No puedo evitar que se me enciendan todas las alarmas cuando escucho ciertas opiniones. En una entrevista a un periodista y escritor sobre un libro suyo de reciente publicación, del que no haré propaganda, justificaba de una forma etérea la aplicación del copago en temas sanitarios, poniendo el ejemplo con los pensionistas, pobres ellos que los machacan por todos lados, viendo bien que se les cobre «algo» en función de su pensión, porque no todas son iguales y hay algunos que tienen un buen poder adquisitivo al cobrar las cuantías máximas, que estableció por encima de dos mil euros mensuales y además disponer de buenas rentas por lo ahorrado a lo largo de su vida.
Lo más probable es que yo sea un malpensado al deducir de estas palabras una crítica velada al que ha cotizado alto o ha sido ahorrador. Ya lo sabemos, si nos esforzamos en trabajar muchos años aportando lo más posible al sistema y a la vez tenemos la precaución de ahorrar para la vejez, seremos «castigados» por el sistema porque de alguna manera nos dirán que somos «ricos» y que por ello tenemos que pagar, repagar diría yo, más por las prestaciones, cada vez más exiguas a medida que pasa el tiempo.
Hace unos meses, en noviembre de 2013, escribía en este mismo blog la entrada «RENTA» que tiene el trasfondo y las esencias de este asunto. En uno de sus últimos párrafos se trataba esta cuestión sobre la que vuelvo hoy. No hay nada como que te toquen la bolsa y casi al mismo tiempo escuchar en la televisión a un desconocido que defiende cuestiones con las que tú no estás de acuerdo, con tus razones que podrán ser válidas o no.
Esta semana he acudido al médico a una revisión semestral rutinaria de mis niveles en sangre, especialmente el colesterol, que se resiste a dejarse controlar. La toma diaria de Atosvartatina parece que se va haciendo con ello pero con un pero que ocurre a ciertas personas, entre las cuales me debo de encontrar, y es que entre sus efectos secundarios está la posible subida de los valores de una encima, la creatinquinasa. Según el análisis realizado, en el que se establece un valor tope de 204, mis datos alcanzaban 348. Antes de conocer esto, la doctora me lanzó la pregunta ¿tienes dolores musculares últimamente?, pregunta que me llamó la atención porque sí los tenía de forma esporádica e inespecífica: dolores de espalda, cuello, brazos…
Ya se sabe que en el mundo de la medicina casi todo tiene solución con pastillas. No podía dejar de tomar la diaria Atosvartatina, cuya dosis quedaría reducida a la mitad, pero sería necesario complementarla con otra que redujera los efectos secundarios. La elegida por la doctora era «Ezetral». No puedo evitar que lo de tomar pastillas de forma diaria y continuada me ponga de los nervios. Pero aquí no acaba la cosa, al anunciarme la doctora que esta segunda pastilla tenía un problema: era muy cara, su coste real para el paquete de 28 unidades alcanzaba los 52 euros, es decir, casi a dos euros por pastilla, dos euros diarios, que algunos es verdad que se lo gastan en tabaco de forma voluntaria que es mucho peor. Quedamos en que tomaría ambas pastillas durante el semestre siguiente hasta el próximo análisis a ver como se desarrollaba el asunto.
Camino de la farmacia para obtener el «pienso», pensaba en el coste real del medicamento una vez aplicado el descuento del Sistema Nacional de Salud. No sé si esto es en realidad un copago, pero se lo parece. Los porcentajes de descuento a aplicar son personales en función de nuestros ingresos. No voy a decir el que me aplicaron a mí para no dar pistas sobre mis ingresos, pero todo esto conecta con el tema del que hablábamos al principio, por el cual, una vez que has contribuido a los impuestos con tu nivel de renta, este nivel es utilizado de nuevo para aplicarte porcentajes. Y lo que es más grave, con una gran dilación en el tiempo que puede dar lugar a situaciones esperpénticas en las que tu situación económica actual, con la que haces frente al pago, sea muy diferente de la que tenías el año pasado cuando hiciste la declaración de la Renta con ingresos que correspondían al año anterior.
Resumiendo, que con mis ingresos actuales, del mes de abril de 2014, estoy sufriendo en determinadas situaciones como la descrita la aplicación de criterios que responden a mi salario conjunto de 2012. No es el caso pero supongamos una persona que en 2012 estuvo trabajando en el extranjero y ganó una pasta gansa, que declaró en junio de 2013 y actualmente está en el paro. Esta situación de paro actual se reflejará en la declaración de la Renta que hará a mediados del año que viene y tendrá consecuencias efectivas en 2016. Yo creo que se trata de que nos vayamos muriendo como pasa con los ancianos y la Ley de la Dependencia: mi padre murió a los dos años de haber cursado la solicitud sin que hubiera resolución.
El sistema no se sostiene y nuestros descerebrados dirigentes siguen por esta vía queriendo extenderla a otros aspectos sociales. Craso error. Porque además todos sabemos que hay una bolsa grande de fraude que no llega a la declaración de la Renta. Utilizar estos datos es tremendamente injusto. Lo suyo sería que se preocuparan de que las declaraciones fueran reales, aplicaran sobre ellas porcentajes justos de acuerdo a los niveles y tras esto, todos iguales ante los servicios públicos. Pero está claro que por ahí es mejor no ir, no vayamos a descubrir a los que no declaran correctamente, que seguro que son los pobres, y tengamos que actuar contra ciudadanos a los que no se quiere tocar, que son esos que tenían su dinero en Suiza hasta enero de este año y ahora se lo están llevando a otros sitios por que las autoridades de ese país parece que van a colaborar en suministrar información «delicada» que permita su detección.