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domingo, 6 de noviembre de 2016

INCONCEBIBLE




Ocurre en ocasiones que hemos visto lugares a grandes distancias de nuestro domicilio y por el contrario desconocemos cosas sorprendentes que tenemos relativamente cerca. Este ha sido el caso que me ha ocurrido esta semana.

Una vez al año realizo una excusión sorpresa en coche con mi buen amigo Miguel Ángel. Es sorpresa para mí porque él se encarga de preparar el periplo consistente en ir haciendo algunos kilómetros en coche y visitando localidades y sitios curiosos de las inmediaciones. Una cuestión parecida inició otro amigo, Arturo, cuando se dedicaba a recorrer en moto todos los pueblos de la provincia de Madrid para hacerse una foto delante de la Casa Consistorial; no sé si llegaría a consumar y tener en su álbum todos y cada uno de los al parecer 179 ayuntamientos existentes en la provincia.

En este año hemos transitado por una zona desconocida para mí cual es la de Alcalá de Henares, habiendo dado pequeños paseos sin pretensiones por localidades como Los Santos de la Humosa, Santorcaz, Villalbilla, San Fernando de Henares, Paracuellos del Jarama y Mejorada del Campo. Paracuellos es la única en la que había estado con anterioridad hace ya muchos años de una forma fugaz con ocasión de degustar un cocido madrileño en un afamado restaurante local llamado «El Pela», en el que intentamos realizar la comida del mediodía sin éxito, ya que se encuentra cerrado y con el local en venta. Parecía un restaurante de esos que llevaban toda la vida y seguirían por muchos años, pero se ve que la historia no perdona y todo tiene su final. La verdad es que comimos bien y barato en un mesón cercano indicados por un parroquiano de la localidad que tuvo a bien informarnos, aunque como dijo con cierto gracejo «él no comía allí ya que lo hacía en su casa».

Un paseo distendido y relajado por los pueblos un día de diario sin muchas pretensiones da para ver ciertas cosas curiosas, apreciar los cambios que se van produciendo con el paso de los años por la diferencia entre las construcciones, tomar un vino en el bar del pueblo y pulsar la vida callejera que cada vez es más escasa.

Pero lo que supuso una sorpresa mayúscula en el viaje fue la llamada Catedral de Mejorada, totalmente desconocida para mí y que puede verse en la imagen que acompaña esta entrada. Hay muchos casos excepcionales de gente particular que acomete tareas asombrosas como la «Casa de piedra» en Alcolea del Pinar o «El palacio ideal» del cartero francés Cheval, pero lo contemplado en Mejorada del Campo raya lo inexplicable. Supongo que será conocida por muchos de los lectores del blog pero para mí ha constituido un enorme asombro visitar este edificio que una sola persona, Justo Gallego, lleva construyendo desde hace 55 años. Hay mucha información en internet sobre la vida de este hombre de 90 años que ha levantado un singular edificio en un huerto propiedad de sus padres con una sorprende animosidad, materiales diversos de desechos o regalados por colaboradores. La obra es ingente, enorme, extraordinaria y el hecho de que esté inacabada y llena de materiales diversos por todos lados le confiere un aspecto que merece muy mucho la pena visitar con calma. Parece imposible que un hombre sin formación técnica en arquitectura pueda concebir los espacios y los volúmenes que pueden contemplarse allí y acometer de forma individual su construcción. Una visita obligada que repetiré con tranquilidad en cuanto me sea posible.