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domingo, 5 de enero de 2025

ULTRARASTREADOS

Aunque estamos bombardeados de información por los cuatro costados, cada vez somos más y más incapaces —al menos yo así me siento— de dar credibilidad a lo que leemos, vemos u oímos. Los avances en esa inteligencia que no es inteligente y sí que es muy artificial hacen que se puedan generar noticias, imágenes y hasta vídeos perfectamente verosímiles. La información en las redes y en los medios de (des)información masiva no es garantía de veracidad ni certeza. Yo pongo todo entre paréntesis, por si acaso. Pero si conoces alguna experiencia directa similar a una información, los visos de credibilidad cobran muchos enteros.

Voy a referir un hecho ocurrido del que tengo información de primera mano. A un amigo, José Manuel, le sustrajeron su coche mientras estaba comiendo en un restaurante de un pueblo de la Sierra de Madrid. Al salir del restaurante el coche había desaparecido del sitio donde lo dejó. ¿Robado? ¿Cambiado de sitio? Veamos. Mencionemos la marca del coche, Ford, y aunque no mencionaré el modelo era uno de esos de alta gama que vienen alicatados hasta el techo y más. Acudió al cuartelillo de la Guardia Civil a poner la correspondiente denuncia. El guardia le preguntó si al aparcar el coche le había cerrado con el mando a distancia, hecho que había sido así porque siempre lo hacía cuando empezaba a alejarse. Una nueva pregunta fue si se había apercibido de que en las inmediaciones hubiera alguna persona, por lo general un chaval joven o casi niño con una mochila, a lo que mi amigo dijo que no se había dado cuenta de ello.

El guardia le explicó, si este pudiera haber sido el caso, que en esa mochila llevaban un captador de señales capaz de capturar la emisión del mando a distancia. Con eso podían abrir el coche y entrar en él tranquilamente, pero no arrancarlo. Para esa operación de arranque utilizaban un software de los de taller que permitía acceder a todas las funciones del coche, entre ellas la de arranque. ¡Toma ya! Pero ahí no acabó la conversación con el guardia.

El guardia le dijo que se dirigiera a la casa Ford porque ellos tenían un seguimiento continuo de la actividad del coche y le podían decir exactamente dónde estaba su coche. Hay que decir que mi amigo se quedó ojiplático ante este comunicado porque no se podía creer que todos los posicionamientos y desplazamientos de su coche fueran registrados por la Ford. Al menos, él, no había dado su consentimiento para ello, aunque reconoció que no se leyó toda la letra pequeña del contrato de compra…

Personado en el concesionario Ford donde había adquirido el coche a primera hora de la mañana siguiente, sin entrar en legalidades o ilegalidades del rastreo, el vendedor le dijo exactamente donde se encontraba su coche en ese momento: perfectamente aparcado en una calle de una urbanización de una localidad cercana a donde se había producido el robo, sustracción o… ¿simple cambio de aparcamiento?

Vuelta al cuartelillo, se dirigió al sitio indicado acompañado de una pareja de guardias y allí estaba su coche. Impoluto, como si le hubiera aparcado él. Funcionando, todo solucionado, se lo llevó pasando por el cuartelillo a retirar la denuncia. Mi amigo no entendía nada, pero nuevamente el guardia le dio una perfecta explicación de lo ocurrido: roban el coche, lo mueven menos de media hora hasta otra localidad y lo aparcan en un sitio poco frecuentado. Eso es porque el «malo» sabe que la Ford —¿y otras? — tienen esto del seguimiento. También se puede tener de forma individual hoy en día. En tan poco tiempo —menos de media hora— es casi imposible que el propietario —si es que lo sabe— vaya al concesionario a averiguar la posición del coche e incluso que regrese a donde está aparcado tras sus gestiones.

Al cabo de unos días, los ladrones van al sitio y si el coche sigue allí es que el propietario no sabe nada de dónde se encuentra su coche. Entones, ya lo cogen tranquilamente y se lo llevan ya sin problema de tiempo a lo que quieran hacer con él: desguace para piezas, a otro país… Lo suyo sería poner una vigilancia al coche y esperar a que los malos volvieran a por él, pero a ver eso como se hace, no se puede tener una vigilancia 24 horas durante unos días. Y eso los malos lo saben…

Con este hecho conocido in mente, la noticia que figura en la imagen que encabeza esta entrada adquiere otro significado. Voy a reproducir a continuación lo que dice la noticia y luego unos comentarios.

Filtración de 800.000 coches eléctricos de Volkswagen.

Sí, una filtración que afecta también a marcas de VW como Audi, Seat o Skoda.

La filtración incluye ubicación GPS de los coches, permitiendo rastrear desde sus viviendas hasta los tiempos de conducción, estacionamiento, horas. Estado de la batería, etc.etc.

Esta brecha de seguridad fue descubierta por chaos Computer Club y publicada por el diario alemán Spiegel.

Datos se expusieron durante meses debido a una mala configuración en el almacenamiento de la nube de Amazon.

Volkswagen y su subsidiaria de software, Cariad, han asegurado que el problema ya está resuelto y que no se han expuesto datos críticos ☻, como contraseñas o información de pago.

A la vista de los hechos reales referidos ocurridos a mi amigo José Manuel… ¿Nos creemos esta noticia? Pues hombre un poco digamos que sí. Parece que las marcas (algunas) de coches rastrean los movimientos de nuestros vehículos y por tanto a nosotros: donde vivimos, donde trabajamos, donde vamos, donde estamos en un momento determinado… Si esto no es información sensible que venga Dios y lo vea. Si nuestro coche está pongamos un sábado en Málaga y nosotros vivimos en La Granja de San Ildefonso… blanco y en botella. Y eso de que no nos importa que la marca de coche tenga nuestros datos nos lo tendremos que repensar cuando un jáquer se los roba.

Porque no siempre las empresas reconocen las intrusiones de los jáqueres en sus sistemas informáticos. Lo reconocen cuando se ven asfixiadas y no tienen más remedio. Y casi todas acaban siempre en su comunicado diciendo que no han quedado expuestos datos críticos… ¡nuestros datos! Tendré yo que considerar si esos datos son o no críticos. El Audi del presidente del Gobierno… ¿está sujeto a estos tejemanejes? ¿Y los de otras personas relevantes?

Lo primero de todo, que se me ocurre, es que nosotros como propietarios del dato tendríamos que autorizar, explícitamente y con nuestro conocimiento, que se recaben estos datos, y no meterlo de tapadillo en una letra pequeña si es que está puesto. Es lo suficientemente importante para que tengamos que dar nuestro consentimiento de forma explícita y no por defecto. Luego te dicen que siempre puedes revocar el consentimiento; claro, si lo conoces, no te digo.

Esto no es nuevo y vamos cada vez a peor. Los jáqueres son más listos que las empresas, de hecho, tienen las veinticuatro horas del día para violentarlas, hurgar informáticamente en sus discos duros y obtener sus datos. Para aquellos lectores que quieran complementar esta información, ya escribí en este blog en 2018 —siete años en avances tecnológicos actuales son una enormidad— la entrada «RASTREADOS» accesible en este enlace.

Nihil novum sub sole en estos tiempos tecnológicamente acelerados. Y cada vez con más frecuencia, más rebuscadamente y con más tecnología.

 

AÑADIDO CON POSTERIORIDAD A LA PUBLICACIÓN DE ESTA ENTRADA 

 

Otra referencia a la noticia encontrada en internet:

Una filtración de datos en la filial de software de VolkswagenCariad, expuso información personal, incluyendo datos de ubicación, de aproximadamente 800 mil propietarios de vehículos eléctricos de las marcas Volkswagen, Audi, Seat y Skoda.

Para unos 460 mil vehículos, los datos eran detallados, indicando lugares donde los autos fueron encendidos y apagados. El problema fue descubierto por un denunciante que alertó a la asociación Chaos Computer Club y al medio «Der Spiegel», que verificó la falla rastreando voluntariamente los vehículos de dos políticos alemanes.