurrido doscientas sesenta y tres en las que he puesto por escrito mis elucubraciones personales sobre diversas materias, actuales o pasadas, que ahora al releerlas sirven de recordatorio a muchas situaciones vividas o imaginadas.
Aunque pueda parecer lo contrario al que no ha vivido la experiencia, el hecho de escribir por afición de forma regular es un ejercicio duro. Y lo es por varios motivos. Quizá lo más difícil sea elegir el tema, que en algunos casos puede requerir un esfuerzo adicional de documentación, y ponerse a ello. Con la idea clara, las palabras surgen de manera fluida y no cuesta demasiado trabajo irlas poniendo unas detrás de otra hasta conseguir un texto que merezca la auto-aprobación. Luego viene el elegir el título, que salvo los prolegómenos, los lectores asiduos del blog pueden constatar que se trata de palabras unitarias. También desde hace un tiempo hago el esfuerzo por acompañar una imagen que pudiera ser representativa o alusiva del texto, cuestión que no siempre es fácil, aunque el mundo de la red tiene imágenes para todos los gustos, a las que recurro cuando ando falto de tiempo, como por ejemplo hoy, o porque no dispongo de una personal con antelación. Luego vienen otras tareas como leer y releer el texto, pasarle por el corrector ortográfico del programa del ordenador, cargar todo en el blog, obtener una imagen previa, leer y releer de nuevo con las correcciones pertinentes y luego por fin publicar. Así y todo siempre se queda algún gazapo que se descubre al leer de nuevo cuando ha pasado tiempo. Últimamente realizo alguna operación adicional, como su publicación en “twitter”, su impresión en papel y actualizar una relación que mantengo con todas las entradas publicadas y el enlace a las mismas.
Un tema muy controvertido en el mundo de los blogs es la posibilidad o no de admitir comentarios. Los comentarios enriquecen mucho al permitir puntos de vista acordes o distantes de los planteados en el texto. El hecho de no admitir comentarios de los lectores deja al blog en un estado mucho más plano, menos rico. Al principio se admitían los comentarios pero eso siempre implica un esfuerzo adicional de lectura y moderación de los mismos, amén de que dependiendo de muchos parámetros pueden generarse situaciones incontroladas que pueden desvirtuar la esencia del blog e incluso determinar su cierre. Tras unas semanas de admitir comentarios al principio que dieron lugar a una situación no deseada decidí eliminarlos asumiendo las consecuencias. Así y todo siempre es posible la utilización del correo o del propio twitter para expresar puntos de vista o comentarios que no quedan reflejados en el blog salvo que yo los incluya.
El hecho de haber escrito sobre multitud de cosas en el pasado da lugar a situaciones curiosas. Por ejemplo, esta semana me he enterado de que está prevista para la próxima edición del Diccionario de la Lengua la palabra ARCHIPERRES.
a la que dedicaba una
entrada en este blog en abril de dos ml nueve, hace casi tres años. La palabra en aquella época estaba escrita tal y como yo la había oído y ahora aparece bendecida por los académicos pero con una “r” tras la “a” inicial. Yo siempre la había oído de la otra forma, pero las palabras que existen en el lenguaje popular pueden ser oídas y/o transmitidas con diferentes formas o sonidos.
Un amigo mío me dice con reiteración que el mundo de los blogs solo sirve para decir tonterías una y otra vez, de una forma anónima y por lo general con escaso o nulo interés. Seguramente tenga razón en parte de los casos, pero hay blogs muy interesantes que permiten conocer las opiniones de las personas, de muchas personas y sin hacer el ejercicio de matar al mensajero, podemos ampliar nuestros conocimientos y nuestro acervo siempre que tengamos en cuenta que no todo lo que se publica es cierto y hay que ponerlo en cuarentena. Pero siempre podemos ahondar e investigar sobre ello en orden a elaborar nuestra propia y personal impresión.
Este quinto aniversario me ha servido para echar un vistazo a los títulos de las entradas publicadas. Sin leerlas “por dentro” y por tanto solo de recuerdos, me he atrevido a elegir las diez que mejores sensaciones, ciertas, me producen. Helas aquí por orden alfabético
ANASTASIO
BANDOLEROS
BUS-VAO
COJONES
DESAPARCAR
GULUSMEROS
INDEROGABLE
OBSOLESCENCIA
PPPP-o-PPPP
rePAGAR
Millones de gracias todos los lectores por estar ahí.