Hice
una pequeña referencia a este asunto en un párrafo de la entrada titulada
«VETERANOS» del pasado mes de abril de 2014. El acrónimo «MOOC» está formado
por las iniciales en inglés de «Massiveopen online course» cuya traducción al español podría ser «Curso "online" abierto masivo».
Lo de masivo viene a significar que no hay un límite en el número de
estudiantes que pueden apuntarse dado que al ser abierto y en línea, es decir,
a través de internet, no hay ningún problema en cuanto al número de alumnos,
aunque esto no es del todo cierto y de hecho en algunos los profesores piden
ayuda dado el elevado número de estudiantes de todo el mundo que están
siguiendo las explicaciones y, este es el meollo de la cuestión, participando
activamente en los foros, contando sus impresiones, planteando sus dudas e
incluso aportando material y visiones complementarias.
Las características
básicas son:
·
No
tener limitación en las matriculaciones.
·
Poder
ser seguido online.
·
De
carácter abierto y gratuito. Con materiales accesibles de forma gratuita.
Hay
una gran oferta de cursos, enorme, si bien hay que decir que la gran mayoría de
ellos son en inglés, lo que puede suponer y de hecho supone un inconveniente
para los que no nos defendemos con este idioma. En mi caso, tardé en decidirme
a suscribir un curso y cuando lo hice me decidí por uno de la Universidad de
Australia, por aquello de que el inglés no nativo es más fácil de entender que
el de la propia Inglaterra. El material de las clases explota todos los posible
recursos disponibles en internet, especialmente escritos y vídeos. Es evidente
que un mínimo nivel en la lengua de Shakespeare es recomendable, pero siempre
podemos ayudarnos de diccionarios en la red para los escritos o utilizando los
subtítulos en los vídeos, algunos de ellos para mi sorpresa en castellano,
aunque no es lo normal.
Como
he comentado, los cursos en español son escasos. Y la gran parte de ellos que
existen en estos momentos no proceden precisamente de universidades españolas,
sino de las de otros países con nuestra lengua, como por ejemplo Méjico y más
concretamente la Universidad de Monterrey. En otros idiomas, principalmente
inglés, tenemos oferta de cursos para aburrir, de universidades de todo el
mundo y de temas variopintos que a buen seguro desconoceríamos antes de verlos.
A modo de ejemplo, estoy inmerso en estos días y durante todo el verano en un
curso ofertado por la Universidad de California titulado «Deciphering Secrets: Unlocking the Manuscripts of Medieval Spain»,
es decir «Revelación de secretos: decodificación de los manuscritos de la España Medieval», un curso de doce semanas de
duración y que ha empezado por establecer las bases del cruce de culturas judía,
musulmana e hispana en la península. Los vídeos disponen de subtítulos en
castellano, por lo que son fáciles de seguir, no tanto los textos y artículos
recomendados en perfecto inglés, pero al ser electrónicos, con paciencia
podemos utilizar alguno de los muchos traductores disponibles. Todo depende de
las ganas y el interés que para nosotros despierten los temas.
Fundamental
en todo este entramado son las plataformas en las que están generados los
cursos. Hay varias y hasta ahora en los siete cursos en los que me he
matriculado me he topado con tres: COURSERA, Open2Study y FutureLearn, pero hay
muchas más, cada una con sus peculiaridades y modos de funcionamiento en cuanto
a la presentación, el avance en los temarios, la realización de pequeños test
para ver cómo vamos de comprensión, exámenes por capítulo y/o final, etc. etc.
Solo por ver cómo están diseñadas las plataformas ya merece la pena seguir
alguno de los cursos y muy probablemente cuando elija un nuevo curso, ya después
del verano, procure que sea en una de las plataformas que todavía no conozco.
Siempre
y cuando se hayan realizados los exámenes, algunos de los cursos, no todos,
facilitan un diploma de reconocimiento. En algún caso, dependiendo de la
universidad, es posible obtener un título oficial siempre y cuando se abonen
las tasas correspondientes, que suelen ser en los que yo he visto del orden de
los treinta a cincuenta euros. Dependerá de nuestra profesión o nuestros
estudios el que sea interesante la inversión.
El
verdadero y principal problema es la enorme cantidad de opiniones de los
estudiantes, no olvidemos que son miles de todas las partes del mundo, vertidas
en los foros y contestadas por los profesores o por otros estudiantes. El
participar activamente en ellos requiere no solo un cierto nivel de inglés
escrito sino un tiempo que puede llegar a ser importante. Todo dependerá de lo
que nos interese el tema y el tiempo que estemos dispuestos a dedicarle
sentados ante la pantalla del ordenador.
El
mundo se abre y está a nuestra disposición. Una verdadero deleite para
enriquecer nuestros conocimientos sobre casi cualquier tema. Una gozada,
gratuita y desde el sillón de nuestra casa.