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sábado, 30 de agosto de 2014

SOSTRIBARSE



Hace un par de años escribía dos entradas en este blog tituladas «MOMENTOS» (1de2 y 2de2) en las que hacía referencia a cinco momentos especiales de mi vida. En estos últimos días he añadido uno más a esa colección tan personal de cada uno que puede servir como una fuente de relax instantáneo con solo evocarlos.

«Roque» es una palabra muy utilizada en las islas Canarias cuyo significado no podemos encontrar en el diccionario de la Real Academia, donde se hace mención a la torre como pieza del ajedrez o un carro de dos ruedas con lanza y varas. Internet brinda todo tipo de referencias, aunque no sean oficiales, y por ello podemos encontrar en la página de una Academia Canaria de la Lengua la siguiente definición: «elevación rocosa y muy escarpada, que puede encontrarse en tierra o en el mar» «Designa una especie de monolito natural, resto erosivo aislado que destaca sobre una cumbre. En otros topónimos canarios designa una especie de peñón sobre el mar». No existe constancia de que la palabra "roque" se emplee con este significado en algún otro territorio de habla española».

El que probablemente sea el más famoso de todos los roques se encuentra en la isla de Tenerife, al pie del Teide, y es conocido con el nombre de «Roque de García» aunque los más puritanos le dicen «Roque Cinchado». Figuró durante muchos años en los billetes verdes españoles, los de mil pesetas. En la isla vecina de Gran Canaria, el roque más afamado lleva por nombre “Roque Nublo”; un enorme pedrusco de 80 metros de altura situado en la cima de una elevación de mil ochocientos metros, que no parece mucho comparado con los tres mil setecientos dieciocho metros que presenta el Teide, la mayor elevación española. «Chicharreros» y «Canariones» andan siempre en una permanente disputa por todo lo que se menea, pero los que lo vemos desde la distancia apreciamos todas las bellezas de ambas islas sin detenernos a establecer comparaciones que siempre resultan odiosas.

El pasado quince de agosto de dos mil catorce, guiados por mi sobrino Javier, nacido peninsular pero afincado ya como canario, hicimos la preciosa ruta de cerca de dos kilómetros de distancia y ciento sesenta y seis metros de desnivel, perfectamente indicada, que separa el aparcamiento en la carretera GC600 de la base del Roque Nublo, una planicie en las alturas. La hora escogida era crucial, pues al llegar a la base faltaba algo menos de un cuarto de hora para el escamoteo del astro rey, una ocultación especial y espectacular. Tuvimos mucha suerte, pues el día estaba límpido y permitió ver con toda claridad la desaparición del sol tras un lateral del Teide, como puede apreciarse en la imagen que acompaña a esta entrada. Según mi sobrino, que ha subido multitud de veces en su vida en busca de momentos como este, no recordaba haberlo visto nunca con tanta claridad, siendo muy común que la neblina cuando no la niebla o nubes bajas impidan una visión tan limpia y clara. En la zona baja de la fotografía, entre las dos islas, donde está el océano Atlántico, lo que se aprecia es un mar de nubes que oculta el agua del mar.

Sabíamos que la distancia entre las dos islas era de unos cien kilómetros pero una vez más la red pone a nuestra disposición herramientas para calcularla con precisión, justo desde donde estábamos hasta el Teide. Solo hace falta conseguir las coordenadas GPS de ambos puntos para con unos cálculos sencillos y que se facilitan aquí saber que estábamos disfrutando del momento a ciento siete kilómetros y doscientos setenta metros de la cúspide de la montaña más alta de España.

Como digo, un momento precioso y sublime para recordar.


Por cierto, «sostribarse», palabreja que da título a esta entrada, tampoco existe en el diccionario. Un acceso a «san google» con la palabra escrita con «v» solo brinda dos únicas entradas, en las que no se aclara si su escritura correcta es con «b» o con «v». Se trata de una palabra usada en el «castellano jarandillano» y que significa «Apoyarse, debido al cansancio o edad. Ej. mi tío julio con 60 años, necesita un báculo para sostribarse». Como vemos, hace mención a un apoyo que es de lo que me servirá el recuerdo de esta puesta de sol memorable.