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domingo, 11 de octubre de 2020

902

 
 

A lo largo de los trece años que llevo juntando letras en este blog han salido numerosas referencias a este manido asunto de los números de teléfono que comienzan por 902. A buen seguro que hay muchos usuarios que se llevan alguna sorpresa en sus facturas telefónicas cuando se creen que tienen una tarifa plana con llamadas ilimitadas y aparecen unos euros más que en principio no se entienden. Mirando y remirando la factura se descubre la causa: «llamaditas» a un número 902.

Asombra todavía la cantidad de compañías que hacen campañas publicitarias pidiendo a los usuarios que llamen a números 902 para recabar información. Y cuando siguen insistiendo en ello no me cabe la menor duda de que hay muchos incautos que pican y eso se deriva en unos ingresos adicionales que a buen seguro compensa.

Como es sabido, los números «902» no existen en la realidad. Son un «número puente» hacia otro real pero que permite una tarificación diferenciada, que muchas veces sorprenderá al incauto. Últimamente algunas compañías publicitan los dos de manera conjunta, lo que no tiene ningún sentido, pero siempre procuran consignar en primera posición el 902 para que el despistado caiga en la trampa. Y es que muchas veces los 902 son servicios de esos que se conocen como … «todos nuestros operadores están ocupados, por favor espere» porque los minutos cuentan, vaya que si cuentan: «una llamada de cinco minutos a un 902 puede costar en torno a 0,5 euros si se llama desde un fijo, pero más de 2,5 euros si se llama desde un móvil, dependiendo de la operadora».

Por convicción, procuro no llamar nunca a un 902, aunque a veces no queda otro remedio ya que, aunque lo tienen prohibido, algunas compañías insisten en basar sus servicios de atención al usuario en este maldito número. Ya en 2017 el Tribunal Europeo dictó una norma en este sentido ( enlace ). Pero las empresas se siguen llamando andanas y siguen insistiendo en esta forma de recaudar unos dinerillos adicionales. Hay páginas web promovidas por los usuarios ─ por ejemplo esta y esta─ en las que se puede localizar el número real que está detrás de un 902, pero la argucia no siempre funciona: las empresas detectan que estás llamando al real y te cortan la llamada informándote del 902 al que debes llamar. ¿Podríamos calificar esta actitud, simple y llanamente, como una estafa?

Cada vez más personas no disponen de teléfono fijo en casa, ya que incluso no lo son en realidad porque están basados en la línea de internet. Esta semana he sufrido dos averías en mi conexión a internet en casa, lo que implica quedarte «a oscuras», sin internet y sin el teléfono fijo que depende de internet. Para llamar a la operadora a comunicar la incidencia tienes que usar el móvil quieras o no. Pero la norma es no llamar a un 902 desde un móvil…

Lejos quedan aquellos años de los 905 y 906, tremendos timos que todavía subsisten en algunos 8xx, aunque presumo que la incidencia hoy en día es menor ya que la gente tiene cada vez más cuidado con estos asuntos. Lo realmente indignante es que empresas que se suponen serias sigan con estas triquiñuelas. Y son todavía unas cuantas: no quiero dar nombres aquí porque este es un mundo cambiante y esta entrada se puede leer dentro de unos meses cuando los datos no sean adecuados a la realidad. Pero busque en internet y seguro que todavía quedan algunas, por mucho tiempo que haya pasado. Como muestra hoy ─octubre de 2020─, busque en internet «Ryanair atención al cliente» y obtendrá como respuesta sendos números 902 para «Central de Reservas» y «Atención al cliente». Y no hace falta ser exhaustivo: a continuación, un pantallazo obtenido hoy de una conocida empresa aseguradora.

 

A raíz de diferentes noticias como la que encabeza esta entrada, parece que estos números truculentos tienen los días contados, aunque ya se sabe que las cosas de palacio van despacio. Si desde 2017 como poco este asunto debería estar solucionado, todavía deberemos esperar al próximo año para que salga la disposición y a buen seguro que tiene un periodo de implantación que seguramente será excesivo. Es lo de siempre, más de lo mismo, llevamos años sufriendo estos atropellos y todavía nos quedan algunos más.