Recibo muchos chascarrillos al día vía correo electrónico o wasap. Muchos de ellos son recurrentes, hasta machacones, y parece que el tiempo no consigue erradicarlos, porque al cabo de los años regresan y vuelven a ponerse de moda. Esta semana he recibido, otra vez, uno de los clásicos, que además es un bulo: el que la escritora Lucía Etxebarría, filóloga y ganadora del Premio Planeta 2004, dijera, ─ ¡en 2004! ─ que la única palabra en español que contenía las cinco vocales era «murciélago». El bulo ha sido desmentido por la propia autora en su blog y en entrevistas, aburrida de tan cansina falsedad, que surgió por una carta al director del diario ABC que reproduzco a continuación, porque es ingeniosa en su construcción y contiene un buen número de palabras pentavocálicas; fue remitida en 2005 al diario «ABC» por José Fernando Blanco Sánchez.:
Acabo de ver en la televisión estatal a Lucía Echevarría diciendo que «murciélago» es la única palabra de nuestro idioma que tiene las cinco vocales. ¡Confiturera, frene la euforia! Un arquitecto escuálido llamado Aurelio (o Eulalio, no estoy seguro) dice que lo más auténtico es tener un abuelito que lleve un traje reticulado y siga el arquetipo de aquel viejo reumático, desahuciado y repudiado, que consiguiera en su tiempo ser esquilado por un comunicante que cometió adulterio con una encubridora cerca del estanquillo (sin usar estimulador).
Señora escritora: si el peliagudo enunciado de la ecuación la deja irresoluta, olvide su menstruación y piense de modo jerárquico. No se atragante con esta perturbación, que no va con su milonguera y meticulosa educación, y repita conmigo, como diría Cantinflas: ¡Lo que es la falta de ignorancia!
El asunto, a lo largo de estos más de quince años, ha dado mucho de sí. La posibilidad de uso de ordenadores permite realizar una investigación automatizada sobre los muchos vocablos del lenguaje español, habiéndose realizado también en otras lenguas. Pero en este mundo todo se puede complicar hasta la saciedad: ¿palabras derivadas? ¿conjugaciones verbales? ¿diminutivos? ¿plurales? ¿masculino y femenino? ¿palabras compuestas? Se podrían establecer algunas condiciones cómo por ejemplo se hace en esta página web .
Sin embargo, hay controversia en los detalles. Algunos añaden la condición de que las vocales no se pueden repetir, por lo que excluirían, por ejemplo, «aceitunero» por contener dos veces la vocal e. Otros añaden una condición fonética por la cual las cinco vocales deben sonar al pronunciar la palabra, por lo que excluirían, por ejemplo, «arquitecto», porque le falta el sonido de la vocal «u». Nosotros somos más flexibles y admitimos como pentavocálicas todas aquellas palabras que simplemente contienen las cinco vocales…
Usando Google podemos encontrar numerosa información sobre este tema. En la página web de «SOLOSEQUENOSENADA» han recopilado ni más ni menos que 42.266 palabras con las cinco vocales, repetidas y con o sin sonido, que serían solamente . 30.500 si no se incluyen «que», «qui», «gue», «gui». Para el curioso lector que se las quiera aprender, todas, de memoria o simplemente echar un vistazo, se pueden descargar los listados completos y ver otras curiosidades anexas como que tengan la «aeiou» en este orden y sin repetir ninguna o, rizando el rizo, que tengan todas las vocales, sin repetir y en sentido inverso, «uoiea».
Por descontado que hay más páginas que se ocupan del asunto. Otra interesante es la parte española del «WIKTIONARY» donde dispondremos de otro catálogo con la salvedad de que … «se aportan vocablos adicionales que contienen las cinco vocales prosódicas, no repetidas. Se incluyen pocos derivados, conjugaciones (flexiones) verbales, algunas con enclíticos pronominales, y arcaísmos, ya que son innumerables y se incrementaría considerablemente este catálogo. Aquí obtendremos un listado más contenido y manejable de algo más de seiscientas palabras pentavocálicas.
Además de «pentavocálicas», vocablo no registrado en el diccionario, se usa también «panvocálicas» para referirse a este tipo de palabras; tampoco está registrado en el diccionario, aunque su construcción resulta plausible y se entiende. El idioma español es rico y profuso. He leído esta semana en un diario que una de las propuestas para la «nueva» educación es suprimir los dictados ─además de los números romanos o la regla de tres─. Con el tiempo se eliminarán los acentos, se fusionarán la «b» y la «v», se eliminará la «h» o se la cambiará por «j», se eliminará la «ñ» o se cambiará por «nn», se dejarán de conjugar los verbos… La riqueza de un lenguaje está reñida con el tiempo de aprendizaje y la modernidad camina por el mínimo esfuerzo. Al tiempo.