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sábado, 4 de febrero de 2017

COURIER



Es un tema recurrente en este blog pero las cuestiones van y vienen y tienen muchos flecos: te creías que tenías todo controlado en ciertos asuntos cuando aparece un cruce de caminos que te lleva por derroteros inexplorados y desconocidos. Por necesidad y no tanto por comodidad, soy cada vez más asiduo de las compras por internet, en las que para mí el verdadero caballo de batalla es la forma de envío. Muchas de las empresas fuerzan el uso de mensajería del tipo llamado «Courier», que presenta el grave inconveniente de tener que facilitar tu domicilio por un lado y tener que estar prácticamente secuestrado en él el día del envío hasta que aparece el transportista.

En mi caso, la forma de envío condiciona la posible compra, renunciando de hecho a algunas plataformas que me gustaban, por ejemplo PcComponentes, por no disponer de una forma de envío alternativo. Lo tenía en su día, pero lo retiró, supongo que por cuestiones económicas que es en lo que se traduce todo al no valorar otros aspectos no puramente económicos como la atención y las facilidades a los clientes. En todo caso, los gastos de envío los paga el comprador, con lo que debe haber otro trasfondo que no alcanzo a comprender pero que intuyo como asuntos de logística y organización. Las empresas de mensajería tienen contratos con los almacenes masivos de forma que automatizan los envíos desde el propio cliente y se los recogen directamente en sus hangares, con lo que el problema se minimiza sobremanera.

Las empresas se van poniendo las pilas porque esto es un verdadero problema, que cada cual va solucionando como puede. Algunos amigos me han comentado que ponen como dirección de entrega su propio trabajo, que es en el fondo donde están la mayor parte de los días laborables, pero para ello la empresa tiene que consentir estas entregas que, dependiendo del número, pueden suponer una carga para sus procesos, en el caso de que el mensajero tenga que entrar hasta la cocina si los servicios de recepción, en caso de existir, no se hacen cargo directamente de los bultos.

La alternativa que yo he encontrado al asunto de los consumibles informáticos es AppInformática. Sin tanto catálogo pero con los mismos precios aproximados que PcComponentes, puedes hacer las compras y solicitar que el envío sea dirigido a alguna de las muchas tiendas de la franquicia, donde podrás recogerlo cuando a ti te venga bien en los horarios normales de comercio. Se da la circunstancia de que tengo una tienda de App a escasos cien metros de mi domicilio, con lo que este sistema me satisface plenamente, porque además en el momento de la compra, que solo se puede producir si hay existencias, te informan de la fecha en que tu encargo estará disponible en la tienda; lo he usado en varias ocasiones y ha funcionado con precisión y sin problemas.

Otras empresas han optado por sistemas alternativos, como pueden ser gasolineras, taquillas electrónicas inteligentes como las del sistema «Pudo» o puntos de recogida en tiendas o supermercados de horario amplio que faciliten al cliente la recogida casi en cualquier momento del día y cualquier día de la semana. Pero todo esto requiere un sistema apropiado de gestión de las direcciones de envío que no provoque situaciones como la que me ha ocurrido esta semana y que tengo todavía pendiente de solución.

Me ha ocurrido, no me importa hacer la propaganda aunque en este caso es un poco negativa, con un pedido a Amazon, concretamente unas baterías para la cámara fotográfica de mi hijo. En la imagen puede verse el anuncio en el que he resaltado una información que vienen en pequeñito y que a veces pasa desapercibida al comprador, pero que es muy importante: este producto es «gestionado» a través de Amazon, pero vendido por otra empresa, concretamente «A & B GmbH», que por el nombre huele a alemana o austríaca. En realidad eso al comprador le debería dar igual pero…

Habiendo advertido esta situación y con la mosca tras la oreja, procedo a la compra, pago y empiezo a trastear por la zona de las direcciones de envío, constatando que se admiten direcciones de Correos y de puntos de entrega en tienda. Perfecto, si se admiten oficinas de Correos, facilito mi Apartado de Correos en una de las oficinas y me quito de problemas. Todo perfecto, pedido realizado y en curso.

A los pocos días recibo el correo electrónico en el que me avisan de que el pedido está en marcha y me informan del transportista y de un número de seguimiento. ¡Sorpresa! El envío se ha realizado desde Alemania por un servicio de mensajería-Courier, concretamente UPS. ¡Ya estamos otra vez con la misma historia de siempre! Llamando al servicio de atención al cliente de Amazon, me atienden estupendamente, pero no podemos hacer nada, la cosa está en manos de UPS y lo único que si el pedido no pudiera ser entregado lo devolverán y no habrá ningún problema, salvo todos los inconvenientes para mí, gastos para las empresas y demás. Y es que UPS ni ninguna otra empresa de mensajería puede entregar un paquete en un Apartado de Correos, porque la empresa estatal no se lo va a consentir con toda la lógica del mundo.

La idea es cambiar el domicilio de destino, dirigirlo a mi domicilio o el de algún familiar y tratar de recogerlo de la manera que sea, para evitar males mayores. Esta es una operación que en teoría se puede hacer de varias maneras. Una de ellas llamando por teléfono a un número 902: lo siento, por ahí no paso. Otra es por internet pero después de que me han obligado a registrarme y hacer una serie de pasos de verificación con correos para aquí y para allá, me dice que hay algo incompleto y que no puedo realizar el cambio.

Solo me queda esperar a que el día de la entrega el mensajero se dé cuenta del error de domicilio y de la imposibilidad de su entrega, y consecuentemente me llame por teléfono y pueda redirigir el paquete en ese momento. Veremos como acaba esto.

Estamos en lo alto de la picota en los sistemas informáticos, las comunicaciones, las pasarelas de pago, los correos electrónicos y todo eso, pero seguimos arrastrando miserias como esta que he relatado hoy. Y lo curioso del caso, luego me he enterado, es que Amazon tiene previsto esto, aunque mal o al menos parcialmente: si en este envío yo hubiera intentado seleccionar una oficina de Correos o un punto de entrega, me hubiera dicho que no es posible, pero como he facilitado una dirección personal… ¡sin problemas! Salvo que como ocurre en este caso, esa dirección personal sea… ¡Un Apartado de Correos!