Debido a la profesión que a lo largo de mi vida laboral me ha dado de comer a mí y a los míos, guardo archivos en los discos duros del PC desde principios de los años 90 del siglo pasado. Con una cierta organización, manifiestamente mejorable, puedo localizar con poco esfuerzo cosas (muy) del pasado.
Esta semana, a raíz de una fotografía de los años ochenta y una conversación con Luis, un antiguo compañero, me ha venido a la mente el recuerdo de una época aciaga de mi vida laboral. En los primeros años de este siglo XXI, la fusión en condiciones desfavorables de la empresa en la que laboraba con otra me arrojó a los leones: cinco años muy duros de un acoso laboral —mobbing— de libro del que todavía no sé cómo salí indemne.
Guardo en mi disco duro un diario con todas las vicisitudes, correos electrónicos, reuniones, actas… de aquella época. Solo con releerlo se me han puesto los pelos de punta, aunque también con una cierta cara de felicidad al recordar como derroté a mis coincidentes laborales que se vieron impotentes de hacerme morder el polvo.
Se
podrían recuperar muchos momentos, algunos de ellos espeluznantes y que nadie
creería, pero me voy a limitar a reproducir aquí una carta que dirigí a un gran
amigo que había pasado por una situación similar meses antes y que acabó en su despido.
Ahora, en la distancia… es emocionante cuando menos.
Aunque esta explicación del título la suelo hacer al final, la intercalo aquí para no mezclar cosas. Trácala es un guiño a nuestros hermanos mexicanos, que aportan al diccionario como todos los hispano hablantes. Es sinónimo de ardid, treta, estratagema… En esta entrada la utilizo con el significado de «medio empleado hábil y mañosamente para el logro de algún intento.
«Algo habrá hecho, seguro».
Cuando a tí te ocurrió lo que te ocurrió, oí esa frase algunas veces, y lo más alarmante.... pronunciada por personas que ni te conocían ni sabían nada de nada. Ni que decir tiene que al menos a los que yo se la oí se llevaron su merecido y se arrepintieron de haberla pronunciado en mi presencia. Esto, en psicología, se denomina «error de atribución». Es lo más cómodo. El que es borracho o drogadicto.... es culpa suya, él se lo ha buscado.
No sé si recordarás aquel poema de Bertol Brech que acababa más o menos así... y vinieron a por mí y no pude hacer nada, ya era tarde. Ojalá que no, pero es posible que, dentro de un tiempo, veremos si corto o largo, oigas esa misma frase referida a mí. Y otras peores.
Como te he dicho estoy enviando por correo normal a algunas personas que considero amigas-muy-amigas una documentación. Es informativa. No hay que hacer nada. Bueno sí, perder un poco de tiempo en leerla y en tu caso que también te has ofrecido un poco de papel y tinta en imprimirla. No se trata de repartirla a los cuatro vientos, no se trata de utilizar el golpe fácil de ratón y mandarla «urbi et orbe», cosa fácil hoy en día con esto del correo electrónico.
Seguramente personas que tu conoces sepan de que hablo. J.B. tuvo que salir de allí al poco tiempo por ser profesional e íntegro, cosa que no se puede consentir en el estilo de ciertas personas de la empresa en la que me hallo. J.M., un profesional y mejor persona cuando te deja entrar en su mundo, algunos meses después y harto de estar harto también se marchó a terrenos mejores. A ellos no les he mandado esto. J.M.M., con el que hablo frecuentemente está al tanto de viva voz. A J.B..... no me atrevo. Me dice que soy malo y hasta yo estoy empezando a creérmelo.
Algunas veces te he recomendado algún libro. Esta mañana, a las 12:00 antes de ir por allí, me he comprado uno. Tiene 300 páginas y se titula Mobbing. Como sobrevivir al acoso psicológico en el trabajo, de Iñaki Piñuel y Zabala, ediciones Sal Terrae, 15,60 euros en El Corte Inglés. Como te he dicho lo he comprado esta mañana y he estado un buen rato con Juan Antonio como tú me has visto. Voy por la página 214 y he parado un momento para escribirte este correo. Son las 06:50 de la tarde. Le tengo que leer otra vez más despacio. Me está ayudando, veo las cosas de otra forma.
Te adjunto tres documentos, que son lo que he mandado por correo ordinario. Una carta mía, un artículo del ABC del pasado martes y un documento resumido a mi juicio muy acertado que habla del tema.
En otro orden de cosas y no ha salido hasta el momento, he «editado» un CD con lo que llegó a ser el Sistema Operativo de nuestra antigua empresa. Están las librerías tanto consultables directamente desde PC como transferibles a un HOST y algunos documentos de aquellos informes de gestión y demás que conseguí y supe salvar de la destrucción. Hay un epitafio al principio de ese CD. En él figura tu nombre, Seguro que te agradará leerlo. Ni que decir tiene que el CD está a tu disposición cuando lo requieras. No sé cómo no ha salido el tema antes. Te adjunto también ese epitafio del que hablo.
Me estoy emocionando......un abrazo
POSTDATA: Entrar en la guerra psicológica es muy grave. Dudas o dudan de lo que sabes y no sabes, de lo que es y lo que no es, de todo y de nada, de ti mismo, de quién eres .... Los periodistas saben mucho de esto. A todo se le puede dar vueltas y vueltas e incluso una posición de indefensión ser utilizada para lanzar críticas injustificadas que sirven para invalidar las justificadas y así darle vueltas y vueltas a la rueda hasta marearse. Cuando hayas leído estos documentos que te adjunto, echa a un vistazo a la dirección que hay más abajo (ya no está disponible), que es uno de los foros que hay sobre el tema. Utilizando el buscador en esta página busca la palabra «guisopo». Accede a una entrada del 14/03/2002 denominada «En el paro me veo por ello». Yo lo leí, dudé y dudé, y sigo dudando. Calumnia que algo queda. Se habla de vuestra empresa, quizá de tí o de J.B., de Azucena, de Rosa, de yo qué sé quién. ¿es verdad? ¿es mentira?