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sábado, 20 de febrero de 2016

ENVEJECIMIENTO




Tras muchos años oyendo hablar de la «tercera edad» para referirse a esa etapa de la vida en que nos acercamos al final, se acuñó un nuevo término, «cuarta edad», para referirse a las muchas posibilidades que surgían en la sociedad moderna para las personas mayores, que ni mucho menos estaban acabadas y podían renacer y ocuparse en muchas cosas no solo en los planos intelectuales sino también en los físicos, siempre de acuerdo a los contextos y a los niveles de salud de cada cual. De estar «acabados» como se decía en el argot popular, los ancianos pueden pasar a llevar una vida activa y plena durante los últimos años de su vida al recuperar su tiempo libre y siempre que sus condiciones pecuniarias se lo permitan, si bien hay multitud de actividades gratuitas o a costes reducidos que pueden hacer, como es mi caso y el de algunos amigos que conozco, que se llegue al punto de estrés por tantas ocupaciones y a escuchar con demasiada frecuencia ese «no tengo tiempo ni para rascarme».

LA O.M.S., Organización Mundial de la Salud, un organismo que se ocupa a nivel mundial de tratar temas de salud, ha publicado en 2015 una guía titulada «Informe Mundial sobre el envejecimiento y la salud» en la que trata sobre temas interesantes en esta etapa de la vida y que puede descargarse libremente en varios idiomas y varios formatos, tanto en papel como en electrónico, en este enlace.

En alguna ocasión he comentado mi extrañeza cuando observo a las personas mayores, y más concretamente en una residencia de ancianos en la que se encuentra mi madre. Lógicamente en las residencias están las personas más necesitadas de cuidados y atenciones y que han perdido su capacidad de cuidarse por sí solos. Yo tengo claro que mi destino final será una residencia pero haré todo lo posible y lo imposible por retrasar mi ingreso. Una cuestión curiosa es que hace unos años se podía ver a los hombres mayores caminando con su garrota por un cierto deterioro físico pero las mujeres se mantenían «en marcha» hasta el final, quizá por sus ocupaciones en la casa que no admitían jubilación. Los tiempos han cambiado y ahora en las sillas de ruedas se ven tanto hombres como mujeres, quizá más mujeres porque los hombres nos morimos antes.

Es necesario que además de los esfuerzos de la OMS o los organismos oficiales, cada cual se conciencie de que para mantener un buen nivel que nos garantice la independencia y el podernos valer para las actividades de la vida diaria, no hay otra manera que cuidarse todos los días sin excepción, hora a hora, ejercitando todo lo posible tanto lo físico como lo intelectual. Un envejecimiento saludable depende de nosotros mismos: para caminar todos los días un rato, leer un libro o hacer un curso MOOC no hace falta mucho dinero sino tan solo voluntad y constancia.

La guía a la que he aludido es un documento muy extenso de doscientas sesenta y seis páginas en papel, del que existe un resumen en treinta y dos páginas que es el que yo he leído. Contiene numerosas indicaciones de los problemas que afectan a los mayores y aporta muchos consejos para que esos últimos años de nuestra existencia sean más placenteros y dichosos. Para abrir un poco boca, a continuación he entresacado algunas frases de la misma que nos pueden hacer pensar un poco.

Por primera vez en la historia, la mayoría de las personas pueden aspirar a vivir hasta entrados los 60 años y más. Esto tiene profundas consecuencias para la salud y para los sistemas de salud, su personal y su presupuesto.

Muchas percepciones y suposiciones comunes acerca de las personas mayores se basan en estereotipos obsoletos. No existe una persona mayor típica.

Datos empíricos demuestran que la pérdida de capacidad generalmente asociada con el envejecimiento solo se relaciona vagamente con la edad cronológica de una persona.

Aunque a la larga la mayoría de las personas mayores experimentarán múltiples problemas de salud, la edad avanzada no implica dependencia.

El envejecimiento saludable es algo más que la ausencia de enfermedad. Para la mayoría de las personas mayores, lo más importante es mantener la capacidad funcional.

Dado que las personas más jóvenes comienzan a contar con vivir más tiempo, también pueden planificar las cosas de manera diferente; por ejemplo, pueden dedicar más tiempo a formar una familia primero e iniciar sus carreras después.

La mala salud no tiene que ser una característica predominante de la edad avanzada.

Las personas con las mayores necesidades de salud en algún momento de sus vidas también pueden ser las que tengan menos recursos para afrontarlas.

La edad avanzada no implica necesariamente dependencia.

Las suposiciones acerca de la dependencia debido a la edad ignoran las numerosas contribuciones que las personas mayores hacen a la economía.

En efecto, sin importar la edad que se tenga, el período de la vida relacionado con los mayores gastos en salud corresponde al último año o los dos últimos años de vida.

El envejecimiento parece haber contribuido solo a alrededor del 2 % del aumento de los gastos en salud, mientras que los cambios relacionados con la tecnología fueron responsables de entre el 38 % y el 65 %.

Los cambios tecnológicos también están acompañando el envejecimiento de la población y crean oportunidades nunca antes disponibles. Por ejemplo, Internet puede permitir una conexión permanente con la familia a pesar de la distancia, o acceder a información para orientar la auto asistencia de una persona mayor o proporcionar apoyo a los cuidadores.

Después de los 60 años, la discapacidad y la muerte sobrevienen en gran parte debido a las pérdidas de audición, visión y movilidad relacionadas con la edad y a las enfermedades no transmisibles, que incluyen las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares, las enfermedades respiratorias crónicas, el cáncer y la demencia.

El entorno ofrece una serie de recursos o plantea una serie de obstáculos que, en última instancia, determinarán si una persona con un determinado nivel de capacidad puede hacer las cosas que siente que son importantes. Así, aunque una persona mayor pueda tener capacidad limitada, aún podrá hacer las compras si tiene acceso a medicamentos antiinflamatorios o a un dispositivo de apoyo (como un bastón, una silla de ruedas o un scooter eléctrico), o si vive cerca de un medio de transporte asequible y accesible.

Se define el Envejecimiento Saludable como el proceso de desarrollar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez y es un proceso es un proceso que depende de cada persona mayor.

Resulta imprescindible crear servicios que proporcionen atención integrada y centrada en las personas mayores, garantizar su acceso; orientar los sistemas en torno a la capacidad intrínseca y garantizar que se cuente con personal sanitario sostenible y debidamente capacitado.

Crear entornos adaptados a las personas mayores, que les permitan satisfacer las necesidades básicas propias; aprender, crecer y tomar decisiones; tener movilidad; crear y mantener relaciones; y contribuir.

Enfoques prioritarios en las políticas sociales tendentes a combatir la discriminación por motivos de edad; permitir la autonomía y apoyar el Envejecimiento Saludable en todas las políticas y a todos los niveles.